Un proceso “vital” asistido
Lo que queda del MAS Tarija
El MAS avanza hacia su Congreso con múltiples dudas sobre el perfil y las alianzas que se establecerán para elegir al nuevo líder en un momento en el que se requiere vocería. Muchos han quedado por el camino



El MAS Tarija tuvo uno de sus mejores resultados electorales de su historia en este 2021, sin embargo, parece que por sus estructuras haya pasado una aplanadora. Álvaro Ruíz fue competitivo hasta el final y quién sabe qué hubiera pasado si Luis Arce y sus gracias sobre las vacunas oligárquicas no hubieran movilizado el voto identitario chapaco, sin embargo, en la práctica, el MAS obtuvo solo 13 asambleístas departamentales, lo que le impidió controlar la Directiva. Además, ya no hay ejecutivos seccionales y los municipios, agobiados en deudas, le han dado la representación a William Guerrero, alcalde de Padcaya, que no es precisamente un líder carismático.
En ese contexto, y con el MAS nacional en plena ebullición en una lucha entre nuevas y viejas guardias que nunca afectó demasiado a Tarija, los principales líderes del partido en el departamento empiezan a mover fichas para un Congreso que se antoja más disputado y más significativo: La instrucción nacional es dotar al partido de vida propia al margen del Gobierno, puesto que es la única vía para que Morales siga teniendo relevancia hasta final de la legislatura y siga controlando el aparato.
Una estructura difusa
El propio MAS ha ido mutando, y en Tarija ha faltado enganche. Con todo, las matrices significativas siempre han sido la Federación Campesina – en origen de Luis Alfaro – y las Bartolinas Sisa – desde siempre de Julia Ramos -. Con el tiempo se han sumado los interculturales como organización de peso, pero menos de lo previsto por la atomización provocada sobre el complejo gremial en Cercado, en Yacuiba, en Bermejo y en el resto.
Estas tres matrices, además, copan las distritales, que además en algunos municipios están desdobladas por discrepancias internas. De todas, es la de Cercado la que tiene algún componente adicional con organizaciones de desocupados – también en el Chaco -, Juventudes, Profesionales, y poco más. Es también la que tiene una vida propia más activa y más enriquecida desde siempre, aunque sea con aportes individuales o colectivos de viejos marxistas, entusiastas progresistas o intelectuales de Fundaciones varias.
Poco a poco se han ido perdiendo nombres, tanto conocidos como de segunda línea, muchos de ellos con finales dramáticos: Es conocido el adiós de Luis Alfaro, que se fue dando portazo cuando le negaron en 2014 ser candidato a Gobernador – posición que acabó ocupando ni más ni menos que Pablo Canedo – o también la gris retirada de Julia Ramos, de las pocas imputadas por el caso Fondo Indígena (los Fondos Reservados del MAS) que pasó por la cárcel y para la que nadie tuvo una buena palabra pese a los años de servicio.
También fue expulsado de la primera el profe Eulalio Sánchez luego de que con su sinceridad habitual descartara a Lino Condori como candidato a la reelección. De los primeros tiempos se perdió también a Tamer Medina, perdido en guerras de tierras, o al propio Roberto Vaca siempre infravalorado.
Otros de los primeros tiempos prefirieron volcarse solo en los negocios, como Jorge Blacud, quizá el primer gran empresario en pasarse a las filas del MAS, y otros, como Carlos Cabrera, prefirieron esperar a ser convocados sin hacer demasiado ruido.
En la historia del MAS Tarija hay una larga lista de desapariciones, a veces forzadas, a veces buscadas, a veces solo aparentes, a veces solo haciendo creer que existen. En primera línea, aunque con perfil bajo, está doña Celinda Sosa en el Banco de Desarrollo Productivo o Darío Gareca, ocupado en lo orgánico, pero resulta más complicado ubicar a Marcelo Poma, que disfrutó como cónsul en Valencia casi una legislatura completa después del escándalo de 2015 o al mismísimo Roberto Ruíz, otro de los conversos más llamativos que pasó de discursear duro contra Evo Morales a ser la mano derecha de Lino Condori por instrucciones del poder central. ¿Qué decir de toda la camada de basquetbolistas? ¿Pablo Canedo, Luis Alberto Sánchez, Heriberto Lema, Julio Mendoza, Churqui Coronado y el resto de los que hicieron buenas transacciones económicas?
Nunca estuvo claro el papel de los invitados en el Movimiento Al Socialismo tarijeño, pero es un hecho que obtuvieron más poder y ventajas de lo que proporcionalmente les podía corresponder, o de lo que aportaron. La mecánica, cuentan desde adentro, siempre vino de arriba abajo, y una vez señalados por Morales, buscaron el control orgánico y no al revés. Álvaro Ruíz constituye en eso una rara avis.
¿Quiénes realmente quedan?
La cuestión es que se acerca el Congreso y las cuentas empiezan a no cuadrar para algunos. Los acuerdos vuelan por encima y por debajo de la mesa y no hay ni siquiera un perfil tipo, pero sí algunos bloques.
Una parte de los campesinos, las provincias del 45% y los invitados de Milcíades Peñaloza podrían apostar por un Walter Ferrufino que se quedó sin pega y sin poder en Entre Ríos.
Los campesinos y los interculturales de Álvaro Ruíz, con los alcaldes que quedan tienen a José Yucra y a Eider Quiroga con muchas ganas de ser voceros más allá de la Asamblea Departamental.
Las Bartolinas tienen a Fátima Pacheco, que es una de las últimas con línea directa con Evo Morales y a la que podrían apoyar también los ex Lino.
Además, los Medina parecen haber vuelto disimuladamente a través de la Aduana de Karina Serrudo, que quiere más presencia; Poma ha retornado al país; Alfaro hizo una demostración de constricción en la última campaña; la nueva guardia roja Gutiérrez – Torres – Vaca más el Chonta pisan fuerte y siempre existe la posibilidad de que acabe ganando el menos esperado, que es en realidad lo que siempre acaba pasando.
El MAS vive su proceso de renovación envuelto en luchas identitarias y generacionales, Tarija no es menos.