Un San Roque Mundial
La Declaratoria, cuentan los propios chunchos, también ha hecho que los más jóvenes renueven su interés por la Fiesta en sentido integral
Hoy se cierra la Fiesta Grande de Tarija con su momento más emblemático: el Encierro de San Roque, aquel que ha disparado el interés hasta convertirlo en Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad de la Unesco, una declaración ya en el bolsillo que de alguna forma ha multiplicado las ganas de los tarijeños por mostrar las virtudes de la fiesta al mundo, unas ganas que se han dejado sentir en cada promesante y en cada tarijeño.
Ya no es una cuestión de apreciación, la principal institución mundial encargada de cuidar la cultura reconoció la singularidad de una fiesta que no tiene muchas referencias y que a la vez las tiene todas, por el eclecticismo tan propio de la bolivianidad y por su propio origen místico.
La Declaratoria, cuentan los propios chunchos, también ha hecho que los más jóvenes renueven su interés por la Fiesta en sentido integral, esto es, no solo el danzar los días más vistosos o el que se pasa por el barrio propio, sino el de entender los diferentes resortes de la fiesta y aplicarlos, que al final es lo que le da el esplendor que le ha permitido dar el salto.
Y es que el papel de San Roque en la vida pública, su impacto en la ciudad como actividad no es solo religiosa, sino cultural, comercial y económica, y no solo por su Declaratoria sino por todo lo que mueve y se movía a su alrededor. En cualquier caso, nada tendría sentido si no hubiera alguien, en algún lugar, orando por alguien de buena fe.
Han pasado los meses y se ha asentado la efervescencia inicial con la que se abordaron los debates en el famoso Comité de Salvaguarda que la Unesco encomienda armar a los diferentes actores responsables del del Festejo reconocido con la Declaración de Patrimonio con el objetivo evidente de salvaguardar ese proceso con todas sus singularidades. También Tarija parece haber digerido bien con los escándalos sexuales relacionados a algunos sacerdotes, procediendo con las penas pertinentes aún a pesar de la falta de claridad del obispado en la condena de cada caso.
Ahora, el afán político que persigue en este país cada una de las actividades parece dispuesta a no dejar tranquilo ni siquiera al patrón de Tarija, piedra angular de la Fiesta Grande, y que desde hace años se vienen preconcibiendo ideas al respecto de su fundamento que nada tienen que ver con la realidad de una Fiesta popular, populosa y soportada sobre los hombros de los chunchos y promesantes.
Es urgente que las “fuerzas vivas” y las no tan vivas le pongan sentido común a la conformación de un Comité donde no se van a repartir medallas y donde no se va a ganar un solo voto, y donde tampoco se va a incidir para convertir la Fiesta en algo más cosmopolita ni tampoco más plurinacional. A la Fiesta le dan forma los promesantes, y es lo que es.
Uno de nuestros más fieles colaboradores, el antropólogo e investigador Daniel Vacaflores – y promesante -, que siempre nos ha iluminado con su reflexión sobre el Festejo, que es una de sus obsesiones investigativas, viene planteando un plan de acción consistente en recuperar las tradiciones chunchas no solo de la Fiesta Grande, sino de todos los promesantes rurales que igualmente enriquecen el patrimonio intangible. Tal vez sea eso, tal vez otra idea, pero sin duda, la discusión sobre la conformación del Comité carece de sentido si no se tiene claro un objetivo, una misión. San Roque debe ser un factor de unidad de sensibilidades distintas que al final poco importan, porque lo que importa, en el fuero interno, es la promesa.