Acuerdo de Paz de Colombia con la FARC cumple dos años
El Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la ex guerrilla de la FARC cumplió ayer dos años con muy reducidos avances en su implementación. Así lo consideró Rodrigo Londoño (Timochenko), máximo líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) en carta dirigida...



El Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la ex guerrilla de la FARC cumplió ayer dos años con muy reducidos avances en su implementación.
Así lo consideró Rodrigo Londoño (Timochenko), máximo líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) en carta dirigida a Jean Arnault, jefe de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia.
‘Han sido muy reducidos los avances alcanzados en la implementación del Acuerdo de Paz, en particular en lo relativo al tema del acceso a la tierra’, subrayó el presidente del partido fundado en septiembre de 2017.
En la misiva Timochenko solicita a Arnault su intervención para que lo acordado sea cumplido y proporcionar el acceso a las tierras para los exguerrilleros.
El 15 de noviembre pasado, al intervenir en un seminario internacional de evaluación de la implementación del Acuerdo de Paz en la localidad colombiana de Pereira, Timochenko reflexionó sobre el segundo aniversario de la firma de la paz en el Teatro Colón de Bogotá.
Señaló que el 24 de noviembre de 2016 se vivió un momento histórico, a partir del cual el Estado colombiano adquirió un compromiso, cobijado por el principio del derecho internacional.
Sin embargo, Timochenko estimó que pese a tal blindaje, ‘han sido sucesivas las violaciones al Acuerdo Final’.
Entre las más graves mencionó las modificaciones a la Jurisdicción Especial para la Paz, pero hizo alusión también al hundimiento de la reforma política que se había pactado en La Habana y al mantenimiento en prisión de exguerrilleros.
Se refirió, además, a la inseguridad física de los exguerrilleros (84 asesinados desde la firma de la paz) y a la ausencia de los proyectos productivos colectivos o individuales con los que los excombatientes puedan derivar su sostenimiento.
Para el presidente de la FARC la deuda del Estado colombiano en materia de implementación es gigantesca.
Empero, dejó claro que no hay vuelta atrás y que ‘el retorno a las armas y la ilegalidad está descartado por completo’.
‘Apostamos a la paz con el convencimiento de que la inmensa mayoría de compatriotas terminará sumándose a este propósito’, enfatizó.
Así lo consideró Rodrigo Londoño (Timochenko), máximo líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) en carta dirigida a Jean Arnault, jefe de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia.
‘Han sido muy reducidos los avances alcanzados en la implementación del Acuerdo de Paz, en particular en lo relativo al tema del acceso a la tierra’, subrayó el presidente del partido fundado en septiembre de 2017.
En la misiva Timochenko solicita a Arnault su intervención para que lo acordado sea cumplido y proporcionar el acceso a las tierras para los exguerrilleros.
El 15 de noviembre pasado, al intervenir en un seminario internacional de evaluación de la implementación del Acuerdo de Paz en la localidad colombiana de Pereira, Timochenko reflexionó sobre el segundo aniversario de la firma de la paz en el Teatro Colón de Bogotá.
Señaló que el 24 de noviembre de 2016 se vivió un momento histórico, a partir del cual el Estado colombiano adquirió un compromiso, cobijado por el principio del derecho internacional.
Sin embargo, Timochenko estimó que pese a tal blindaje, ‘han sido sucesivas las violaciones al Acuerdo Final’.
Entre las más graves mencionó las modificaciones a la Jurisdicción Especial para la Paz, pero hizo alusión también al hundimiento de la reforma política que se había pactado en La Habana y al mantenimiento en prisión de exguerrilleros.
Se refirió, además, a la inseguridad física de los exguerrilleros (84 asesinados desde la firma de la paz) y a la ausencia de los proyectos productivos colectivos o individuales con los que los excombatientes puedan derivar su sostenimiento.
Para el presidente de la FARC la deuda del Estado colombiano en materia de implementación es gigantesca.
Empero, dejó claro que no hay vuelta atrás y que ‘el retorno a las armas y la ilegalidad está descartado por completo’.
‘Apostamos a la paz con el convencimiento de que la inmensa mayoría de compatriotas terminará sumándose a este propósito’, enfatizó.