La vida por un hijo, Jaime Mariscal fallece tras buscar 2 años a Cristian
El 19 de enero de 2014 se vio por última vez con vida al periodista Cristian Mariscal; desde entonces todas las pericias importantes han fracasado una tras otra. Su padre, Jaime Mariscal, pidió Justicia y Verdad hasta el último día. Ayer falleció dejando tareas pendiente.
El 19 de enero de 2014 se vio por última vez con vida al periodista Cristian Mariscal; desde entonces todas las pericias importantes han fracasado una tras otra. Su padre, Jaime Mariscal, pidió Justicia y Verdad hasta el último día. Ayer falleció dejando tareas pendiente. A continuación puede ver el reportaje multimedia con todo lo acontecido en los dos años de desaparición.
Se apagó don Jaime Mariscal. A menos de dos semanas de que se cumpliera el segundo aniversario de la desaparición de su hijo Cristian Osvaldo y a poco más de un mes de que, si nadie lo remedia, el Ministerio Público dé carpetazo a la investigación sin un solo resultado, el patriarca de la familia se fue después de 700 y pico días sosteniendo una lucha desigual desde la impotencia contra la burocracia y la desidia.
"Si está vivo que me digan dónde está y si está muerto igual, y ya está", última comparecencia pública de Jaime Mariscal
El diagnóstico es lo de menos, si fue la diabetes, la tensión o el cáncer. Don Jaime no se quería ir. El 18 de diciembre convocó a toda la prensa a los pies de su cama en el Hospital Obrero, ya cuando la familia esperaba lo peor, para recordar que la Justicia tenía una deuda pendiente, que se debía esclarecer la investigación y que la verdad le trascendería.
A Don Jaime le dieron el alta para pasar la Navidad en su casa, pero tuvo que volver de urgencia pocas horas después. Casi completamente sedado se aferró a la vida diez días, apretando los puños cada vez que alguien vinculado al caso se acercaba a visitarlo, aferrándose a los bordes de la cama con una fuerza que ya apenas lograba reunir en su cuerpo menudo y raquítico. Don Jaime se apagó, pero no se rindió.
Negro riguroso, lágrimas contenidas y derramadas y el aire que impregna los momentos de injusticia se citaron en el salón de la funeraria Valdez donde don Jaime seguía de cuerpo presente y los acompañantes y amigos saludaban a la familia con el compromiso de mantener la batalla. María, la hija y hermana y vital soporte de don Jaime en este tiempo se deshace en sollozos, la señora Calvimontes, su esposa, soporta estoicamente el enésimo reto de la vida.
Hoy a las 15.00 horas en el Cementerio General se dará el último adiós al padre que juró ir hasta el fin del mundo para conocer lo que de verdad sucedió con su hijo y que quizá, a estas horas, ya lo sabe.
¿Qué fue del caso Mariscal?
El caso Mariscal es uno de esos casos que recuerdan a la lucha bíblica de David contra Goliat y que en su versión mundana Goliat utiliza su fuerza y su enorme peso para ganar por incomparecencia del rival, cansado de darse de bruces contra cada pared del camino. Cada fiscal. Cada ministro. Al David don Jaime le ha costado, de momento, la vida.
Todo empezó un 19 de enero de 2014 de madrugada, cuando Cristian – nombre artístico y asumido en el medio – salía de trabajar como animador de la discoteca Vértigo, en la calle Méndez del centro tarijeño. Una cámara de seguridad lo captó perfectamente sobrio entrando en su vehículo. El resto de la historia se construye en base a testimonios la mayoría de ellos, interesados.
Según la versión de Gabriela Torrez Araoz, oficialmente ex novia esa madrugada, Cristian la fue a buscar a su casa, donde habían convivido hasta pocas semanas antes. Accedió hasta la puerta de su dormitorio gracias a que todavía contaba con una llave del garaje donde guardaba su vehículo. Torrez aseguró que lo acompañó de nuevo a la calle, tomó su vehículo y se fue. Torrez cambió dos veces su versión sobre el "estado de ebriedad" en el que se encontraba Mariscal y sobre la intensidad de la discusión que sostuvieron.
