Último discurso de Joe Biden en la Casa Blanca
Biden: Una oligarquía ultra rica amenaza la democracia
El aún presidente apenas ha hecho algunos cambios en EEEUU. A nivel internacional se recordará por la salida vergonzante de Afganistán, por la tolerancia con Netanyahu y el abastecimiento infinito a Ucrania



Cuatro años después de destronar a Donald Trump, Joe Biden se ha despedido esta noche de la Casa Blanca en un mensaje dirigido a la nación desde el despacho oval, que abandonará el lunes para que la historia juzgue las virtudes y carencias de su mandato, y de sus cinco décadas en política. Devolverá el cargo al mismo hombre que intentó robarle las elecciones el 6 de enero del 2021 y que ha vuelto democráticamente, más fuerte y mejor rodeado que en su primer mandato.
En un discurso final magnánimo y sin autocrítica, ha citado las advertencias de Dwight Eisenhower en su despedida (1961) contra “el establecimiento de un complejo militar industrial” para alertar contra la concentración de riqueza y poder en el futuro gabinete de Trump. “Una oligarquía está tomando forma en América, de extrema riqueza, poder e influencia, que amenaza nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicas y una oportunidad justa para todos de salir adelante”, ha asegurado.
Una velada referencia a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que donó 300 millones de dólares a la campaña de Trump y puso a su servicio el algoritmo de la red social X. El magnate tendrá un cargo externo en el gobierno y mantendrá el control de Tesla y SpaceX. También superan los mil millones de dólares las fortunas de Howard Lutnick (Comercio), Linda McMahon (Educación), Doug Burgum (Interior) o Scott Bessent (Tesoro), entre otros cargos pendientes de confirmación del Senado.
“Los estadounidenses están siendo sepultados bajo una avalancha de desinformación, lo que permite el abuso de poder. La prensa libre se desmorona. Los editores están desapareciendo. Las redes sociales renuncian a comprobar los hechos. La verdad es sofocada por mentiras contadas para ganar poder y beneficios”, ha añadido el presidente saliente, en referencia, también velada, a otro magnate que se ha acercado a Trump en las últimas dos semanas, Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta (Facebook, Instagram y Whatsapp). “Debemos obligar a las redes sociales a rendir cuentas para proteger a nuestros hijos, nuestras familias y nuestra democracia”.
“El presidente Eisenhower habló de los peligros del complejo militar industrial. Nos advirtió sobre el potencial aumento desastroso del poder desmesurado. Seis décadas más tarde, estoy igualmente preocupado por el posible auge de un complejo industrial tecnológico que podría plantear peligros reales”, ha señalado.
Biden llegó al poder vendiéndose como un presidente de transición, dispuesto a sanar las heridas de EE.UU. y pasar página del caótico autoritarismo de Trump. Pero ha terminado siendo un inciso entre los dos mandatos del primer delincuente, el hombre de más edad y el mayor populista en jurar el cargo en la historia del país.
Un legado ligero
Antes de su marcha definitiva, ha querido poner en valor los éxitos de su mandato, empezando por el final: la mediación estadounidense, junto a Egipto y Qatar, en el acuerdo de alto el fuego en Gaza alcanzado este miércoles entre Hamas e Israel. “Este plan de paz fue desarrollado y negociado por mi equipo, y será aplicado en gran medida por la administración entrante”, ha señalado, sacando pecho de su propuesta planteada en mayo del año pasado, que no se ha materializado hasta ocho meses después, a cinco días de abandonar la Casa Blanca y tras más de 46.000 víctimas palestinas y unas 1.200 israelíes.
Biden tomó en el 2021 las riendas de un país inmerso en la crisis pandémica y logró una rápida recuperación en términos sanitarios, de empleo y macroeconómicos. Auspició un importante pacto bipartidista, tras décadas de desacuerdos, para aprobar en el Congreso una ley de infraestructuras destinada a renovar carreteras y ampliar la red de internet en el país. Logró la aprobación de la mayor inversión en energías renovables en la historia de EE.UU. Incentivó la industria estadounidense en mercados emergentes, como los microprocesadores o las baterías eléctricas. Fortaleció las alianzas internacionales con la OTAN, países asiáticos como Japón o Corea del Sur y el AUKUS (Australia y Reino Unido), y puso fin en Afganistán al conflicto armado más largo en el que ha participado el país.