“Historia significa testimonio”. Los testimonios de la historia
El Ing. José Paz Garzón, Presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Tarija



El Ing. José Paz Garzón, Presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Tarija, publicó el 15 de abril pasado un post en FACEBOOK en el que indica que lo que conocemos como BATALLA DE LA TABLADA debería en realidad llamarse: BATALLA DE TARIJA debido a que: “HUBO CAPITULACIÓN EN LA VILLA DE TARIJA”, refiriendo, para el caso, algunas consideraciones que hizo Don Lorenzo Lugones sobre la Capitulación del Cnel. Mateo Ramírez el 15 de abril de 1817[1].
El Ing. Paz argumenta que: “sería correcto y lógico nominar en adelante “Batalla de Tarija” a lo que hasta este momento llamábamos BATALLA DE LA TABLADA”[2] para: “elevar su jerarquía geográfica” en atención a que: “Tarija es una referencia universal”. Añade además que: los hechos históricos documentados: “tanto (por) el parte de guerra del 18 de abril de 1817 de La Madrid[3] como (por) las memorias de los protagonistas: Gregorio Aráoz de La Madrid y Lorenzo Lugones son pruebas documentales insustituibles, indiscutibles y concluyentes para interpretar los hechos históricos de la Toma, batalla y capitulación de Tarija” durante los días del 14 y 15 de abril de 1817.”
Esta es, desde luego: “una proposición o sugerencia” del Presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Tarija que merece el respeto y consideración generales. Lamentablemente no fue considerada ni analizada hasta el momento con el detenimiento que el caso debería ameritar siendo de lamentar que no hubiera sido presentada en las Jornadas Argentino-bolivianas de Historia que se realizaron en conmemoración del Bicentenario de la Batalla de la Tablada, ocasión en la cual se examinaron todas las posibilidades que este acontecimiento hubiera podido tener. Personalmente solo tuve conocimiento de ella cuando se presentó el folleto titulado “BATALLA DE TARIJA”, en el Salón de conferencias del Convento Franciscano de Tarija, publicado por el Ing. Paz poco tiempo después de ese evento[4].
Dada la importancia del tema voy a permitirme analizarlo no solamente en lo que se refiere a la cuestión del nombre propuesto sino también de otros aspectos que suscita la publicación del Ing. Paz, así como, igualmente, algunos otros que son atingentes a fin de tener una visión completa de este problema.
EL NOMBRE: “BATALLA DE LA TABLADA” o “BATALLA DE TARIJA”
No podemos desconocer que el hecho de armas en el que intervino Aráoz de La Madrid la mañana del 15 de abril de 1817 en los altos de La Tablada, quizás no debería llevar el apelativo de Batalla puesto que las fuerzas que entraron en combate, el tipo de armamento en juego y la duración de la acción fueron bastante exiguos y no ameritarían semejante calificativo: apenas unos 100 hombres por parte del ejército realista y algo menos del patriota; no hubo tronar de cañones y la acción duró solo unas horas. Por más arrojo que hubieran mostrado los combatientes no autorizaría a que se la califique como una verdadera Batalla.
Sin embargo, el calificativo que se le atribuye tiene en consideración no solamente ese hecho en forma aislada sino todas las circunstancias en las que esa acción fue pensada, planificada y ejecutada que involucraron, en el fondo, a mucha mayor cantidad de gente, recursos y propósitos, lo cual nos haría ver que una denominación de menor alcance resultaría insuficiente, muy especialmente teniendo en cuenta la gran significación que ese hecho tuvo para los ejércitos Belgranianos del frente Norte, peligrosamente amenazados por los ejércitos realistas, lo cual hace que su significación equivalga a muchas batallas de gran envergadura según la argumentación que expondremos en el curso de esta exposición.
LA ESTRATEGIA
El objetivo inicial consistió en proporcionar alivio al frente Norte, fuertemente presionado por las fuerzas realistas, una idea estratégica brillante del Gral. Belgrano. Lo mismo puede decirse de la decisión de escoger una persona de la inteligencia, valentía y arrojo del Cnel. Gregorio Aráoz de La Madrid, quien es el que, a partir de ese momento, capitaliza todos los logros que se consiguieron a partir de ese momento.
LA TACTICA: MARCHA HACIA EL NORTE.
