Chaqueos: Vamos a la raíz

A  más de tres años de lo sucedido con la cordillera de Sama se trabaja en su reforestación, sin embargo el origen del problema es aún más profundo y se sostiene en los chaqueos sin control que se realizan cada año en todo el país. Lamentablemente el chaqueo mediante la quema intensiva...

A  más de tres años de lo sucedido con la cordillera de Sama se trabaja en su reforestación, sin embargo el origen del problema es aún más profundo y se sostiene en los chaqueos sin control que se realizan cada año en todo el país.


Lamentablemente el chaqueo mediante la quema intensiva de bosques para ganar tierras es una práctica que se desarrolla desde hace muchísimo tiempo, sin que ningún Gobierno haya logrado dar solución. El argumento es el bajo costo que esto implica; como indicó una autoridad “los campesinos prefieren gastar 50 centavos en una caja de fósforos que 100 dólares en maquinaria”.


¿Pero hasta cuándo seguiremos haciendo las cosas mal? El Colegio de Biólogos de La Paz alertó hace un tres meses que los últimos incendios registrados en el área de la Chiquitanía son una muestra que en las últimas décadas en Bolivia se realizó un manejo político irresponsable de la tierra, pues incluso se otorgaron beneficios irregulares denominados “perdonazos” a quienes incurrieron en dichos hechos.


Desde el año 2013 con la Ley 337 del 11 de enero de “Apoyo a la producción de alimentos y restitución de bosques”, se establece una especie de “perdonazo a todos los chaqueadores desde los años 90 hasta el 2010. Así que se perdona a todos los chaqueos que han  habido”.


Para los expertos esto no hace más que legalizar una práctica totalmente ilegal, que  es dañina para la salud, pues la gente se enferma por la grave contaminación del aire, además que las graves consecuencias climáticas ponen en riesgo la seguridad alimentaria.  


Pero vamos al punto, las acciones de mitigación del daño después de los desastres se aplauden como la reforestación de Sama, pero aún más importante es acatar el problema de raíz. Para los expertos esto se concentra en buscar métodos más amigables con la naturaleza que reemplacen al chaqueo.


Entre las acciones planteadas están las siguientes:


Biotrituración. Consiste en la trituración de los restos vegetales que el agricultor genera en sus labores cotidianas y que normalmente eran eliminados por la combustión.


Con esta técnica se colocan estos restos en una maquinaria para su biotrituración y el material resultante se deja en la parcela para que el agricultor los incorpore al suelo.


Sistema silbopastoril: Es cuando interactúan cinco componentes (arbóreo, ganadero, forrajero, el suelo y el clima) deliberadamente combinados para implementar pautas de manejo que permitan  lograr productos de mayor valor.


Compostaje: Es un proceso lento que dura alrededor de un año que permite la descomposición biológica de los residuos agrícolas dejando el campo listo para la siembra sin la necesidad de quemar.


La agroforestería: Se usa para producir alimentos sin necesidad de tumbar los bosques. Es un sistema que integra árboles, ganado y pastos en una misma unidad productiva. Este sistema está orientado a mejorar la productividad de las tierras y, al mismo tiempo, ser ecológicamente sustentable.


Entre otras medidas los expertos recomiendan producir en armonía con la naturaleza; respetando la diversidad de los diferentes ecosistemas, teniendo una producción diversificada y agroecológica.


Hacer rotación del suelo para permitir que el suelo se recupere antes de erosionar e incentivar el manejo forestal sostenible, para proteger nuestra biodiversidad y posibilitar la industrialización de los recursos naturales provenientes del bosque.


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