Crece la guerra comercial, Trump se reunirá con Xi
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que se reunirá el mes próximo con el presidente chino, Xi Jinping, luego de que la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se intensificó y provocó escalofríos en los mercados globales. China había anunciado...
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que se reunirá el mes próximo con el presidente chino, Xi Jinping, luego de que la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se intensificó y provocó escalofríos en los mercados globales.
China había anunciado también el lunes un aumento de sus aranceles a varios productos de Estados Unidos, que incluyen vegetales congelados y gas natural licuado, en represalia a medidas comerciales de Washington y pese a que Trump le había advertido que no respondiera.
La medida, ampliamente esperada después de que Estados Unidos aumentó la semana pasada los gravámenes sobre bienes importados chinos por valor de 200.000 millones de dólares, elevó el temor a que las dos mayores economías del mundo entren en una disputa sin frenos que podría golpear al crecimiento global.
Un índice de las acciones mundiales bajó un 1,9% el lunes, su mayor caída diaria en más de cinco meses y la moneda china cayó a su nivel más bajo desde diciembre.
Trump, quien ha adoptado el proteccionismo como parte de su agenda “Primero Estados Unidos”, dijo que hablaría con Xi en una cumbre del G-20 a fines de junio.
“Tal vez algo suceda”, dijo Trump en declaraciones en la Casa Blanca. “Vamos a reunirnos, como saben, en el G-20 en Japón y creo que será una reunión muy fructífera”.
Los agricultores estadounidenses se encuentran entre los más afectados por la guerra comercial, ya que las ventas de soja a China cayeron en picada y los futuros del grano en Chicago alcanzaron su nivel más bajo en una década.
Trump dijo el lunes que su gobierno planeaba entregar unos 15.000 millones de dólares para ayudar a los agricultores cuyos productos podrían ser objeto de represalia.
Los agricultores, que son una base política fundamental de los republicanos de Trump, se sienten cada vez más frustrados por las largas conversaciones comerciales y el fracaso para alcanzar un acuerdo.
El Ministerio de Finanzas chino dijo que planea establecer aranceles a importaciones que van desde 5% a 25% a 5.140 productos estadounidenses en una lista revisada de 60.000 millones de dólares. Informó que entrarán en vigor el 1 de junio.
“El ajuste chino sobre aranceles adicionales es una respuesta al unilateralismo y proteccionismo estadounidense”, aseguró el ministerio. “China espera que Estados Unidos vuelva al camino correcto de comercio bilateral y consultas económicas”.
Trump ha acusado a China de incumplir los compromisos que alcanzó durante meses de negociaciones comerciales, lo que Pekín ha negado.
En medio de las negociaciones la semana pasada, Trump aumentó los aranceles sobre bienes chinos de 10% a 25%. La medida afecta a 5.700 categorías de productos chinos, incluyendo módems de internet, routers y dispositivos similares.
Luego, el mandatario le ordenó al Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que comenzara el proceso de imponer aranceles a las importaciones restantes de China, una medida que afectaría bienes por un valor adicional de 300.000 millones de dólares.
Pekín dijo el lunes que “nunca se rendirá” a la presión externa.
China había anunciado también el lunes un aumento de sus aranceles a varios productos de Estados Unidos, que incluyen vegetales congelados y gas natural licuado, en represalia a medidas comerciales de Washington y pese a que Trump le había advertido que no respondiera.
La medida, ampliamente esperada después de que Estados Unidos aumentó la semana pasada los gravámenes sobre bienes importados chinos por valor de 200.000 millones de dólares, elevó el temor a que las dos mayores economías del mundo entren en una disputa sin frenos que podría golpear al crecimiento global.
Un índice de las acciones mundiales bajó un 1,9% el lunes, su mayor caída diaria en más de cinco meses y la moneda china cayó a su nivel más bajo desde diciembre.
Trump, quien ha adoptado el proteccionismo como parte de su agenda “Primero Estados Unidos”, dijo que hablaría con Xi en una cumbre del G-20 a fines de junio.
“Tal vez algo suceda”, dijo Trump en declaraciones en la Casa Blanca. “Vamos a reunirnos, como saben, en el G-20 en Japón y creo que será una reunión muy fructífera”.
Los agricultores estadounidenses se encuentran entre los más afectados por la guerra comercial, ya que las ventas de soja a China cayeron en picada y los futuros del grano en Chicago alcanzaron su nivel más bajo en una década.
Trump dijo el lunes que su gobierno planeaba entregar unos 15.000 millones de dólares para ayudar a los agricultores cuyos productos podrían ser objeto de represalia.
Los agricultores, que son una base política fundamental de los republicanos de Trump, se sienten cada vez más frustrados por las largas conversaciones comerciales y el fracaso para alcanzar un acuerdo.
El Ministerio de Finanzas chino dijo que planea establecer aranceles a importaciones que van desde 5% a 25% a 5.140 productos estadounidenses en una lista revisada de 60.000 millones de dólares. Informó que entrarán en vigor el 1 de junio.
“El ajuste chino sobre aranceles adicionales es una respuesta al unilateralismo y proteccionismo estadounidense”, aseguró el ministerio. “China espera que Estados Unidos vuelva al camino correcto de comercio bilateral y consultas económicas”.
Trump ha acusado a China de incumplir los compromisos que alcanzó durante meses de negociaciones comerciales, lo que Pekín ha negado.
En medio de las negociaciones la semana pasada, Trump aumentó los aranceles sobre bienes chinos de 10% a 25%. La medida afecta a 5.700 categorías de productos chinos, incluyendo módems de internet, routers y dispositivos similares.
Luego, el mandatario le ordenó al Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que comenzara el proceso de imponer aranceles a las importaciones restantes de China, una medida que afectaría bienes por un valor adicional de 300.000 millones de dólares.
Pekín dijo el lunes que “nunca se rendirá” a la presión externa.