La Madrid planificó con gran lucidez las acciones que iba a ejecutar a medida que los acontecimientos se fueron desarrollando. Su objetivo: Oruro, según la orden inicial: “por el descampado”, es decir, por Atacama tuvo que ser reemplazado por otro que le permitiera conseguir los caballos: “que su comando no pudo proveerle” puesto que, sin ellos, la misión que le había sido confiada habría sido imposible. Él sabía, desde luego, dónde conseguirlos. Oruro, el objetivo que Belgrano le señaló inicialmente, quedó en segundo plano: primero, los caballos. Cambió el rumbo, por lo tanto, hacia Tarija.
CANGREJILLOS
Una circunstancia providencial le hizo sin embargo cambiar substancialmente esos planes. En su camino a Tarija se cruzó, en Cangrejillos, con una patrulla que llevaba el correo a la Comandancia del Ejército realista, En ella se encontraba una carta del comandante de la guarnición de Tarija, el Cnel. Mateo Ramírez, en la cual indicaba que estaba sin municiones debido a algunos enfrentamientos con las tropas de Don Francisco de Uriondo.
CAMBIO DE OBJETIVO: CABALLOS POR TOMA DE TARIJA
El objetivo: “caballos”, cambió por consiguiente de forma inmediata y se convirtió en: “toma de la plaza de Tarija”. Con esto, La Madrid cumplía de forma inmediata no solamente con el objetivo táctico de Belgrano sino que también justificaba, con creces, su “desobediencia” a las órdenes superiores.
Todo, a partir de ese momento, se desarrolló con un nuevo cariz, fijándose una ruta lo más despoblada posible para la marcha a fin de evitar fugas y delaciones que hubieran puesto en peligro el plan inicial.
LA VIA SEGUIDA: HUAYLLAJARA O TAJSARA Y “LA CUESTA DEL INCA”
Este era uno de los aspectos de la mayor importancia debido a que la sorpresa era el elemento fundamental de este proyecto. La vía escogida debía reunir las condiciones para garantizar el mayor secretismo posible para no alertar al enemigo. Sin mencionar cuál pudo haber sido el camino escogido, Lugones se refiere a ello en los siguientes términos:
“…tomamos un rumbo enteramente opuesto al despoblado[5] y a Tupiza, que quedaron a nuestra espalda y, en la marcha de toda la noche y el día, trastornamos las elevadas cumbres de la cordillera de Tarija, dejando a nuestra derecha el camino real de Cuyambuyu, entramos al de la quebrada de Tolomosa y, marchando sin parar otra noche y un día más, descendimos como el rayo sobre Tarija por la puerta del Gallinazo”[6]
El Ing. Paz sugiere que el camino tomado por La Madrid a partir de Yavi habría sido aproximadamente el siguiente:
“…después de un amago a Yavi por el camino a Pumahuasi, rumbo este por la altiplanicie, para bajar hasta llegar a Huayllajara y nacientes del río Camacho, senda patriótica que aún utiliza el gauchaje de Jujuy y Salta en sus incursiones al valle de Tarija, continuando por Alisos, Pampa Redonda y Tolomosa hasta el Portal del Gallinazo, Villa de Tarija” (Figura No. 1).
Esta ruta, sin embargo, evidentemente muy utilizada hasta nuestros días, habría implicado transitar por las vertientes del río Camacho, pasar por Chaguaya, Alisos y Tolomosa por los alrededores de la Concepción para llegar a la Cuesta del Gallinazo, todos los cuales atraviesan lugares sumamente poblados que habrían hecho imposible el secretismo que La Madrid necesitaba para sorprender al enemigo.
Por ello, pese a la conveniencia del camino por Huayllajara que propone el Ing. Paz, La Madrid tuvo que escoger el del “despoblado”, es decir, el del altiplano de Tajsara y la cuesta de La Patanka, llamada también “Camino o Cuesta del Inca” [7], que desde Pasajes llega a Pinos y, luego, directamente, a Tolomosa y la Cuesta del Gallinazo, que es precisamente lo que indica García Camba en la referencia anteriormente citada.
