Tarija, Covid y el pulso innecesario

Tarija es el único departamento que parece tener la estrategia clara y que incluso, los resultados parecen acompañar, y eso no se puede poner en riesgo por batallas personales o falta de comunicación

Desde hace unas semanas se viene registrando un absurdo pulso de baja intensidad entre el equipo médico-científico y el político-estratégico de la Gobernación. No cabe duda de que unos y otros buscan lo mejor para Tarija y para el control de la pandemia en el departamento, pero por alguna extraña razón, de las humanas, la tensión parece rodear cualquier deliberación conjunta.

Junio ha sido el mes en el que los casos de Covid-19 han aparecido con más fuerza en el departamento. En esos 30 días, el departamento pasó de 34 casos confirmados a 652 y de cuatro fallecidos a quince. Solo Cercado pasó de 26 casos a 413; Yacuiba de 3 a 145; y se cerró el mes con 10 de 11 municipios con algún caso positivo.

Junio empezaba con la “lavada de manos” del Gobierno Central, que decidió patear la responsabilidad de las cuarentenas a los gobiernos subnacionales sin haber dotado de los equipos e ítems suficientes y sugiriendo implementación de planes de contención y mitigación al mismo tiempo que en su decreto estrella daba por acabada la emergencia, ampliaba la jornada laboral e incluso concedía permisos recreativos para las familias en fines de semana.

Los médicos han hecho un buen trabajo y ya hay 31 personas recuperadas mientras que la tasa de letalidad es de 2,39, concretamente la más baja del país, cuya media está en 3,5 y Oruro marca el máximo con 7,50

Afortunadamente, el COED estuvo listo y planificó un “deshielo” de la cuarentena – que en la práctica no se cumplía – acordando con los sectores y graduando la implementación de actividades. Lo cierto es que los casos fueron en aumento y a mitad de mes se optó por la estrategia del encapsulamiento y pruebas rápidas.

Los datos de las dos semanas de encapsulamiento son alentadores, aunque todavía falta desvelar toda la información, por ejemplo, cuántos de los detectados son asintomáticos y cuántos eran evidentes pero que no querían someterse a tratamiento. A falta de consolidar todos los datos, de los 200 reactivos en prueba rápida, la mitad han sido confirmados en PCR.

Al mismo tiempo, el Hospital San Juan de Dios, sus salas Covid, los hospitales de emergencia y también las provincias han aumentado sus capacidades de Unidades de Terapia Intensiva, equipos y metodologías. Los médicos han hecho un buen trabajo y ya hay 31 personas recuperadas mientras que la tasa de letalidad es de 2,39, concretamente la más baja del país, cuya media está en 3,5 y Oruro marca el máximo con 7,50.

De momento, Tarija es el único departamento que parece tener la estrategia clara y que incluso, los resultados parecen acompañar. En otros departamentos el encapsulamiento ha consistido en esperar y esperar y el “rastreo”, en anotar nombres y síntomas de los vecinos y poco más.

¿Qué sentido tiene entonces estar celando o peleando por las decisiones que toma uno u otro? ¿Qué necesidad hay de marcar el territorio? ¿De presentarse como héroe cuando conviene?

El asunto es suficientemente delicado como para concentrarse en lo malo y no en buscar espacios de diálogo y colaboración. Es necesario que médicos, políticos, instituciones, empresarios, sectores sociales y demás encuentren los espacios de diálogo para sumar.

En esta no nos va el éxito o fracaso de alguien en particular, sino de todos. Tarija puede.


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