Mediterráneo: Golpes, pactos y debates seniles
Este texto corresponde al boletín Mediterráneo que firma el director Jesús Cantín y se distribuye los viernes. Si quieres recibirlo directamente en tu correo, suscríbete



A veces el mundo se tambalea bajo tus propios pies y toca parar, agradezco por eso siempre su comprensión, sin embargo, Bolivia te acaba atrapando de vuelta. Este boletín nació para tratar de conectar los sucesos internacionales con la cotidianeidad nacional, pero esta semana la noticia fuimos nosotros, así que allá vamos.
Como era de esperar, toda la prensa internacional se volcó rápidamente en las informaciones que llegaban desde la plaza Murillo de La Paz y sus pintorescas imágenes. Los golpes clásicos hace tiempo que apenas se practican en África y ver a un militar uniformando entrando en Palacio Quemado tras derribar la puerta con una tanqueta da la vuelta al mundo. Obvio.
Lo propio el diálogo grabado desde varios celulares de los asistentes, aunque ahí algo se empezó a podrir. Es insólito que un militar llegue a derrocar un gobierno y se vaya a la primera negativa. Algo raro había y todos los medios internacionales empezaron a hacer preguntas para su segunda pieza, explicando entonces mejor quien es Luis Arce, qué tiene que ver con el que sigue siendo la referencia política del país a nivel internacional, Evo Morales, y cual es el contexto electoral y económico en el que todo esto se desarrolló.
Los medios de la órbita de la izquierda poco progresista sudamericana, desde la Celag a Página 12 y el Canal Red de Pablo Iglesias y compañía fueron los primeros en empezar a poner en duda la versión oficial y después fueron los medios asociados del Gobierno, como Telesur, los que amplificaron la versión oficial, poniendo dudas sobre las dudas, como Hugo Moldiz en esta entrevista.
- Lea también: Bolivia: Una asonada que dejó muchas dudas (Página 12)
- Lea también: Hugo Moldiz: Hay una serie de hechos que desbaratan la tesis del autogolpe (Telesur)
De momento se ha comprobado la relación privilegiada entre el presidente Luis Arce y el general sublevado Juan José Zúñiga, a quien eligió por encima de otros mejor calificados en su promoción y a quien protegió en diferentes escándalos, pulsos e injerencias. El propio diálogo mantenido en el hall del Palacio Quemado evidencia cierta decepción de Zúñiga, que quien sabe, en alguna noche de excesos alguien concedió la posibilidad de aniquilar la democracia.
Visto con más distancia, Arce no ha salido reforzado de la escena y sólo a un militar trastornado se le podría ocurrir que darse un golpe de Estado era una forma de elevarla. Esto preocupa sobremanera porque es un General que ha llegado al Estado Mayor.
La asonada fallida no ayuda ni al precio del dólar, ni a la credibilidad institucional, ni al margen crediticio de organismos internacionales, que se perjudican de forma inmediata y tardarán meses si no años en recuperarse siendo que Arce apenas había señalado a los créditos internacionales como mecanismo de salida.
Ahora, tal vez una vez más marcamos tendencia y dejamos aquello de los “golpe blandos” las “guerras híbridas” en papel mojado. Vienen elecciones gruesas en Venezuela, Boluarte está contra las cuerdas en Perú, Novoa en Ecuador y Bukele en El Salvador mueren de ganas de suspender las garantías constitucionales, Petro denuncia día por medio conspiraciones en su contra, y también Milei. Vivimos tiempos oscuros.
Les dejo algunos enlaces de cómo lo leyeron algunos medios internacionales:
- Stefanoni en Nueva Sociedad: Bolivia: claves de la asonada militar y sus coletazos
- En El Orden Mundial: Golpe de Estado fallido en Bolivia: qué ha ocurrido, causas y qué puede pasar
- En New York Times que le dicen “antiguo” a Morales: El presidente de Bolivia se enfrenta a un intento de golpe de Estado y a su antiguo mentor
- En Público.es que recuerda tradiciones: Bolivia y la eterna tentación golpista
- Los alemanes de DW: Prensa en alemán: “¿Qué fue eso, Bolivia?”
Democracia y otros golpes
El caso Assange: Cuando estalló el caso Wikileaks el internet en Bolivia aún iba a pedales y en general, se atisbaba su potencial en todo el mundo, pero pocos podían dar ejemplos prácticos. Julián Assange fue uno de ellos: logró información clasificada que develaba graves violaciones contra los derechos humanos en las operaciones militares de Afganistán e Irak y las colocó en la web a disposición de aquellos que quisieron hacer periodismo con eso.
El acuerdo para su libertad es evidentemente malo para el periodismo: usar información clasificada será considerado espionaje, pero es imposible no empatizar con un hombre que ha sufrido la ira de los más poderosos.
Leía un tuit el otro día que evidencia el cambio de época: A Assange se le ha perseguido durante años por mostrar los horrores de la Guerra que EEUU quería ocultar; Israel hoy difunde sin tapujos desde cuentas oficiales sus atrocidades en la operación en Palestina, pero también rusos y ucranianos las asumen como parte de la batalla sin más.
