Educación en tiempos de Covid-19
Uruguay: inicio de clases presenciales es incierto
No todas las escuelas disponen de espacios alternativos para garantizar distanciamientos físicos




A una semana del anunciado comienzo del curso escolar obligatorio y presencial en Uruguay surgen hoy más dudas que certezas.
A mediados de enero el ministro de Educación, Pablo Da Silveira, declaró que haría cumplir el retorno a clases el 1 de marzo y que no veía razones para modificarlo y 'aun en el caso de que hubiera cierto cambio de situación' aludiendo al eventual curso de la pandemia de la Covid-19.
La Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de la Educación Pública criticó que se desconociera propuestas presentadas desde noviembre para organizar en conjunto el regreso escolar con suficiente tiempo, como siempre se hizo y garantizar esta vez las prevenciones sanitarias protectoras.
Consultada por la prensa, la dirigente magisterial Elbia Pereira describió el cercano inicio de curso como un 'caos y una 'improvisación' por parte del gobierno uruguayo.
La experimentada educadora lo ejemplifica con la modalidad introducida de que la permanencia de maestros en las escuelas sería de acuerdo a la decisión de cada centro.
Recordó que 'gestionar dos mil 300 centros educativos normalmente es complejo porque se está hablando de organizar a 340 mil escolares, 20 mil docentes y seis mil trabajadores y si normalmente esto es complejo, en época de pandemia, mucho más.'
A ello añadió que no todas las escuelas disponen de espacios alternativos para garantizar distanciamientos físicos y no basta con dividir los grupos de alumnos sin contar con más docentes y auxiliares que higienicen los lugares.
Pero a su vez el gubernamental Consejo directivo de Educación se manifestó contrario a crear cargos en consonancia con la política de recortes de gastos sociales, incluido de salarios de maestros comunitarios.