Corrupción y familia, última llamada

El verbo conjugado por el evismo es demasiado grave como para que Arce lo deje pasar como simple escaramuza electoralista, y al mismo tiempo, Arce no puede permitirse ni un mínimo de duda en su gestión

Desde hace meses venimos advirtiendo de las evidentes consecuencias que la batalla intestina del Movimiento Al Socialismo iba a dejar para el conjunto del Estado, pues un partido creado para canalizar precisamente las exigencias sectoriales tiene por demás secretos que guardar.

Es una buena noticia, sin duda es una gran noticia. Hace tiempo que en este país ni los fiscales, ni los diputados, ni los concejales, ni el Procurador, ni ningún otro ente institucional ha ejercido su función esencial de controlar al poder, la de fiscalizar las acciones de los ejecutivos. Ni siquiera han escuchado a la prensa cuando las evidencias palmarias se han puesto sobre la mesa. Una guerra intestina como la que se libra en el MAS tiene difícil resolución pacífica, y probablemente solo acabe cuando uno de los dos desparezca del mapa.

Luis Arce es el presidente legítimo del país. Ganó una batalla electoral limpia, administrada por primera vez desde 2005 con un gobierno hostil en el poder y un Tribunal Electoral controlado por una figura de consenso como Salvador Romero a los mandos, depositario de toda la confianza no de los bolivianos, sino del Fondo Monetario Internacional, la Organización de Estados Americanos y el resto de instituciones multilaterales que observaron animosamente la resolución de los comicios de 2021. Arce sumó un 55% de los votos en un resultado inapelable que recuperó más de diez puntos respecto a lo que los datos venían arrojando en 2019.

Evo Morales es un expresidente longevo que acabó renunciando ante la presión del país después de una elección a la que se presentó sin que lo autorizara ni la Constitución Política del Estado ni el pueblo boliviano que rechazó esta posibilidad en un referéndum en 2016, algo que está en el origen del caldo popular que permitió la protesta de 2019 y todos sus resultados, incluida la huida en el avión mexicano.

No se engañen, en ningún país del mundo esto se hubiera resuelto por la vía democrática de unas primarias internas en la que los militantes se hubieran expresado abierta y libremente

Aún así, ahora, la ambición de Morales de retornar al poder por la vía de las ánforas en el 2025 es plenamente legítima, como lo es la de Arce de volver a intentarlo ya sin dedazos y sin portar el cartel de elegido por Morales.

No se engañen, en ningún país del mundo esto se hubiera resuelto por la vía democrática de unas primarias internas en la que los militantes se hubieran expresado abierta y libremente, peor con la estructura del Estado copada y peor en unas primarias abiertas en las que vota toda la ciudadanía al estilo argentino. En todos los lugares del mundo hubiera habido estos empentones, estos trucos y estas hostilidades.

El problema en Bolivia es que la justicia no existe y por ende, todas las acusaciones son creíbles para una parte de la audiencia. El evismo la ha tomado con el hijo de Luis Arce, porque evidentemente este ha sido imprudente al pulular por las diferentes descentralizadas, pero sobre todo, por existir y tratar de hacer carrera en Bolivia, donde el nepotismo se da por supuesto. Con todo, pedir una comisión para averiguar si ha cometido delitos es una patada a cualquier estado de derecho.

Sin tomar en cuenta otro tipo de desgracias personales, probar la corrupción es el método más sencillo para inhabilitar al otro candidato. El problema para Arce es que ha convivido demasiado tiempo con Evo Morales como para hacerse el desentendido, y viceversa.

El verbo conjugado por el evismo es demasiado grave como para que Arce lo deje pasar como simple escaramuza electoralista, y al mismo tiempo, es imprescindible que se aireen con extrema transparencia todos los pormenores. Arce no puede permitirse ni un mínimo de duda en su gestión. De lo contrario, la caída es inminente. Vaya que lo es.


Más del autor
Las ranas pidiendo rey
Las ranas pidiendo rey
Tema del día
Tema del día
Evo, la justicia y la política
Evo, la justicia y la política