¿Dónde está Cristian Mariscal y las demás?

Si con un compañero periodista cuyo caso se siguió con detalle se arruinaron todas las pruebas ¿qué no pasará con el resto de víctimas anónimas?

Este 30 de agosto se vuelve a recordar el Día Internacional de los Desaparecidos, una jornada especialmente sensible que en Tarija nos remite inevitablemente a Cristian Mariscal por la figura emblemática que supone, aunque no es el único desaparecido que consta en los registros.

La mayoría de estos casos hacen referencia a mujeres jóvenes, probablemente víctimas de trata y tráfico, probablemente también asesinadas sin piedad y escondidas hasta el momento sin que nadie haya dado con su paradero. El Día Internacional de los Desaparecidos pone en evidencia, sobre todo, la incapacidad del Estado en dar respuesta a este tipo de dramas.

Este 2021 han vuelto a aparecer casos de esos dolorosos que evidencian esta incapacidad, como el de Balvina, que fue asesinada un 14 de febrero y no fue encontrada hasta 77 días después, a pesar de que estaba a dos cuadras de la casa de su asesino, semienterrada en una quebrada.

También ha salido a la primera plana el caso de MariLuz, desaparecida desde 2019 sin que nadie le dé demasiada importancia pese a los indicios que señalan que de ninguna manera salió de su casa por voluntad propia.

La buena noticia es tal vez que este año, después de ocho largos años de ineficiencia, el Ministerio Público ha decidido hacer borrón y cuenta nueva en la investigación por el caso de la desaparición del periodista Cristian Mariscal, esta vez partiendo desde otra hipótesis: el presunto asesinato producido en la casa donde se le vio con vida por última vez. La causa se sustenta ahora en las pruebas periciales arruinadas, algunos testimonios y otras evidencias que señalan lo que la pasada se empeñó en negar, que lo más probable es que Cristian Mariscal fuera asesinado y no que haya desaparecido.

El problema es de medios, pero también de falta de interés. Es necesario que tanto la Policía como la Fiscalía se especialicen en la búsqueda de desaparecidos con medios adecuados para el rastreo y accesos tecnológicos a los medios digitales a su alcance para poder avanzar más rápido en la ubicación de las víctimas, pero también es imprescindible que se pongan todos los esfuerzos en la primera parte del ciclo, es decir, en la atención a los reportes familiares que señalan desapariciones y que habitualmente se llevan el clásico: vuelva en 72 horas porque estamos hablando de adultos.

El otro gran problema es el de la corrupción, el de la debilidad de los investigadores, que los hace vulnerables a mafias o a involucrados poderosos capaces de comprar los silencios y arruinarlo todo para eludir la investigación. El caso Cristian Mariscal es emblemático en ese sentido, porque siendo un compañero periodista contaba con la atenta mirada de todo el gremio, y, aun así, a todas luces y cámaras, se fueron arruinando una tras otra todas las pruebas.

Si esto se pudo hacer con Cristian Mariscal, ¿qué no pasará con el resto de víctimas anónimas? Urge cambiar las cosas.


Más del autor
Las ranas pidiendo rey
Las ranas pidiendo rey
Tema del día
Tema del día
Evo, la justicia y la política
Evo, la justicia y la política