Mamás conscientes y corresponsables

La caída de los índices de natalidad debe compensarse con una forma de crianza más consciente que nos haga mejor sociedad

En Bolivia el Día de la Madre siempre viene cargado de un romanticismo no tan necesario. Es evidente que la figura de la madre es esencial en cualquier sociedad y que sus virtudes se acentúan más en una sociedad conservadora como la boliviana, y como probablemente todo está dicho en este sentido, hoy dedicaremos el editorial a esos otros asuntos sobre los que no se habla tanto y que cada vez más están poniendo sobre la mesa colectivos de mujeres que piden medidas para cambios concretos en la sociedad

Algunos de los datos de la última Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta de los aspectos socioeconómicos que rodean a la maternidad y que no siempre se recogen estos días. Por ejemplo, informó que, según condición de actividad, el 57,9% de las madres en el Estado Plurinacional de Bolivia están ocupadas en alguna actividad laboral, el 1,5% cesantes, el 0,4% son aspirantes y el 40,2% están inactivas temporales o permanentes de acuerdo a la Encuesta de Hogares 2015 (EH 2015), lo que son algo menos de 10 puntos que el promedio de los hombres, algo que tiene todo que ver con el aspecto de los cuidados.

Por otro lado, el estudio revela, además, que en el país 19 de cada 100 madres son jefas de hogar, es decir, casi un 20% de madres solteras o viudas que sacan adelante una familia con todas sus obligaciones. El dato además precisa por lugar de residencia, donde la proporción de jefas de hogar del área urbana representa el 20,6% y en el área rural el 13,6%. A esto se suma la brecha salarial, las dificultades para acceder a ciertos cargos de responsabilidad además de por supuesto muchos problemas para acceder a la vivienda.

Las consecuencias de estas cifras empiezan ya a evidenciarse en los registros demográficos. El índice de natalidad viene hundiéndose aceleradamente desde principios de siglo: en 2021 se registraban 2,61 hijos por mujer y una tasa de natalidad (nacimientos cada mil habitantes) del 2,18% mientras que en el 2000 era de 3,99 hijos por mujer y 2,9%.

Bolivia sigue siendo un país joven, pero cada vez menos, lo que se constituye en desafío para un país tan grande y tan despoblado como el nuestro. Un desafío que debe ser abordado desde la conciencia nacional y con la participación del Estado y sus fuerzas sociales. Esto no es un tema de “gustos” o de “las mujeres de ahora”, sino del ejercicio soberano de la maternidad de cada cual, pues sin facilidades ni garantías, es evidente que la tasa de natalidad descienda.

Toca todavía empezar por lo más básico: la maternidad debe ser deseada y a poder ser, dentro de la familia constituida pues es desde ahí desde donde se puede plantear una corresponsabilidad imprescindible en estos tiempos.

En paralelo, es necesario encontrar soluciones para las necesidades del cuidado y la dependencia que permitan coordinar esfuerzos y ser más eficientes en los manejos de los tiempos. Las escuelas educan, pero de alguna forma también deben cumplir un rol de cuidar y guardar que ayude a la conciliación. En paralelo es necesario revisar la legislación para garantizar la equidad y evitar la discriminación.

En el Día de la Madre, vaya por delante todo el reconocimiento y felicitación por esa noble tarea vital para una sociedad civilizada. Vaya también el deseo de una maternidad consciente y corresponsable que sin duda nos hará mejores.


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