Luis Alfaro, el impertinente
Ni bien empezaba el proceso de cambio, alguien decidió que un chapaco con ojotas y sombrero negro nunca ganaría una elección en la Tarija ex mirista. Un lazo azul, una palmada en la espalda y lo mandaron a la Constituyente primero y a la Plurinacional después, en 2009, justo cuando Mario...
Impertinente: 1.- Que no viene al caso, o que molesta de palabra o de obra
Si Luis Alfaro se hubiera caracterizado por la sumisión, quizá no hubiera Prosol en Tarija. Tarija no era, dicen, “un lugar de esos, tranquilo nomás es”. Y tan tranquilo era que pocos se acuerdan del Alfaro de hace dos décadas, cuando contribuyó de forma decisiva a la consolidación de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), germen del Movimiento Al Socialismo poco después y que lideró durante, más o menos, una década. O “desde siempre” que dicen otros.
El pasado octubre, por aquello del décimo aniversario de la “Guerra del Gas” el diputado contaba en entrevista con El Nacional como instalaron la vigilia cuatro locos en los locales de la Federación y otros veinte más marchaban por la plaza exigiendo la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada ante la atónita mirada de la mayoría. Mayoría que hoy ocupa otros sitiales: La anécdota favorita de Alfaro, como la de otros campesinos de la época, es la de “aquella vez cuando no nos dejaban entrar en la Plaza”.
En esas llegó 2005, Alfaro sumó un 20,5 por ciento para el MAS nunca bien ponderado. Aquella elección enfrentó al aparataje en retirada del MNR, transmutado a Camino al Cambio + aliados de Mario Cossío (45%) y a un MIR que luchaba por no desaparecer del todo sin soltarse de la mano de Jaime Paz Zamora (34%).
Alfaro emprendió un exilio que no fue. Alfaro pechó por entrar en el círculo próximo de Evo Morales, allí donde se sienta Julia Ramos y a ratos, Jorge Blacud. Nunca lo logró del todo.
Im – pertinente: ¿Pertenece o no pertenece? En las poco más de 15 horas que el diputado lleva como candidato al margen del MAS en Tarija ha reclamado para sí todos los éxitos del proceso de cambio y ha devuelto todos los fracasos de la era Condori, hablando de tú a tú desde el respeto y la admiración del presidente Evo Morales. Y también del vicepresidente Álvaro García Linera.
Impertinente: 2.- Excesivamente susceptible, que muestra desagrado por todo, y pide o hace cosas que están fuera de propósito
Cuando Alfaro se dio cuenta de que lo de La Paz iba para largo y que a su vuelta no quedarían ni cenizas, el diputado se diseñó una estrategia a medida que se podría resumir en “Evo sí, Lino no”.
Armó su trinchera y pacientemente empezó a disparar. Corrupción sí, pero sobre todo, la inacción del poder departamental en el conflicto de Margarita le sirvió de artillería. Alfaro empezó a construir su estatua invisible siempre presente, siempre molesta, siempre franca.
En 2012, cuando se convocó el Congreso de la Federación para renovar la directiva, Alfaro no dudó en postularse asegurando que renunciaría a su curul en la Asamblea. En apenas dos años, sus cachorros se habían emancipado. Poder es poder.
Al otro lado, la maquinaria de la Gobernación, manejada con efectividad por el secretario de Coordinación Darío Gareca se salió con la suya. Alfaro en tierra y con poder era un peligro demasiado peligroso para “el proyecto”. Entre impugnaciones, empujones y gritos a puerta cerrada, Pánfilo Guzmán fue electo en un Congreso aún no cerrado.
Impertinente 3.- Anteojos con manija, usados por las señoras
Las modas siempre vuelven. Mientras “los Ruíz” y “los Blacud” jugaban al ajedrez en Tarija, Alfaro se plantó en una de esas oficinas oscuras de la Ayacucho y entonó el “o yo o ninguno”. Fue ninguno.
Alfaro habla con la seguridad de quien sabe que todos los amarres están hechos. Que nadie se va a enojar demasiado. Que no lo meterán en la cárcel. Su candidatura ha caído como un jarro de agua fría no sólo en los fríos y desprolijos despachos de la Gobernación, sino también en las sedes de más de un movimiento social. En otros se festeja.
Alfaro cree que él puede lograr más apoyo de esa clase media que “Dignidad” dice movilizar con su candidato amortizado entrado en años. Alfaro ha marcado la línea desde el primer momento. Cabrera es Lino, él es Evo. Alfaro ha convocado, además, a campesinos y gremiales, más enojados que de costumbre. Los que siempre estuvieron. Los que entonces escuchaban al comunario – doctor. El 29 de diciembre se verá si los impertinentes vuelven a estar de moda.