El País, con papel boliviano

Cambiamos el papel de presentación a uno 100% reciclado y 100% hecho en Bolivia, para que se note también por fuera que escribimos con el corazón en la tierra

Desde el 1 de junio en El País hemos cambiado de papel en nuestra edición diaria. Se trata de un papel bond de 60 gramos, 100% reciclado de cartón y, sobre todo, 100% hecho en Bolivia. Se trata pues de la primera experiencia de este tipo en un medio impreso, pues la industria periodística, hasta ahora, había tenido que importar su esencial materia prima desde los países fronterizos.

Se trata de un papel servido por la empresa estatal Papelbol, hecho a la medida de las planchas de este medio, y es sobre todo una decisión coincidente con nuestra línea editorial: apostar por el producto nacional por encima de todas las cosas.

Con el ejercicio no solo ponemos a disposición de nuestros queridos lectores un papel de mejor calidad para la lectura y aprecio de las imágenes y también se amplía las posibilidades de reutilización particular, sino que sobre todo ahorramos divisas al Estado al evitar la importación de una materia prima, sustituida por un producto nacional que genera movimiento económico y puestos de trabajo en lo local.

Es una nueva vuelta de tuerca en nuestra adaptación a este mundo cambiante del servicio periodístico que se ajusta a nuestra línea editorial de compromiso con lo boliviano, en la línea ya implementada con nuestra página web y todos los productos tecnológicos propios, que han sido desarrollados por equipos netamente bolivianos, porque apostar por lo nuestro no es solo un lema de campaña, sino un esfuerzo diario que a la larga da triunfos y satisfacciones.

Puede parecer un hecho anecdótico, pero visto desde la narrativa periodística tiene un valor simbólico que refuerza el compromiso con lo nacional en vísperas de un nuevo aniversario del diario, que como siempre sirve para renovar la pasión periodística y refrescar el legado, que siempre suma.

No corren tiempos fáciles para el sector, a la crisis del Covid se le van sumando las crisis económicas derivadas de las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania y las medidas ortodoxas de subidas de tipos de interés que acabarán pagando los países más pobres.

En estos tiempos de estrecheces, la verdad suele ser una de las primeras víctimas, lo cual es un flaco favor para los ciudadanos, cada vez más hastiados de polarización y propaganda. A menudo los discursos de soluciones se importan desde otros países, se acomodan recetas exitosas en contextos que no tienen en absoluto nada que ver con la realidad boliviana, y se profetiza sobre herramientas que no encajan en nuestra sociedad. Toca pues estar bien alerta y tener bien claros los principios y los amarres para no acabar vendiendo el humo de nadie.

En El País escribimos netamente en boliviano, de corazón y de cabeza, y desde luego estamos muy orgullosos de que se note. Deseamos de corazón que el nuevo producto sea de su agrado. Gracias por leernos.


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