Del matrimonio
Gibran Jalil Gibran Nacieron juntos, y juntos seguirán para siempre. Juntos se encontrarán cuando las blancas alas de la muerte acaben con sus días. ¡Ay! también juntos estarán hasta en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejen que existan espacios en esa unión. Y...
Gibran Jalil Gibran
Nacieron juntos, y juntos seguirán para siempre.
Juntos se encontrarán cuando las blancas alas de la
muerte acaben con sus días. ¡Ay! también juntos
estarán hasta en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejen que existan espacios en esa unión.
Y permitan que los vientos de los cielos dancen
entre ustedes.
Ámense el uno al otro, pero no permitan que el
amor sea una atadura: Permitan mejor que sea como
un mar que se mece entre las orillas de sus almas.
Colmen mutuamente la copa, pero no tomen solo de una.
Compartan su pan, pero sin comer del mismo pedazo.
Canten y dancen juntos y sean alegres, pero permitan que
cada uno se sienta solo. Así como las cuerdas de un laúd
se encuentran separadas aunque se estremezcan
con la misma música.
Ofrezcan el corazón, pero sin que por ello
dejen de vigilarlo. Pues solamente la mano de la Vida
puede contener sus corazones. Manténgase unidos,
más no demasiado juntos: Porque las columnas
del templo se encuentran separadas. Y el roble
y el ciprés no crecen estando bajo la sombra del otro.
Nacieron juntos, y juntos seguirán para siempre.
Juntos se encontrarán cuando las blancas alas de la
muerte acaben con sus días. ¡Ay! también juntos
estarán hasta en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejen que existan espacios en esa unión.
Y permitan que los vientos de los cielos dancen
entre ustedes.
Ámense el uno al otro, pero no permitan que el
amor sea una atadura: Permitan mejor que sea como
un mar que se mece entre las orillas de sus almas.
Colmen mutuamente la copa, pero no tomen solo de una.
Compartan su pan, pero sin comer del mismo pedazo.
Canten y dancen juntos y sean alegres, pero permitan que
cada uno se sienta solo. Así como las cuerdas de un laúd
se encuentran separadas aunque se estremezcan
con la misma música.
Ofrezcan el corazón, pero sin que por ello
dejen de vigilarlo. Pues solamente la mano de la Vida
puede contener sus corazones. Manténgase unidos,
más no demasiado juntos: Porque las columnas
del templo se encuentran separadas. Y el roble
y el ciprés no crecen estando bajo la sombra del otro.