La campaña de BoA

BoA acapara el mercado en tanto es una empresa del Estado, pero en absoluto se trata de un monopolio, pero nadie se atreve a competir

Boliviana de Aviación sigue estando bajo una permanente campaña de desprestigio. Las dimensiones son colosales, pues no falta quien considera “incidente aéreo” una demora de cuatro horas en un vuelo en el eje central o de “catástrofe” el desprendimiento de un elemento del ala después de un aterrizaje en condiciones no tan ventajosas.

El asunto es sensible, pero también rezuma clasismo por los cuatro costados, y alguna estrategia sin demasiada certeza, pero soportada sobre algunos bulos muy extendidos, que no dejan de ser bulos.

BoA tiene muchos problemas. No se puede tapar el sol con un dedo. Efectivamente tiene sobrepeso de personal, más de una desinteligencia en la planificación de sus rutas y seguramente problemas de gestión que deberían ser remediados con celeridad, pero tiene también un carácter de servicio público que demasiadas veces se olvida. Su objetivo nunca debe ser el ser rentable, sino el de prestar un buen servicio a los ciudadanos. Efectivamente, en la definición de buen servicio puede haber divergencias.

La memoria es corta y por lo general, nos volvemos exigentes cuando nos tocan el bolsillo

En Bolivia viajar de una punta a otra del país por tierra es una aventura de alto riesgo que consume recursos y vidas, por eso el vuelo tiene una consideración de servicio público y por eso el Estado debe participar en ese mercado.

BoA acapara el mercado en tanto es una empresa del Estado, pero en absoluto se trata de un monopolio. Cualquier empresa que cumpla los requisitos de aeronavegación puede presentarse para ocupar cualquier línea además de beneficiarse de los principales incentivos del sector en Bolivia: El combustible subvencionado, pero ni aún así hay empresas que participen del negocio: quebró Aerosur, se desentendió el TAM y Amaszonas, con todos los apoyos que le brindó el gobierno de Jeanine Áñez durante su año de gobierno en el que maniató a BoA y entregó las piezas claves a exejecutivos de esa aerolínea pudo siquiera hacer una competencia mínimamente leal. Por algo será si el servicio es tan malo como se describe.

A pesar de todo y además, el pasaje es caro, especialmente para las líneas que no atraviesan el eje central. El vuelo desde Tarija a La Paz puede triplicar el de Santa Cruz a La Paz, algo que no puede dejar indiferente a nadie, pues son evidentes las desventajas de esta tierra respecto al resto del país a la hora de planificar costos. ¿Es posible que desde Tarija se subvencione el tráfico en el eje? Sería un despropósito mayúsculo.

La memoria es corta y por lo general, nos volvemos exigentes cuando nos tocan el bolsillo. No se puede asegurar que en el pasado vivíamos mejor ni tampoco peor, pero conviene centrarse en el presente. BoA debe hacer los ajustes necesarios para que su servicio sea excelente. No se puede pedir especial tolerancia a los clientes solo por portar el emblema nacional, pero si de ser justos se trata, no se puede despreciar una empresa nacional que deja sus beneficios en el país y brinda el mejor servicio posible.

Hay que ser exigente con BoA, sí, empujando al país a ser mejor con todo.


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