¿Puede Ucrania entrar en la OTAN?
La OTAN cumple 75 años y Ucrania vuelve a ser protagonista en su cumbre anual, que se celebra de este 9 al 11 de julio. Están sobre la mesa la ayuda contra la invasión rusa y el ingreso en la organización cuando termine la guerra



Ucrania puede entrar en la OTAN si sus países miembros la invitan a hacerlo, algo que todavía no ha ocurrido. La adhesión del país a la Alianza Atlántica ha estado sobre la mesa desde que comenzó la invasión rusa en 2022. De hecho, Vladímir Putin llegó a justificar la invasión como una respuesta a que la OTAN hubiese traspasado una línea roja al profundizar su relación con Kiev. A este argumento le seguiría el de que la guerra no era contra el Gobierno de Volodímir Zelenski, sino contra el conjunto de Occidente.
Desde entonces, varios líderes occidentales han asegurado que el futuro de Ucrania está en la OTAN, como el propio secretario general, Jens Stoltenberg, o el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Sin embargo, todavía no han formalizado la invitación ni han fijado una hoja de ruta clara. Lo que es seguro es que Ucrania no entrará en la Alianza mientras dure el conflicto, ya que su membresía forzaría a los aliados a entrar en guerra directa con Rusia.
El proceso de adhesión
La inclusión de nuevos miembros en el Tratado del Atlántico Norte se rige por el artículo 10. Sólo existen dos requisitos: que sea un Estado europeo y que cuente con la invitación, es decir, el beneplácito, de todos los miembros de la Alianza. De este modo, los requisitos son aquellos que establezcan los países miembros. Esto se vio de forma clara con el caso de Macedonia del Norte, que accedió a la organización en 2020 tras cambiar de nombre para superar el veto impuesto por Grecia desde 2008. Finlandia y Suecia también ingresaron en 2023 y 2024, respectivamente, tras los bloqueos de Turquía y Hungría.
Los casos de Finlandia y Suecia son excepcionales, ya que los países que aspiran a formar parte de la OTAN suelen pasar por una fase previa de profundización de relaciones y colaboración. Más allá del famoso 2% del PIB en gasto militar, que muchos miembros incumplen, la Alianza busca que tengan las capacidades de interoperabilidad y defensa suficientes para integrarse en su sistema. En el caso de Ucrania, la cooperación con la OTAN data de 1997, cuando firmaron una alianza para estrechar lazos y mejorar la interoperabilidad entre ambas partes. Ya en 2002, el presidente ucraniano Leonid Kuchma manifestó su deseo de que el país formara parte de la Alianza, y los líderes de la organización lo reafirmaron en 2008.
La cooperación entre Ucrania y la OTAN ha llevado a cabo programas de mejora de las capacidades ucranianas, así como iniciativas para combatir la guerra híbrida o intercambiar información. Esta cooperación ha aumentado desde la anexión rusa de Crimea y la invasión en 2022, no sólo con el envío de armamento y apoyo logístico, sino también con el entrenamiento de los soldados ucranianos. Gracias a los lazos con la OTAN, las fuerzas armadas ucranianas están mucho mejor preparadas para combatir a Rusia.
Ucrania sigue lejos de la OTAN
Sin embargo, Ucrania no entrará en la OTAN en el corto plazo. Tanto en la cumbre de Madrid de 2022 como en la de Vilna de 2023, la Alianza contó con Kiev como invitado y reafirmó su compromiso con la independencia y la paz del país. Pero aunque sus líderes aseguran que el futuro de Ucrania está en la OTAN, no se arriesgan a ponerle una fecha ni a invitarla formalmente. La guerra con Rusia impide una adhesión inmediata. El artículo 5 del Tratado establece que si un miembro es atacado, el resto podrá responder con los medios que considere oportunos, asegurando así la defensa colectiva. Si Ucrania formase parte de la OTAN, los aliados tendrían que confrontar a Rusia, lo que podría escalar hasta la guerra nuclear.
Tampoco es seguro que Ucrania entre en la OTAN una vez finalizada la guerra. Uno de los argumentos de Putin para invadir el país fue precisamente su acercamiento a la Alianza, lo que entendió como una provocación y una violación de una “línea roja” que afectaba sus intereses. A menos que el futuro acuerdo de paz incluyese la adhesión de Ucrania a la OTAN, los aliados podrían no querer arriesgarse a desatar la reapertura del conflicto. Así, por mucho que Ucrania solicitase el acceso a la Alianza, algunos de sus miembros podrían vetarlo para no provocar a Rusia.