El autismo y las prioridades nacionales

El diagnóstico precoz permite una mejor atención y adaptación curricular para garantizar el pleno desarrollo del niño

El 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución A/RES/62/139, de 21 de enero de 2008, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo, un trastorno de muy diferente afectación según el paciente, pero que supone a todos los efectos un desafío para las familias, la comunidad educativa y la sociedad en general.

Con la conmemoración de la fecha se quiere promover su inclusión como ciudadanos de pleno derecho en todos los ámbitos de la sociedad. En la celebración del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, anualmente se selecciona un tema o lema central y en este 2024, el tema es: "De la supervivencia a la prosperidad: Personas autistas intercambian ideas sobre su región".

En el ámbito genético se considera que el crecimiento de la población TEA se debe a la calidad de los genes que se transmiten a los  hijos

El Autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno de origen neurobiológico que afecta al funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso y se presenta en las primeras etapas de la infancia.

Esta condición se caracteriza por afectar la interacción con el mundo exterior, el contacto con las personas del entorno, así como problemas de comunicación verbal.

La creación de esta efeméride surgió en el año 2007, por iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se eligió el 2 de abril como fecha para celebrar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con la finalidad de impulsar la mejora de la calidad de vida de las personas con Trastorno con Espectro Autista (TEA), así como promover su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad, y como suele suceder, los avances registrados varían mucho en función del país en el que reside el paciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, en todo el mundo, uno de cada 160 niños tiene autismo. Esta estimación representa una cifra media, pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. No obstante, en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores. Por otro lado, el diagnóstico es muy diferente en países pobres respecto a países desarrollados, donde se cuenta con más medios para hacerlo. Por ejemplo, mientras en China y Estados Unidos ronda el 0,8%, en otros países está por debajo del 0,5%.

En cualquier caso, no es la única variable, pues en el ámbito genético se considera que el crecimiento de la población TEA se debe a la calidad de los genes que se transmiten a los  hijos. A diferencia de épocas anteriores, en la actualidad las familias generan poca descendencia, engendrando con una edad mucho más avanzada que antiguamente, sobre todo en los países más desarrollados.

En Bolivia el autismo sigue siendo uno de los grandes desafíos, pues muchos niños no son diagnosticados o se hace tardíamente, faltan especialistas y también faltan recursos en la comunidad educativa para brindar la educación diferenciada que permita desarrollar todas las capacidades del paciente.

Sirva por tanto este día mundial para reflexionar sobre las prioridades nacionales y las necesidades de las familias. Es justo y necesario que todos los niños que puedan recibir una buena atención, la obtengan.


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