A llorar al Salar
Desde que se escribe, el Salar de Uyuni ha estado situado a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar y ha hecho un frío considerable. También todos los pilotos del Dakar sabían que en verano llueve por estas latitudes y que cuando se pone el sol se congelan los párpados en el maravilloso...
Desde que se escribe, el Salar de Uyuni ha estado situado a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar y ha hecho un frío considerable. También todos los pilotos del Dakar sabían que en verano llueve por estas latitudes y que cuando se pone el sol se congelan los párpados en el maravilloso desierto de sal. Por eso sorprende que dos días después, se sigan cargando tintas sobre la etapita de marras del Dakar 2015 que entró en Bolivia por segunda vez en su historia.
Pocos pueden creer que el rally más famoso del mundo (y que algunos confunden con el más difícil y que con pataleos como los del lunes se ve que se viene convirtiendo más en una carrera a la altura de determinados bolsillos más que de los aventureros más intrépidos) no hubiera previsto algo tan obvio como que en el Salar hacía frío. Pocos creen tampoco, que estos pilotos que portan en sus vehículos tecnología de ultimísima punta no pudieran llevar en su ajuar unos guantes de goretex y un saco propio para las condiciones que se debían prever.
El año pasado, el infierno de Tucumán se cobró varios abandonos y un muerto. El piloto villamontino Fabricio Fuentes lo recuerda bien, como pesadilla. Un reguero de pilotos alucinaba a 55 grados sin un lugar donde refugiarse a la espera de un helicóptero o una botella de agua. Del calor no hay quien se escape, las críticas duraron unos días y este año el desierto se pasará de costadito.
Lo más probable es que Bolivia y el Salar de Uyuni queden excluidos del recorrido el año que viene; quizá por aquello de que 2016 ya no es año electoral; pero no ha faltado quien ha visto fantasmas en que sea el “Perro” Casale, el quadista chileno que pelea la punta con el polaco Sonik quien abriera la caja de los truenos con sus críticas.
Lo de Casale se sumó al obvio desinterés de FOX por presentarse en Bolivia y cubrir las etapas. El campamento base y las figuras mediáticas de la cadena sudamericana se quedó en Iquique, como quien hace hora, hablando de todo y de nada durante la primera jornada, la del sábado, donde la caravana de autos se fue a Bolivia y los motoqueros descansaban. Apenas unas conexiones para indicar los resultados y unas poquísimas imágenes. Tan obvio resultaba que los presentadores cambiaban de tema cada vez que un piloto en vivo mentaba la etapa de Uyuni.
Fue al día siguiente cuando FOX transmitió un enlatado, incluida (como no) una entrevista insulsa al presidente Evo Morales, previa a las imágenes de la partida. Antes y después el presentador comparaba la autopista Antofagasta – Iquique con las de Los Ángeles – San Francisco y presumía de las maravillas turísticas de Chile.
En la tercera etapa, la que despedía a las motos y cuadras, la polémica era el objeto, aunque FOX se dedicaba a lo suyo pues tampoco le prestó tanto interés como otros medios. Bolivia como anécdota y a seguir con el Dakar.
FOX tiene equipos en Chile y Argentina, pero no en Bolivia, y probablemente no le interesaba demasiado promocionar la imagen del presidente Evo Morales y tampoco a la ASO, preocupada por sus ingresos más que por nada.
Quizá el Dakar haya escrito su última página en Bolivia, al menos por el momento. La desbordada euforia inicial sorprendió en 2014, pero este año, con el agua del Silala, las hojas de coca, etc, etc en un contexto aún más enrarecido mezclando la política y el conflicto marítimo ha puesto en aprietos a todos. El deporte es deporte y la diplomacia, diplomacia. FOX y el Dakar siguen adelante. Los ecologistas toman ahora su lugar. Veremos en que queda esta aventura.