EL FACTOR SORPRESA
De manera particularmente meticulosa asimismo, todas las personas que fueron encontradas por azar en el camino o en las cercanías fueron secuestradas y conducidas con el ejército para evitar filtraciones. La columna expedicionaria llegó al amanecer del día 14 de abril de 1817 a Pinos, al pie de la llamada Cuesta del Inca[8] y, al atardecer del mismo día, a la Cuesta del Gallinazo, en las puertas de la villa de Tarija, sin haberse dejado sentir por el enemigo. Ramírez no advirtió la presencia de La Madrid hasta el último minuto puesto que se sorprendió cuando quienes consideraba hasta ese momento como “gauchos” de Uriondo, desplegaron una perfecta operación militar para poner un cerco cada vez más estrecho a la ciudad.
Hasta aquí, todo lo que podría considerarse pertinente en relación al cambio de nombre propuesto. En adelante me referiré a otros aspectos que podrían servir de argumentos complementarios para lo que he planteado.
LOS COMBATIENTES LOCALES
Algo que curiosamente no es mencionado ni por La Madrid ni por Lugones pero si por los historiadores españoles como García Camba, de forma muy clara y precisa, es la presencia del Comandante guerrillero don Eustaquio Méndez con 100 hombres en lo que los autores citados llaman: la “Cuesta del Inca” que nosotros conocemos como: La Patanka. Este hecho es confirmado tanto por el Gral. Valdez[9] como por Bartolomé Mitre[10] y es reiterado en el parte que el Gral. Francisco de la Cruz eleva el 17 de mayo de 1817[11]. Este último autor señala, además, que no habría sido solamente Méndez quien se habría reunido en ese momento con La Madrid sino también: “varios oficiales” bien armados, haciendo suponer la participación de otros grupos guerrilleros locales junto a sus jefes.
Don Luis Paz indica, al respecto:
“…Durante la noche del 14 de abril continuó el fuego sobre la plaza y la caballería patriota ocupó todas las salidas del pueblo, donde se situaron los guerrilleros tarijeños que se habían incorporado conducidos por sus caudillos. Dice el general La Madrid que esa noche fueron tomados varios chasquis que mandaba Ramírez a las fuerzas que guarnecían Concepción y a las del general Vivero que se encontraba en el partido de Cinti, pidiéndoles auxilio, y que el teniente coronel don Andrés Santa Cruz hizo, repetidas veces, inútiles esfuerzos para salir de la villa para traer las fuerzas de su comando”[12].
Por lo tanto, en esos momentos, las fuerzas atacantes de La Madrid fueron no solamente los cuatrocientos hombres que este trajo desde Las Trancas sino, también, los 100 de Eustaquio Méndez y, probablemente también, muchos otros jefes locales. La fuerza atacante, en consecuencia, pudo haber superado, largamente, a la de la guarnición local. Según el mismo don Luis Paz:
“…los guerrilleros, que durante esa noche y el día anterior se incorporaron a la expedición mandados por Uriondo, Méndez, Avilés y demás caudillos, ocuparon la cuenca del río Guadalquivir, batiéndose bravamente con los granaderos del Cuzco sin dejarlos salir de sus trincheras. Sin el oportuno concurso de los caudillos tarijeños hubiera sido tomada la retaguardia de los patriotas por las tropas de la plaza”.
Es decir que, si no hubiera habido el concurso de esas fuerzas: locales, no habría sido posible la victoria en el campo de La Tablada y, consiguientemente, tampoco la toma misma de Tarija, lo cual habría hecho fracasar el propósito inicial de La Madrid.
LA INCONSECUENCIA DE ARÁOZ DE LA MADRID
Varios autores, incluyendo el propio Luis Paz, hacen severas críticas al Parte de Guerra enviado por La Madrid[13], el cual en ningún momento menciona que hubieran participado en este hecho combatientes locales, algo que es calificado como una injusticia. En la noche del 14 de abril, siempre según Don Luis Paz:
“el número de montoneros fue abrumador, habiéndose incorporado todas las partidas que merodeaban por esos contornos, guardando la retaguardia de La Madrid cuando fue al encuentro de las tropas reales a la Tablada…”. Menciona además, que: “…la rendición tan pronta de las trincheras obedeció al cúmulo de los montoneros que se presentaran alrededor de ellas, porque Ramírez pudo haberse batido sin mucho esfuerzo con los soldados de La Madrid, cuyo número apenas superaba al de la guarnición, siendo los renombrados granaderos del Cuzco muy superiores, en calidad y disciplina (a los soldados de La Madrid. N.A.)”.
