Mario Cossío también quiere ser alcalde
Los políticos bolivianos nunca se jubilan, peor si se han quedado en cuentas pendientes y este suele ser uno de los motivos más poderosos que motivan a la acción política según las tesis de la ciencia moderna.
En esas anda el exgobernador Mario Cossío, quien después de una vida consagrada a la política, siente que le queda una bala en la recámara para darle otro lustre a su legado.
Cossío nació en 1960 en cuna emenerrista, partido en el que fue “reclutado” rápidamente tras un paso eventual por el Comité Cívico y el famoso movimiento M-Abril que fue el germen de los pedidos de descentralización y autonomía y en el que también militaban otros políticos de la generación como Óscar Montes o Mauricio Lea Plaza. Su habilidad oratoria y su tacto personal lo llevaron rápidamente como diputado a La Paz. En 2005 ocupaba la presidencia de Diputados, desde donde viabilizó, entre otros, la Ley 3038 de regalías. La leyenda negra dice que Cossío fue vetado personalmente por Evo Morales para asumir la presidencia tras la renuncia de Carlos Mesa, lo que dejó el poder en manos de Eduardo Rodríguez Veltzé, que solo tuvo que convocar elecciones, aunque lo cierto es que el Movimiento Al Socialismo ya tenía urgencias por tomar el poder tras todo lo sucedido en el periodo 2003-2005.
Tras aquella afrenta, Cossío regresó a Tarija y se presentó a la primera elección directa de Prefecto, donde se impuso ni más ni menos que a Jaime Paz Zamora, que también quería quemar su última bala dirigiendo un departamento que lo había acogido como hijo.
Cossío fue clave en todo el proceso autonómico, donde se destacó no solo por tener la billetera más gorda, dado que recién llegaban las regalías de la Ley de Hidrocarburos y la Nacionalización, sino también por la visión estratégica más amplia.
En 2010 revalidó su mandato, esta vez ya bajo la denominación de Gobernador y en el marco autonómico blindado en la nueva Constitución, sin embargo apenas seis meses después tuvo que salir rumbo al Paraguay tras haber sido suspendido del cargo con los artículos de la Ley Marco de Autonomías que facultaba a las Asambleas a hacer tal cosa a simple acusación fiscal. En minoría como estaba, duró un soplido.
Cossío siempre quiso mantenerse presente desde su exilio y por eso nunca renunció, algo que hubiera viabilizado elecciones. Sin ello, el mandato de Lino Condori se alargó cuatro años y medio. Tampoco retornó tras la victoria de Adrián Oliva - quien fuera su asesor general y mano derecha - en 2015 siendo muy consciente de que sus cuentas pendientes eran con Morales. Su partido rompió con Oliva criticando que no se alineara con las tesis que llegaban desde Paraguay a la hora de ejercer el cargo.
Cuando Morales cayó, Cossío retornó al país. Antes ya se había quitado el principal juicio por el que fue suspendido: el caso Imbolsur, del que fue declarado no culpable. Su llegada a la plaza Campero, sin embargo, distó mucho de ser la soñada por el exgobernador.
Durante unos meses trató de recuperar el pulso. Firmó una alianza con Luis Fernando Camacho, el “héroe” de la caída de Evo Morales, no tanto por afinidad sino por descarte, y se inscribió como candidato a senador, pero fue inhabilitado por no cumplir los requisitos constitucionales de radicación en el país. En las departamentales, ya con el MAS de vuelta al poder y con Evo Morales en el país, ni siquiera lo intentó, aunque quiso sentar presencia convocando una cumbre por la unidad y “bendiciendo” la alianza entre Johnny Torres y Óscar Montes, que fundaron Unidos para ganar la Alcaldía y la Gobernación.
Ninguno de los dos aceptó tutelas, ni siquiera consejos, y Cossío no tardó en desandar sus pasos para sostener su actividad profesional que se había abierto en el vecino país del Paraguay, pero no todo está escrito. En su círculo no lo descartan y Camino al Cambio va a retomar su viraje hacia la municipalización para darle más contenido local a su acción, que siempre fue departamental.
Aún así, quienes sí lo tienen más en cuenta son precisamente los enemigos y los que dejaron cuentas por pagar. Mario Cossío puede estar de vuelta en cualquier momento.