La investigación fiscal tardó en abrirse. Casi un mes después se accedió a la vivienda para realizar pruebas de luminol (pericia especializada que detecta manchas de sangre incluso luego de ser limpiadas). Fue con permiso de la familia, aunque antes un testigo señaló que la casa había sido pintada ese mismo domingo 19 de enero. La prueba logró encontrar hasta 13 manchas de sangre en el trayecto entre el dormitorio de Gabriela y la puerta del garaje.
David se topó con el primer Goliat. Después de varias semanas en poder del Instituto Técnico Científico Policial (ITCUP) las muestras fueron reclamadas por el Instituto de Investigaciones Científicas de la Fiscalía (IDIF) y después de un viaje por el interior del país se determinó que no se podía inferir nada al haber sido manipuladas; es decir, se inutilizaron las pruebas.
Bomberos y Policía realizaron durante algunas semanas búsquedas nunca del todo satisfactorias por algunos parajes del departamento, por el lago San Jacinto y con especial incidencia en unas represas en Rosillas.
Nunca llegó a despegar una avioneta destinada a vuelos de reconocimiento. Los perros rastreadores especiales traídos para la ocasión no duraron lo suficiente y se le cerraron las puertas de algunos inmuebles, como uno en San Jerónimo solicitado y negado por la Justicia. Pronto apareció el segundo Goliat. La familia Mariscal es una familia honrada y humilde y todo en este país cuesta demasiado cuando se trata de hacer Justicia.
Los informes de las telefónicas también dieron una pista; Gabriela Torrez intercambió esa noche más de 40 llamadas y mensajes con su nuevo enamorado y también imputado Grover Carranza. Secuestrados los aparatos junto a los equipos que Mariscal usaba tanto de forma personal como en Plus TV entró en juego el famoso perito Carlos Facundo Olascoaga, habitual de la Fiscalía General en Sucre.
Olascoaga tomó todos los equipos e inició su pericia. Primero trianguló las llamadas de Mariscal y Gabriela que supuestamente habían cruzado esa madrugada luego de salir del domicilio y en un avance de pericia indicó un punto en el entorno del lago San Jacinto; pronto se descubrió que, de acuerdo a la secuencia horaria, resultaba imposible haberse trasladado desde casa de Torres Araoz hasta el lago San Jacinto en tan breve espacio de tiempo ni a 180 kilómetros por hora según defiende el abogado Tamer Medina.
La Fiscalía decidió, a instancia de parte, ampliarle en el mes de julio el pedido al perito para que recuperara el contenido de los celulares de Torres y Carranza.
El tiempo transcurrió pero el 24 de octubre la fiscalía de Sucre ordenó allanar el domicilio/laboratorio de Olascoaga. Hasta hoy no se ha logrado acceder a la información requisada en ese operativo. Olascoaga aseguró en entrevista con Plus TV que para entonces tenía el 90 por ciento de la pericia avanzada. La familia de Mariscal y su abogado manifestaron haber perdido la confianza en el profesional e insinuaron que habría negociado la pericia con terceros. El tercer Goliat fue duro.
La luz después de un año
El cuarto empezó a hacer mella. El día después de que se cumpliera el primer año de la desaparición apareció el Suzuki Samurai con el que presuntamente desapareció. El sistema B-Sisa lo identificó en agosto de 2014 cargando gasolina en la carretera entre Santa Cruz y Cochabamba. Solo tres veces en un año. Como quien le levanta el auto a su papá para una escapada a Urkupiña sin que se de cuenta.
