Frenar la contaminación

Ya llegó la época de calor y con ello aumenta la contaminación de los ríos por la mano del hombre. Heces fecales, aguas industriales y agroquímicos son las principales fuentes de contaminación del río Guadalquivir desde hace más de quince años. El nivel de contaminación de este...

Ya llegó la época de calor y con ello aumenta la contaminación de los ríos por la mano del hombre. Heces fecales, aguas industriales y agroquímicos son las principales fuentes de contaminación del río Guadalquivir desde hace más de quince años.

El nivel de contaminación de este afluente tiene categoría “D”, lo que significa que está dentro de la peor calidad de agua existente. Sus aguas se ven afectadas por las constantes descargas de sustancias fecales y residuos industriales desde cuatro quebradas de la margen derecha que son las principales fuentes de contaminación.

Pero a pesar de los constantes hallazgos sobre este problema, que no hacen más que indicar que la situación empeora, la población continúa contaminando.

No tomamos conciencia que los recursos hídricos y la cantidad de agua potable no son ilimitados, ya que se trata de un recurso no renovable y cuya recuperación insume una enorme e incontable cantidad de dinero y años de trabajo, sumado a que afecta no solo a la calidad de vida de los seres vivos, sino también a las distintas actividades socioeconómicas.

Al contaminar los ríos estamos perjudicando la calidad del agua, de forma que los materiales extraños la hacen inútil para muchas de las necesidades vitales del ser humano.

La pasada semana en un afán más de frenar la contaminación; desde  la Secretaria de Medio Ambiente de la Alcaldía de Tarija se informó que desplegarán personal de esta instancia junto al de otras direcciones dependientes del Municipio para ejercer mayor control en los diferentes ríos y quebradas de Cercado, y así evitar la mayor contaminación de los mismos en esta época.

Se advirtió que las multas de acuerdo a la Ley Nacional 1333, varían de acuerdo al nivel de contaminación, pero ascienden a diez mil bolivianos. El objetivo central es generar conciencia sobre el problema.

Sin embargo, al margen de las multas, no está de más destacar que el daño a una cuenca hídrica ocasiona la pérdida de la biodiversidad en el ecosistema acuático, eso sin contar con que algunos de los principales contaminantes de los ríos como los agentes infecciosos causan trastornos gastrointestinales.

Estos contaminantes no solo ingresan al organismo a través de una ingesta directa de agua en mal estado, sino que también pueden incorporarse a través del consumo de peces que habitan aguas contaminadas o ante una intoxicación crónica de la sustancia dañina.

Por todo ello, se debe luchar por la protección de los ríos, y evidentemente contra la contaminación de los mismos. Es, sin ninguna duda, una obligación de todos. Para esto se debe tomar conciencia, aplicar con rigor las normas e impulsar las tan esperadas plantas de tratamiento de aguas residuales para Tarija.

Si una vez más, por todos los líos políticos que nos desconcentran, dejamos dormir este problema, el daño para nosotros los seres humanos será cada vez más fuerte y finalmente irreversible.

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