Ciclo agrícola: Tomar previsiones

El Año Nuevo implica una nueva oportunidad de hacer las cosas bien, pero el ciclo 22-23 ha dejado al descubierto grandes vulnerabilidades

En Tarija parece haberse llegado a un consenso con la celebración de este 21 de junio que dependiendo de la cultura a la que cada cual se referencia tiene valor de inicio de ciclo, asimilado al año nuevo, sobre todo en las culturas indígenas, pero también la Católica, que celebra a San Juan Bautista en el solsticio de invierno como celebra la Navidad en el de verano.

Sin pretender pisar ningún charco, son días de celebración marcados por los fenómenos astronómicos, y también por el ciclo agrícola sometido a las estaciones climatológicas. Son asuntos sin duda primarias, cosmovisión, vida misma que cada cual celebra.

El inicio del año agrícola, sin duda, obliga a repasar lo sucedido y también a planificar lo que vendrá. O así debería de ser. El alimento escasea a nivel mundial, en 2022 se han superado los 8.000 millones de personas en el planeta y se espera que a finales de siglo se haya llegado ya a los 10.000 y la premisa está clara: todos deben tener derecho a comer, y comer bien, sano y seguro. Casi nada.

En ese objetivo tanto la ciencia como los grandes grupos corporativos han puesto en marcha apuestas de largo plazo para satisfacer las necesidades de la población mundial, aunque estos nunca coinciden ni con las necesidades del planeta ni con lo más sano para sus habitantes. Comer es clave para la salud, pero es evidente que en la intención de maximizar la producción aportando más calorías de la forma más rápida y barata posible, no todos lo están teniendo en cuenta.

El gobierno se ha tenido que emplear a fondo para garantizar la provisión interna de productos como la harina y evitar una escalada inflacionaria que lleve aparejada una crisis social

Desde hace años el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) habla de la “soberanía alimentaria” como una oportunidad de negocio y no tanto como un derecho o aspiración social para su población, de hecho, el actual presidente fue un ministro de Economía muy entusiasta con la agroindustria, a la que consideraba clave para equilibrar la balanza de pagos.

El último ciclo agrícola ha resultado revelador y ha puesto al descubierto las debilidades: solo la crisis en Perú, que mantuvo la frontera cerrada algo más de un mes elevo el precio de papa, tomate y otras verduras a precios exorbitantes, pero eso solo fue coyuntura regional.

El desafío es mundial y este año, con la guerra entre dos potencias exportadoras de grano – más del 40% del trigo mundial sale de Ucrania y Rusia – los precios de los alimentos se han visto seriamente afectados y no solo por el momento puntual, sino por lo que vendrá. En esas, el gobierno se ha tenido que emplear a fondo para garantizar la provisión interna de productos como la harina, además de para controlar los precios en el mercado interno y evitar una escalada inflacionaria que lleve aparejada una crisis social de gran magnitud. Prohibir la exportación está siendo un mecanismo efectivo en el corto plazo, pero no está claro si será sostenible en el futuro. En paralelo, sigue habiendo debate sobre la ampliación de eventos transgénicos autorizados y nadie ha hecho ninguna reflexión sobre lo sucedido en el año mundial de la quinua de hace una década que solo sirvió para disparar el precio internacional y quedarnos atrás en la producción mundial frente a Perú, por ejemplo.

Efectivamente, será el campo lo que sostenga a las naciones soberanas en el mediano plazo, por eso es urgente hacer una evaluación real de las capacidades y planificar el futuro inmediato, en coordinación con los sectores estratégicos, para que no haya sorpresas. En estas, es necesario planificar las capacidades técnicas e industriales, implementar la formación necesaria y ordenar de una vez un Plan Hidrológico Nacional. El resto son promesas y buena voluntad, que nunca llega demasiado lejos.


Más del autor
Tema del día
Tema del día
Tarija y el olvido carretero
Tarija y el olvido carretero
Tu casa, es tu reflejo
Tu casa, es tu reflejo