El tiempo de las Fake news

“Ya no basta con contar la verdad, también hay que destruir las mentiras”, dijo acertadamente el periodista Javier Cercas tras recibir el premio Francisco Cerecedo de Periodismo en España. Y es que esto es muy necesario en estos tiempos en los que las Fake News (noticias falsas) se han...

“Ya no basta con contar la verdad, también hay que destruir las mentiras”, dijo acertadamente el periodista Javier Cercas tras recibir el premio Francisco Cerecedo de Periodismo en España. Y es que esto es muy necesario en estos tiempos en los que las Fake News (noticias falsas) se han multiplicado y más aún cuando pareciera que ya no hace falta ser periodista para difundir “noticias”.

En este marco, las fake news son una amenaza para el periodismo, pues el afán de conseguir clics o de compartir contenido inmediato, en muchos casos, tiene la contrapartida de transmitir información de menor calidad y con muchas equivocaciones y con ello se viene la desinformación.

Más aún, esto se magnifica de la mano de las redes sociales que se han convertido en el canal preferido de estas falsas publicaciones. Sumado a esto el peligro de este tipo de noticias crece en momentos cruciales como el que atravesó y aún atraviesa Bolivia. En el último conflicto hemos sido testigos de una gran cantidad de desinformación. Cientos de ciudadanos han creado falsas noticias confundiendo a la población.

Hemos visto que un tuit puede causar estragos con solo unos pocos caracteres. De la misma manera la frase de "Una mentira puede haber recorrido la mitad del mundo mientras la verdad está poniéndose los zapatos" ha sido confirmada, pues las noticias falsas se extendieron mucho más rápido que las verdaderas o reales.

Por lo tanto, quedó claro que su impacto en este tipo de movimientos es más certero y letal, pues en muchos casos incluso definen el rumbo de los sucesos. Para no contribuir a esto como población es necesario una apuesta real por la alfabetización mediática de los ciudadanos, que se traduzca en analizar la información, comprobar lo que publicamos y hacernos responsables.

Los estudiosos del tema descubrieron que el valor novedoso (exageración, morbo, entre otros) de las noticias falsas alienta su difusión, pero también el enfado motiva los retuits. Será necesario repensar lo que compartimos.

Pero claramente el trabajo no es solo de los ciudadanos sino también de nosotros como medios de comunicación, que en este contexto jugamos un rol fundamental, en la tarea de desenmascarar las fake news y de orientar con la verdadera información a la población.

Como bien apunta la periodista Miren Gutiérrez, él y la periodista es la persona que vive, aplica y comparte los principios del periodismo, tiene como primera obligación la verdad, debe lealtad ante todo a la ciudadanía, mantiene su independencia frente a sus fuentes, ejerce un control independiente del poder y en su trabajo aplica el método de la verificación. Todo lo demás simplemente no es periodismo.

Según diversos estudios, se prevé que en el año 2022 se consuman más noticias falsas que reales, así que tanto ciudadanos y mucho más los medios estamos en la labor imprescindible de combatir que las Fake news pongan en peligro la verdad.

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