Análisis de coyuntura
Revocatorio 2023: apuesta de riesgo
Aunque desde 2008 ha sido inviable llevar adelante un referéndum revocatorio por las trabas a la iniciativa popular, el momento político delicado de Luis Arce podría provocar otro acuerdo similar para superar la crisis interna y el pulso con Santa Cruz
El mecanismo del referéndum revocatorio está contemplado en la Constitución Política del Estado (CPE), pero no es sencillo de activar. Solo se ha logrado llevar a cabo una única vez, en 2008 y por decisión política, es decir, por aquel acuerdo en el Congreso entre el gobierno de Evo Morales y la “oposición” que entonces comandaba en esa instancia Tuto Quiroga con Podemos. La jugada fue ciertamente paradigmática, pues se acordó someter al presidente y a todos los Prefectos a la consulta popular sin que los Prefectos, que por entonces eran la oposición real en su demanda de autonomía que había hecho detenerse en seco al proceso constituyente. Morales revalidó su título y también los del Prefectos más “incómodos” para el MAS, Rubén Costas en Santa Cruz y Mario Cossío en Tarija, sin embargo cayeron Manfred Reyes Villa en Cochabamba y “Pepelucho” Paredes en La Paz, con lo que se consolidó la “media luna”, pero se desarticuló la posibilidad de articular un proyecto contrario al MAS en todo el país.
Desde entonces, el reglamento del Tribunal Supremo Electoral ha convertido en imposible esta aspiración democrática de exigir una reválida de medio mandato a los dirigentes políticos de todo el país. Si bien todos los años hay intentos de someter a algunas autoridades locales al referéndum revocatorio y se han llegado a consignar libros notariados para ello, siguiendo un procedimiento arcaico, moroso y caro, en ningún caso se ha logrado materializar en un verdadero voto.
Entonces, ¿por qué este año puede ser diferente?
Estrategas de uno y otro lado le van dando vueltas a la hipótesis de realizar un referéndum revocatorio en 2023, antes del mes de mayo que es cuando correspondería, y aunque parece que el tiempo ya ha dictado sentencia sobre esa posibilidad, las nuevas formas de acelerar las crisis permiten que esto se pueda tratar después de carnaval y llegar en plazo.
Más de un estratega considera que beneficia a todas las facciones y, aún así, no se hará.
Mesa y la necesidad de afirmarse
Comunidad Ciudadana tiene un serio problema: nadie cree en su continuidad. Su líder, Carlos Mesa, comprometió su participación como líder de la oposición después de la derrota de 2020, pero su participación es cada vez más limitada al ámbito de las redes sociales, a las que llega demasiado tarde en la mayoría de las ocasiones. La guerra sucia de la campaña, que lo solía colocar como “admirador” de Evo Morales, lo dejó tocado, y actuaciones como la de su jefa de bancada en el Senado, Andrea Barrientos, declarando tener más afinidad con el MAS que con Creemos no le ha ayudado.
Sus estrategias casi nunca salen bien, aunque tengan intención. Con el tema del Censo dio unos cuantos bandazos sobre el contenido de las preguntas, el mestizo, etc., antes de que la polémica se centrara en la fecha. Es verdad que tuvo reflejos para ser la primera fuerza en presentar la propuesta de Ley que fijara una fecha distinta a la dictada en el decreto, la misma que luego se convirtió en una Ley complementaria fijando los aspectos no amarrados en el decreto, como la aplicación inmediata de los resultados en el ámbito electoral y el financiero. Sin embargo, el protagonismo de la Ley sigue radicando en Santa Cruz y en el resto del país se sigue desconfiando de ese conflicto, motivo por el que Comunidad Ciudadana limitó mucho su activismo en este asunto al ámbito parlamentario.
Plantear un referéndum revocatorio sobre Arce le permitiría presentarse como alternativa real, manifestando que sigue en carrera y que volverá a ser candidato cuando toque, en 2023 o en 2025. Eso mismo lo colocaría como la piedra angular del bloque opositor que una vez más se intentará construir para enfrentar a la maquinaria del Movimiento Al Socialismo en la próxima elección. En este sentido, Mesa y sus parlamentarios no tendrían mayor problema en facilitar todo lo necesario para una convocatoria por Ley al referéndum.
Camacho y su reválida permanente
El gobernador de Santa Cruz ha salido tocado del paro de Sata Cruz por el censo, esencialmente porque sus compromisos suelen ser muy simples y por tanto muy evaluables. En 2019 prometió que llevaría una carta y una biblia a Palacio Quemado y lo hizo. En 2022 prometió censo 2023 y un mes después andaba aceptando un censo 2024 sin dar mayores explicaciones.
Por su forma de hacer política, Camacho necesita movilización constante, y no es fácil lograrla si no hay asuntos vitales en juego. En el censo apenas lo había, pero logró movilizar con el “La Paz nos roba” y “el resto de departamentos no nos quiere”. Someterse a un referéndum revocatorio supone una oportunidad para retomar la campaña electoral y lanzar otro desafío al Movimiento Al Socialismo (MAS), algo que en este caso supondría enfrentarse cara a cara con el presidente Luis Arce con bajo riesgo. De ganar, algo factible, supondría otro parteaguas y una primera base sólida para buscar continuidad electoral y política y avanzar en el desafío separatista ya formulado por el Comité Cívico, entidad de la que procede y la que no da un paso sin conocer todo el escenario.
