Experto: Avance populista es por miedo de las clases medias
“No son necesariamente los miembros más pobres de la sociedad los que dan la espalda al sistema político, en parte porque éstos son los que más beneficios pueden obtener de él (…) Tampoco son las personas que han experimentado calamidades económicas. Sino más bien los grupos que más...



“No son necesariamente los miembros más pobres de la sociedad los que dan la espalda al sistema político, en parte porque éstos son los que más beneficios pueden obtener de él (…) Tampoco son las personas que han experimentado calamidades económicas. Sino más bien los grupos que más miedos tienen: esos que aún viven en el confort pero que están profundamente atemorizados con que el futuro les será adverso”.
Así caracteriza la base social del populismo en Europa y EEUU el politólogo germano-estadounidense, especialista en teoría política y democracia, y docente de la Universidad Johns Hopkins, Yascha Mounk.
En su último libro titulado “El pueblo contra la democracia: Por qué nuestra libertad está en peligro y cómo salvarla”, Mounk afirma que la situación de “estancamiento” -es decir, de escaso crecimiento económico- se ha vuelto un ambiente que genera miedos e inquietudes de las clases medias, que luego son hábilmente explotadas por políticos populistas.
En ese sentido, no es que quienes votan por la ultraderecha estén sufriendo precariedades, sino que temen caer en esa situación si la economía general no mejora. Ese temor es lo que políticos como Donald Trump (EEUU), Marie Le Pen (Francia), Jair Bolsonaro (Brasil), Santiago Abascal (España) y otros, aprovechan, y con un enfoque nacionalista y conservador, apelando también a la “nostalgia”, buscan captar electores.
Romper esa “trampa”, como le llama Mounk, pasa necesariamente por “aliviar los miedos y visualizar un futuro mejor”. Para ello, el académico propone cambiar radicalmente las políticas que, entre otras cosas, han permitido que desde la década de 1980 las grandes fortunas y grandes empresas paguen cada vez menos impuestos.
El experto sugiere aplicar una mayor presión fiscal a los multimillonarios y a las grandes empresas transnacionales, y apunta contra los elevados precios de la vivienda (burbuja inmobiliaria), además de pronunciarse a favor de rehabilitar y modernizar el estado de bienestar europeo, actualmente en crisis.
Más impuestos para los ricos
De acuerdo con la investigación de Mounk, los más ricos en EEUU pagaban un impuesto a las fortunas del 70% a principios de los 1980. A principios de este siglo, el promedio del puesteo bajó a un 35%. Y si bien en Europa “los niveles de imposición fiscal sobre los súperricos no han bajado tanto, una década de austeridad ha causado un gran impacto en cómo la gente está protegida ante los riesgos existenciales y ha erosionado los servicios públicos”.
Estas es una de las realidades que, según Mounk, es necesario cambiar para comenzar el giro de las políticas que genera incertidumbre en las clases medias. “Esto significa aumentar de modo efectivo los impuestos para los que más ganan y para las empresas más rentables. Significa restaurar los elementos básicos del estado de bienestar. Significa invertir en áreas que prometen beneficios a largo plazo como infraestructuras, investigación y educación”, explica.
Viviendas caras, una burbuja peligrosa
El politólogo y docente advierte que, en ciudades como Londres, los inquilinos gastan hasta el 72% de sus ingresos en el pago de la vivienda, mientras que en Hamburgo (norte de Alemania), la mitad de los inquilinos gasta el 50% del ingreso familiar.
“El precio exacerbado de la vivienda es ahora una de las razones más importantes para explicar el estancamiento de los estándares de vida en Norteamérica y Europa occidental”, afirma al respecto Mounk, y advierte que es otro de los factores que podrían estar detrás del descontento de las clases medias.
Por tanto, “si derrotar el populismo depende en parte de hacer que los ciudadanos sean más optimistas sobre su futuro, se necesita una radical reorientación de las políticas de vivienda”, afirma en su libro.
La TV y su rol en el ascenso del populismo
Hace pocos días (el 7 de julio), los economistas Ruben Durante, Paolo Pinotti y Andrea Tesei publicaron una investigación titulada “El legado político de la TV de entretenimiento” en el American Economic Review, una de las revistas de ciencias sociales consideradas como de mayor prestigio.
En su estudio, Durante, Pinotti y Tesei investigaron “el impacto político de la televisión comercial en Italia para explotar la escalonada introducción de la red televisiva de (el expresidente) Silvio Berlusconi, Mediaset”, a principios de los 1980s.
“Encontramos que los individuos que tuvieron acceso temprano al contenido de entretenimiento de Mediaset tenían mayor probabilidad de votar por el partido de Berlusconi en 1994, cuando candidateó por primera vez. El efecto persiste durante cinco elecciones y es impulsado por asiduos televidentes, particularmente los más jóvenes y los más entrados en años”, explican los economistas.
En cuanto a los posibles mecanismos para esto, “encontramos que los individuos expuestos a la televisión de entretenimiento cuando son niños fueron menos sofisticados cognitivamente y menos cívicos cuando llegaron a la adultez, y a la larga, más vulnerables a la retórica populista de Berlusconi”, agregan.
Habrá que esperar a que otros investigadores refuten sus argumentos y hagan otro análisis con sus datos para contradecir estos hallazgos. Mientras tanto, la influencia de la llamada “TV basura” puede ser uno de los factores para el ascenso del populismo, junto con los anotados por Mounk.