Sin duda la historia de Wikileaks es para reflexionarla a fondo.
- Lea también: “De mayor quiero ser hacker”, la historia de Julian Assange
- Lea también: Assange está libre, pero no se ha hecho justicia
Debate senil: En estos tiempos de piel fina señalar que dos octogenarios no deberían estar pugnando por la presidencia del país más poderoso (y peligroso) de la tierra y que es la muestra del fracaso de toda una generación puede ser penalizado por discriminatorio. Pero igual. El jueves vivimos uno de esos debates entre dos viejos lobos que conocen la política por dentro, por fuera y por todos sus resortes y en el que Trump destrozó literalmente a un presidente Biden que no está en facultades y que solo resiste porque al frente está “el demonio” mismo. Después de lo visto y con el calendario en la mano, el Comité Nacional Demócrata está acelerando la posibilidad de cambiar de candidato en agosto, aunque sería más fácil si Biden lo concede… y hasta el momento no hay ni una señal. No es fácil encontrar un perfil, pero tampoco difícil. Biden resiste porque al frente está Trump, rehabilitado para la política pese a la forma en la que dejó el cargo. Trump tiene la iniciativa y el nudo gordiano de su campaña trata de demostrar que hace cuatro años se vivía mejor en Estados Unidos que hoy al mismo tiempo que expone la fragilidad humana del presidente. Biden es incapaz de recuperar la iniciativa, pero un cambio bien gestionado podría dar la vuelta a la situación. Veremos.
Ley de Bases: El otro tema clave de la semana ha sido la aprobación de la Ley de Bases en el país vecino. Una Ley elemental en la propuesta de Javier Milei con todas las sombras del autoritarismo y que cambia de arriba abajo las reglas de juego aplicadas hasta ahora aunque se han hecho algunos ajustes y se ha “salvado” YPF por el momento. Hay trampa: la venta urgente de empresas estatales le va a dar liquidez para acometer sus reformas estructurales. Qué pasará después es la duda cierta. Los analistas advierten de la deslocalización, la llegada de capital no productivo y otros asuntos que convertirán a la Argentina en otro país, pero lo cierto es que los argentinos votaron eso y eso es lo que se debe aplicar, sin excusas y sin paliativos, porque por lo general este tipo de liderazgos suele acabar culpando a todo el mundo de su fracaso solo por haber cambiado dos comas del texto.
El “amigo” iraní: Este tema quema porque los resultados están por salir luego de la elección de hoy, pero la dejo como referencia de contexto por lo que pueda pasar en este país que, al final, para bien o para mal, es socio.
Para leer más despacio les dejo este otro reportaje sobre el mismo encuadre y con otro “amigo”, Putin. El cambio de paradigma en las relaciones internacionales está claro y cada país está definiendo en qué lado quiere estar. También Bolivia.
Guerras y otros desastres
Ahora Líbano: Israel ha arrasado el territorio Palestino, que es un campo de refugiados sobre su propio territorio de ocupación, ante los ojos del mundo sin que nadie moviera un dedo. Queda Rafah, al sur, donde Israel señaló que sería seguro pero que desde hace dos meses está bajo bombardeos. Bombardeos sí. Porque podría haber cuerpos de élite buscando terroristas de Hamás, que es el objetivo declarado, pero no, bombardean desde lejos con todas sus víctimas colaterales… pero ya hemos hablado de wikileaks y del estado de Biden.
La comidilla hoy es si finalmente Israel atacará el sur del Líbano que viene a ser el territorio chií de Hézbola, las milicias pro iranís, que están en el centro del combate.
- Lea también: ¿Invadirá Israel el sur de Líbano?
Más UE pro Guerra: Hace unas semanas analizábamos las elecciones en la UE y el horizonte que trazaba esa posibilidad latente de que los ultras tomaran el control del continente tradicionalmente más involucrado en los asuntos ecológicos y de derechos humanos, aun cuando sea por propio interés. El resultado final no fue para tanto gracias a la propia división entre la ultraderecha (los de la OTAN y los pro Putin), pero en general el contexto ha cambiado: la UE se derechiza y se prepara para más guerra. De hecho, la primera reunión ha sido con Zelenski para prometer más ayuda y de los nombres filtrados para la composición de la futura Comisión se mantiene a Von der Leyen al frente del Consejo de Comisarios y se prevé que la muy beliciasta primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, de 47 años reemplace a Borrell como Alta Representante de la UE. Vienen tiempos áridos.
- Lea también: UE: Más ayuda para Ucrania y una nueva cúpula
Recomendadas
Entre las recomendadas para este fin de semana:
- De El Faro: Juez condena a JOH a 45 años por narcotráfico y lo llama “político hipócrita hambriento de poder”
- De Orden Mundial: Las guerras del aceite de oliva
- De DW: Luis Almagro prometió una "OEA del siglo XXI": ¿cumplió?
- De Nueva Sociedad: China y Rusia: una fraternidad frágil
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