Aceptar el desafío del revocatorio supondría poner al mismo nivel el gobierno de Bolivia y el gobierno de Santa Cruz, lo que suena tentador para cualquiera con afanes secesionistas.
Los tentáculos de Evo Morales
Los analistas creen que al MAS de Evo Morales le conviene medir fuerzas en referéndum revocatorio no tanto por deshacerse de Arce, que también, sino por exponerlo al debate público, evaluar su gestión públicamente y generar ruido e inestabilidad a su alrededor con un objetivo: evitar que pueda ser ungido como candidato del MAS para las elecciones de 2025, algo que sin embargo los mismos analistas y operadores del MAS consideran inevitable.
Según norma genérica, si la destitución del presidente se produce en la primera mitad del mandato, corresponde una nueva elección, mientras que hacerlo en la segunda mitad implicaría nombrar un interino.
Morales tal vez sea el único político en activo dispuesto a presentarse a una elección de la noche a la mañana, sin embargo, no parece dispuesto a convocar su Congreso Orgánico que debe resolver varios casos, entre ellos su propia renovación.
Si son necesarios los votos del evismo, que rondan los 25 en diputados, para convocar un referéndum revocatorio por la vía parlamentaria, el evismo no tendrá problemas en sumarlos a los de la oposición alegando que se trata de una solución democrática.
La baza de Luis Arce
El presidente Luis Arce no tiene ninguna intención de ceder el poder antes de que expire su mandato en 2025, en ese sentido, no hará esfuerzos por promover ningún revocatorio ni aunque eso suponga una oportunidad para eliminar a Luis Fernando Camacho de la Gobernación de Santa Cruz.
Dicho esto, la elevada victoria de 2020 sorprendió al propio Luis Arce, que no tardó en interiorizar las conspiraciones del poder. En su entorno se le recuerda que está bien valorado y que por ende, no debe tomar decisiones apresuradas, sobre todo la de descartar buscar la reelección.
Presentarse al revocatorio y ganarlo supondría aplastar de un golpe los movimientos de baja intensidad que buscan desestabilizarlo y erigirse no solo como un campeón de la contienda, sino como el candidato preferencial.
Evo – Arce ¿En qué momento se fregó todo?
Luis Arce no tardó en convertirse en uno de los hombres de referencia en el gabinete de Evo Morales. Arce pasó de ser un funcionario aplicado olvidado en alguna oficina del Banco Central al todopoderoso ministro del “milagro económico boliviano”.
No le cayó de arriba, Arce había formulado la parte de economía y planificación del proyecto del Movimiento Al Socialismo de la mano del fallecido Carlos Villegas y por ende, el servicio fue una contraprestación que duró casi década y media.
En esa década y media, Arce apenas destacó; apenas quiso buscar protagonismo. Al contrario, sus primeros años fueron una especie de balsa de aceite en el que las cosas se fueron encajando. Eran años de bonanza así que el Ministro solo debió administrar riqueza. Arce se mantuvo al margen de los escándalos: ni el Fondo Indígena, del que era principal cabeza administrativa, ni el escándalo del asalto de Pari al Banco Unión que administraba su esposa; ni otros muchos pudieron hacerle daño.
En el tramo final, Arce se enfermó de cáncer (Evo lo difundió sin autorización), hizo varios cambios en el equipo, pero a la hora de la verdad, volvió sobe sus pasos para asumir la cartera de Economía. En la caída de Evo Morales, Arce también estaba entre los ministros que se refugiaron en la embajada mexicana, pero un salvoconducto por su enfermedad le sacó del país sin apenas dejar huella.
En enero de 2020, en la famosa reunión de Buenos Aires a la que solo acudieron en su calidad de precandidatos a la presidencia David Choquehuanca, Diego Pary y Luis Arce con la ausencia de Andrónico Rodríguez. Resultó una obviedad acordar que sería Luis Arce el que optara a la Presidencia al concordar que no existía ningún problema inminente con la justicia ni con otros enemigos/aliados.
Arce ganó, pero ya en campaña surgieron roces, nada como el primer día tras su posesión: Morales decidió ingresar en el país el lunes 9 e noviembre a primera hora de la mañana, lo que hizo que Arce tuviera que retrasar su toma de posesión a los ministros para no herir sentimientos compartiendo portadas y prime time en los informativos.
Arce compartió gabinete con Morales y le entregó Ministerios a cercanos colaboradores – aunque hoy se hayan “dado vuelta, pues se consideraba tanto al ministro de Justicia Iván Lima, al de Gobierno Eduardo del Castillo y al de Defensa Edmundo Novillo parte de su estructura junto a la directora del Sedem Fátima Pacheco o la directora del Segip, Patricia Hermosa.
Cuando al año Morales le ha pedido más representación bajo su control, ha dejado en el aire la relación y no se lo ha dado, al contrario, ha ido ratificando a los señalados y apuntalando su propia esfera de poder para enojo de Morales, quien se considera mentor de Arce.
Cuando en septiembre Morales ha osado a citar a su hijo como alguien con mucho poder e influencia, dejando caer su posible implicación en casos de corrupción Arce ha puesto distancia con ese equipo