Don Luis Paz hace resaltar además el temor que tenían las tropas realistas a los montoneros porque uno de los términos de la Capitulación exigidos por Ramírez fue que: “…entren en la plaza solo las tropas de línea”, puesto que los montoneros no daban ni recibían cuartel y tenían muchos agravios que vengar.
TRASCENDENCIA DEL HECHO
Como fuere, este hecho histórico, pequeño en relación a otros ocurridos en parecidos escenarios, tuvo una significación enorme para toda la prolongada y sangrienta guerra que se desarrollaba en estas latitudes. Quebró, principalmente, la seguridad y el empuje con que avanzaban las tropas realistas disminuyendo el ritmo de su avance por el temor a recibir golpes de la magnitud y la efectividad del que fueron objeto en Tarija, abonando el terreno para la derrota definitiva que sufrieron posteriormente. Con esta acción, Tarija alcanzó un gran realce puesto que fue un triunfo de tanta resonancia como el que produjo la famosa Batalla de Suipacha, uno de los triunfos más celebrados de los ejércitos patriotas en territorios de lo que se conocía como el Alto Perú, hoy Bolivia. Nuestro ineludible deber es preservarlo, honrarlo, ensalzarlo y enriquecerlo, en esta y en las futuras generaciones y no tratar de disminuirlo y apocarlo como pretenden esta y otras proposiciones del mismo cuño[14].
De esta forma, en mi modesta opinión, no es justificable la proposición que hace el Ing. Paz acerca del cambio de nombre de tan memorable fasto histórico, consagrado no solamente por los usos y costumbres sino por los hechos mismos. La BATALLA DE LA TABLADA debe ser recordada como tal, con ese nombre y las características con las que es conocida.
[1] Memorias del Coronel Lorenzo Lugones. Buenos Aires. Imprenta, litografía y encuadernación de G. Kraft, Cuyo 1124. 1896.
[2] “…en base a las reiteradas citas, apreciaciones o miramientos en las publicaciones de los principales actores o investigadores del hecho histórico de 14 y 15 de abril de 1817…”. Paz Garzón, J. Op. Cit.
[3] Publicado en la Gazeta Extraordinaria de Buenos Aires el 22 de mayo de 1817.
[4] José Paz Garzón y Eduardo Valencia Paz. “Batalla de Tarija”. Tarija, abril de 2017.
[5] Se refiere al de Atacama.
[6] Memorias del Coronel Lorenzo Lugones. Buenos Aires, 1896, pág. 67.
[7] García Camba, Memorias, pag. 351.“El coronel enemigo La Madrid, después de la sorpresa de Humahuaca, instruido de la falsa posición de Ramírez, marchó contra Tarija, y uniéndosele al pie de la Cuesta del Inca el caudillo Méndez con su partida…”.
[8] Id.
[9] Conde de Torata: Refutación, Tomo II: 213-214.
[10] Historia de Belgrano y de la Independencia argentina. Cap.XXXII, pág. 610.
[11] Boletín No. 21 del Ejército Auxiliar del Perú. La Gaceta de Buenos Aires Extraordinaria del 17 de mayo de 1817. “…Después de una marcha sin incomodidad…//… llegó esta división a las inmediaciones de Tarija sin ser sentida del enemigo y, habiéndose reunido allí varios oficiales con cien hombres del país bien armados…”. En: Minutolo de Orsi, C., Tomo II: 174-175.
[12] Santa Cruz, A. Memorias, Tomo I, pág. 110.
[13] Parte de Guerra del Comandante Gregorio Aráoz de La Madrid al General Don Manuel Belgrano, de 18 de abril de 1817 publicado en la Gaceta Extraordinaria de Buenos Ayre del Jueves 22 de mayo de 1817.
[14] Hay una serie de otros planteamientos que pretenden disminuir la importancia de este acontecimiento tratando de mostrar solo alguno de los ángulos del fenómeno. Algunos, como el que ahora comentamos, hablan de: “EL COMBATE DE LA TABLADA”, otros del: “COMBATE DE TOLOMOSA”- y otros, en fin, de: “TOMA DE TARIJA” , “CAPITULACIÓN DE TARIJA” o, incluso, de: “COMBATE DE LA TABLADA DE TOLOMOSA”, denominaciones que, conforme hemos visto, no tienen ninguna base sólida en la cual sostenerse.