Navalni reaparece en una prisión en el círculo polar ártico tras 20 días sin noticias sobre su paradero
Sus colaboradores llevaban 20 días sin noticias del opositor ruso y habían denunciado sus malas condiciones de salud. "Ahora está bien", han anunciado
Casi tres semanas después de perder el contacto con él, los colaboradores y abogados del opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni ya saben dónde se encuentra. Tras ser trasladado de prisión, un proceso que en Rusia suele durar bastante tiempo, su equipo dijo este lunes que lo ha encontrado en la colonia penal IK-3 de Jarp, una población del distrito autónomo ruso de Yamalo-Nénets, situada en los Urales y a 60 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico.
El viaje del activista anticorrupción desde la colonia penal IK-6 de Mélejovo, a 230 kilómetros de Moscú, hasta Jarp, ha durado casi tres semanas. Se supone que el trayecto, unos 1.900 kilómetros, se ha cubierto en tren.
Jarp es un asentamiento de tipo urbano con una población de 5.000 personas. Se encuentra a 50 kilómetros de Salejard, la capital administrativa de un territorio con una extensión como Francia pero con una población de medio millón de habitantes.
"Alexéi está bien", escribió este lunes en la red social X la portavoz del activista anticorrupción, Kira Yármish. Un abogado de Navalni ha podido verlo, añadió. El último contacto se produjo hace 20 días.
Jarp es una de las prisiones rusas más alejadas de la civilización
La colonia penal se encuentra en el centro de la población y, según el diario Moskovski Komsomólets, se creó en los año 60, años después de la muerte de Stalin, para formar parte de la red de prisiones que con el dictador soviético formaba el sistema del Gulag.
Hasta la llegada de Navalni el presidiario más famoso que había atravesado las puertas de la IK-3 de Jarp había sido Platón Lébedev, socio del exoligarca del petróleo Mijaíl Jodorkovski, hoy convertido en opositor a Putin en el exilio, y, como él, condenado por fraude y lavado de dinero a principios de este siglo.
Los colaboradores de Navalni, de 47 años, estaban sobre aviso de que era muy probable que las autoridades penitenciarias rusas lo trasladaran a una colonia penal de "régimen especial" (el más severo), ya que el pasado agosto recibió su última sentencia condenatoria por extremismo, acompañada de una pena de 19 años de prisión. Sumados a los 11,5 años que ya cumplía por fraude, el único político ruso que en la última década ha quitado el sueño al presidente ruso, Vladímir Putin, estará entre rejas tres décadas.
Los abogados del activista anticorrupción ya han podido visitarle en la colonia penal del Ártico
Él y sus seguidores sostienen que todas estas condenas, y los futuros juicios a los que aún podría enfrentarse, son una persecución política por parte del poder. Su equipo cree que no le dejarán salir de la cárcel mientras Putin siga al frente del Kremlin.
El equipo del político encarcelado dio la voz de alarma después de que el 6 de diciembre sus abogados, que le habían visto un día antes, no pudieran reunirse con él. En la prisión de Mélejovo les dijeron simplemente que ya no se encontraba en su listado de internos.
El traslado de los presidiarios a otro centro penitenciario se suele realizar en Rusia por ferrocarril, suele durar semanas y solo se informa a la familia y los abogados cuando se completa.
Al desasosiego de no conocer cuál sería el destino final del reo, se unió el temor por su salud. Sus socios han denunciado que Navalni no ha sido bien alimentado y que ha sido enviado a la celda de aislamiento al menos en una veintena de ocasiones
La semana pasada, la relatora de la Naciones Unidas para Rusia, Mariana Katzarova, también expresó su preocupación por la salud del opositor y dijo que el opositor ruso no ha recibido adecuado tratamiento médico desde hace casi dos años.
La relatora de la ONU dijo que tanto tiempo sin informar de su paradero podría considerarse "una desaparición forzada"
"Me preocupa enormemente que las autoridades rusas no informen dónde y cómo se encuentra Navalni durante un periodo de tiempo tan prolongado, algo que podría ser considerado una desaparición forzada", destacó en un comunicado.
El equipo de Navalni tendrá ahora más complicado comunicarse y tener contacto con el opositor, que desde ahora vivirá en una de las prisiones rusas más alejadas de la civilización.
"Las condiciones son duras, al tratarse de un (penal) con una régimen especial en la zona del permafrost. Es muy difícil llegar hasta allí", decía en las redes sociales otro de los socios de Navalni, el abogado Iván Zhdánov, quien señaló que se la conoce como la prisión del "Lobo polar".
Según él, la situación geográfica del lugar hará que su contacto con el exterior se restrinja severamente. El clima tampoco ayuda. La próxima semana está previsto que las temperaturas en Jarp caigan a 28 grados centígrados bajo cero.
"Muchas gracias a nuestros seguidores, activistas, periodistas y medios que estaban preocupados por la suerte de Navalni y que no se cansaron de escribir sobre la situación", añadió.
Los socios de Navalni también hacen una lectura política de su actual traslado, pues coincide con el inicio de la campaña de las elecciones presidenciales, previstas para los días 15, 16 y 17 de marzo y en las que Vladímir Putin optará a la reelección para estar en el Kremlin un quinto mandato. Navalni ha pedido votar "a cualquier candidato" que no sea Putin.