Morir en el Campesino

Desde El País condenamos rotundamente el accionar de las facciones campesinas que han provocado la muerte de un comerciante que nada tenía que ver con el conflicto

Los hechos acaecidos en la zona del Mercado Campesino en la mañana de este lunes son intolerables. Una persona de la tercera edad, Benjamín Churata, que todavía se veía obligado a trabajar para sacar su sustento diario, falleció a las puertas de las dependencias de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas (Fsucct) donde por enésima vez se registraban enfrentamientos, pero esta vez entre dos sectores de la misma organización.

Nada tenía que ver el respetable vendedor de raspadillos, que como todos los días trataba de hacer unos pesos por la zona, pero como siempre, todo sucedió muy rápido: el sector “evista” quería hacer su Congreso en las instalaciones de la Federación y el sector “arcista”, aparentemente reconocido orgánicamente básicamente porque es el “arcista”, lo quería impedir. La Policía, que no tiene un libreto de control de disturbios que evite las estampidas y minimice riesgos, lanzó sus gases y en las carreras, el señor Churata se descompensó.

Hay después una historia turbia que han captado las cámaras de varios canales, pues los movilizados, aparentemente, impidieron avanzar a la patrulla. Finalmente, cuando el señor Churata llegó al hospital, era demasiado tarde.

Desde El País exigimos una profunda investigación sobre los protocolos empleados y las situaciones que desencadenaron el hecho, pues no puede ser que alguien que salía a trabajar acabe muerto por las discrepancias de dos grupos que, además, nada tienen que ver con lo puramente sindical, pues esa no es la batalla.

En Tarija tal vez se ha anticipado el pulso, quizá porque siempre ha sido región huérfana dentro del MAS y casi todos toman posiciones guiados por sus necesidades y no por su ideología. Los que están dentro de alguna manera están con Arce, los que quedaron fuera están con Evo.

El pulso entre el expresidente y su “elegido” está entrando en territorios por demás peligrosos. Durante todo el 2023 Evo Morales y sus seguidores han atacado con saña al Gobierno sembrando dudas en aspectos fundamentales, sobre todo la economía y la ausencia de dólares, pero también con acusaciones graves de corrupción e incompetencia que han minado las fortalezas del presidente Arce.

De por sí ya es un problema en tanto el pulso afecta al Estado y su desempeño, cambia el orden de las prioridades por puro interés político y genera incertidumbre en los mercados, en los inversionistas y en los consumidores. Pero lo que es intolerable es que estos pulsos empiecen a provocar muertos.

Ningún boliviano debe morir ni directa ni indirectamente por defender a uno u otro candidato. Es la democracia la que debe tomar la palabra para resolver los conflictos de esta naturaleza y si los choques se agravan, el TSE deberá mover ficha y convocar de una vez a las elecciones primarias.


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