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Octubre ocho

Gonzalo Rojas Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol para decirle nada, y víboras, y víboras, víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo, y el asma, y otra cosa, y el asma, y son las tres. Y el asma, el...

conquista de américa
conquista de américa
Gonzalo Rojas

Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve

con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol

para decirle nada, y víboras, y víboras,

víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo,

y el asma, y otra cosa,

y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma.

 

Así que son las tres, o ya no son las tres,

ni es el ocho, ni octubre. Así que aquí termina

la quebrada del Yuro, así que la Quebrada

del Mundo, y va a estallar. Así que va a estallar

la grande, y me balearon en octubre.

 

Así que daban cinco mil dólares por esto, o eran cincuenta mil,

sangre mía, por esto que fuimos y que somos,

¡y todo lo que fuimos y somos! Cinco mil

por mis ojos, mis manos, cincuenta mil por todo,

con asma y todo. Y eso, roncos pulmones míos,

que íbamos a cumplir los cuarenta cantando.

 

Cantando los fatídicos mosquitos de la muerte:

arriba, arriba, arriba los pobres, la conducta

de la línea de fuego, bienvenida la ráfaga

si otros vienen después. Vamos, vamos veloces,

vamos veloces a vengar al muerto.

 

Lo mío ¿qué es lo mío?: esta rosa, esta América

con sus viejas espinas. Toda la madrugada

me juzgan en inglés. ¿Qué es lo mío y lo mío

sino lo tuyo, hermano?

La cosa fue de golpe y al corazón. Aquí

va a empezar el origen, y cómanse su miedo.

 

Así que me carnearon y después me amarraron.

A Vallegrande ¿a qué? ¡y en helicóptero!

Bueno es regar con sangre colorada el oxígeno

aunque después me quemen y me corten las manos,

las dos manos.

Dispara sin parar

mientras voy con Bolívar, pero vuelvo.

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