Calles limpias y seguras

Limpiar no va a arreglar todo, pero definitivamente ayuda, no solo al medio ambiente si no también a la seguridad de la zona, ojalá podamos como ciudadanos tomar en cuenta teorías tan fundamentales como ésta

 

La limpieza de la ciudad y del campo es fundamental, hace menos de un año teníamos una gran campaña de limpieza impulsada por un influencer extranjero de nombre Alexis Dessard, todos parecían tan comprometidos con la causa que hasta levantaron celos de los cientos de medioambientalistas bolivianos que intentaron por muchos años convencer a la población de limpiar los campos o las ciudades. 

Pero más allá de quien nos convenza a hacerlo hay muchos factores positivos que vienen con la preservación de la limpieza. ¿Alguna vez pensó que esto estuviera relacionado con la seguridad? Una calle desolada, poca iluminación y un contenedor de basura volcado. Bolsas de residuos abiertas y restos desparramados en la acera. ¿Caminaría solo por allí? Puede que su sexto sentido le indique que no.

Pero no solo es el instinto lo que nos impide avanzar por esa vía o por ese lugar, hay toda una teoría detrás que desde hace varios años refuerza la idea que tener zonas más limpias y ordenadas, espacios públicos iluminados y bien mantenidos pueden desalentar a criminales y pandillas.

De acuerdo a María Victoria Ojea “Los barrios urbanos de América Latina y el Caribe son el hogar del 70% de los pobres de la región. Allí, donde viven los más pobres, los espacios muchas veces carecen de infraestructura básica, abastecimiento de agua y recolección de residuos”.

También se enfrentan a algunos de los más altos índices de delincuencia y violencia en el mundo, con un promedio de 29 homicidios por cada 100.000 personas (en comparación con un promedio mundial de 7 por cada 100.000) y la inexistencia de entornos formales suele crear condiciones favorables para la delincuencia y la violencia.

“Un espacio con desorden y basura es percibido como que no hay personas cuidando ese lugar”, explica John Morton, experto ambiental del Banco Mundial. Así, si un barrio tolera el desorden, ya sea tirar basura o calles sucias, podría producir – hipotéticamente- un ambiente más propicio al crimen.

Estas formas de desorden pueden servir como señales a los criminales de que los delitos no serán ni denunciados ni controlados, es decir, que nadie está a cargo. “Es el síntoma y también es parte de la causa; el barrio se advierte como más indefenso”, asegura Morton.

Una reciente experiencia en Kingston, Jamaica es prueba de ello.  Central Village, un barrio que enfrenta altas tasas de criminalidad y desempleo, se propuso limpiar las calles para revalorizar sus espacios públicos. “Había una constante presencia de basura en la comunidad. Eso enviaba una señal de que a nadie le importa el lugar y era una entrada para el vandalismo”, cuenta Mona Sue-Ho, especialista en desarrollo social del Fondo de Inversión Social de Jamaica (JSIF por sus siglas en inglés) que llevó adelante el proyecto con apoyo del Banco Mundial.

Se asfaltaron y arreglaron las calles, se limpiaron los espacios públicos y se instalaron contenedores de basura además de establecer un servicio de recolección.

El proyecto también ayudó a movilizar a la comunidad lo que resultó en nueva iniciativas propuestas por ellos. Surgieron así los guardianes del medio ambiente, que se encargan de mantener la limpieza y de motivar a los vecinos a reciclar y desechar sus residuos apropiadamente.

Limpiar no va a arreglar todo, pero definitivamente ayuda, no solo al medio ambiente si no también a la seguridad de la zona, ojalá podamos como ciudadanos tomar en cuenta teorías tan fundamentales como ésta. 


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