Mejor salud para Tarija (III)

Los recursos no son los que eran, pero la salud sigue siendo fundamental para las familias tarijeñas y hay que brindar el servicio con toda la dedicación

Tarija fue en algún momento referencia de la salud pública en Tarija, pues una de las principales acciones que se implementó durante la bonanza del gas y los ingresos que llegaban vía regalías fue el Seguro Universal Autónomo de Tarija (Susat), un seguro que ofrecía un amplio catálogo de coberturas para la población no contemplada en los seguros infantiles y de adultos mayores, de los 5 a los 60 años.

Fue un programa revolucionario que lideró la entonces secretaria de Desarrollo Humano Sara Cuevas y el gobernador Mario Cossío con el resto del equipo. Revolucionario en tanto por primera vez la gente de Tarija podía enfermarse sin tener que calcular primero cuánto dinero tenía en el bolsillo.

Es verdad que la idea nunca acabó de concretarse como se soñó, que siempre falló el sistema de derivación desde las postas, que hubo mucho abuso y menos prevención de la que cabía esperar. Es verdad que todos quisieron colgarse medallas después aunque fuera por cambiar de color el carnet, y es verdad también que el problema residió después en la falta de profesionales adecuados o equipos suficientes.

El Susat fue un acierto objetivo y lo respaldan los índices de longevidad y las tasas de calidad de vida de las familias tarijeñas

Es verdad, sobre todo, que la gestión de la salud en la era autonómica se convirtió en un caballo político, en una de esas competencias “concurrentes” mal delimitadas en las que todos meten cuchara cuando hay foto, pero nadie quiere hacerse cargo del todo cuando el problema es la plata.

El Susat fue un acierto objetivo y lo respaldan los índices de longevidad y las tasas de calidad de vida de las familias tarijeñas, con seguridad, el mejor y más útil programa de la autonomía departamental, que muchos años después fue copiado y sustituido por el Seguro Universal ofrecido desde el Gobierno Nacional.

También lo fue el Materno Infantil, por la necesidad de este departamento de poner en marcha un hospital especializado que atendiera a las madres y sus hijos, pero al parecer fue inevitable que en esa deriva se incurriera en el clásico error de construir mamotretos de cemento sin personal ni equipos suficientes en casi todos los municipios que hoy resultan imposibles de hacer funcionar de forma eficiente.

Con las obras se hizo lo que se hizo y ganó quien ganó y ojalá pronto se rindan cuentas, sin embargo es necesario poner el foco en el servicio como tal, para que Tarija siga siendo un departamento de gente sana y bien atendida, donde se priorice la atención de las personas y se apueste por un sistema de Salud Pública que se anticipe a los riesgos y promueva la prevención en todas las edades y a todos los niveles.

Los recursos no son los que eran, pero la medicina y la salud siguen siendo los aspectos fundamentales para las familias tarijeñas. En esas, es menester ordenar prioridades y exigir resultados. Los servicios deben estar bien cubiertos, y todos los funcionarios deben dedicarse en cuerpo y alma a su misión. La población así lo espera, y lo exige.


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