El sistema estatal implementado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos tuvo la alerta en agosto, pero no fue hasta el 20 de enero de 2015, muchos meses después y al borde de que el caso se cerrara, cuando Plus TV tuvo acceso a los videos que lo mostraban. Y lo publicó un día después de que el Fiscal de Distrito Gilbert Muñoz lamentara los pocos avances en el caso. Una semana después había encontrado el auto.
El Suzuki Samurai se intervino en el área rural y se quedó en dependencias de la FELCC en Cochabamba. Muñoz presentó incluso al vendedor, Nimer Melgar Mustafá, conocido tarijeño dedicado al carguío de autos y que también poseía moteles. Uno en el entorno de San Jacinto, cerca de donde se ubicó la supuesta última llamada de Cristian Mariscal. Fuentes extraoficiales señalan que también es compañero de promoción del padre de Grover Carranza.
Cuando don Jaime Mariscal fue a Cochabamba a reconocer el vehículo junto a su pariente mecánico los encerraron en un cuarto en comisaría antes de acceder al Suzuki y les pasaron un formulario. Con lujo de detalles describieron soldaduras y otras reparaciones realizadas con detalles, de esas que quedan como cicatriz. Cuando accedieron al auto, señaló Mariscal a este medio en su momento, las cicatrices estaban ahí. Hoy se ha sembrado duda sobre si el Suzuki Samurai es el mismo en base a papeles, números de chasis manipulados y compraventas irregulares, obviando el B-Sisa y la propia declaración de don Jaime. El auto está, junto a Goliat, en otro callejón sin salida.
La batalla no ha terminado
Desde entonces don Jaime ha padecido lo indecible, incluso lo han llegado a denunciar por amenazar a algún fiscal que jamás le dio ninguna respuesta. La única obviedad que logró dar a conocer en las últimas semanas el fiscal Gilbert Muñoz, después de veintitantos meses de investigación es que Cristian Osvaldo nunca cruzó la frontera y que no está en Argentina.
Uno de los bulos más extendidos, hasta por lugares y con técnicas insospechadas para gusto de los que suelen creer en teorías de conspiración antes que en la carga de las pruebas, aun arruinadas.
La enorme pesadez de Goliat, de esta Justicia de burocracias e ineficiencias, de errores y descuidos que cuestan vidas se ha cobrado una más. La de Jaime Mariscal. Padre de un periodista incisivo e inquieto que quería volar y triunfar. De esos que sacan el colmillo cuando ven la primicia y que ya se había hecho un importante hueco entre la prensa tarijeña y uno se pregunta… ¿qué será de los cientos de desaparecidos anónimos con familiares y amigos anónimos? Los suyos aseguran que “La batalla no ha terminado”.
Indignación contra la Justicia en las Redes Sociales
La noticia del fallecimiento de Jaime Mariscal se conoció a tempranas horas de la mañana de ayer y rápidamente se difundió por las redes sociales junto a la noticia publicada en elpaisonline.com y que ya es una de las más vistas de la historia. Los comentarios apuntaron en una línea, el pésame hacia la familia y la indignación hacia la Justicia, incapaz de dar una respuesta en dos años a un padre sufriendo.
Mirtza Medina señalaba temprano en la web de este diario:
Que descanse en paz don Jaime y los vivos, los asesinos, loscómplices, los encubridores y los que no hicieron lo que debían hacer; ellos NO descansarán. Usted hizo todo, hasta su vida dio, ahora le toca descansar
Tere Ruth Reyez dijo “Que pena que la justicia que tenemos haya dejado morir a este padre sin saber nada de su hijo....recuerden que la vida es sabia y todo se paga en esta vida....... Que Dios lo tenga en su gloria y le de la resignación allí en el reino de Dios encontrándose con su hijo”.
Zoraya Varas señaló “La pena lo mató, que Dios lo tenga en su gloria. Esta muerte debe ser cargada a los hombros de Gilber Muñoz” y Melby Gaite escribió “Dios le de el descanso eterno y paz en su corazón, ahora está de la mano divina para saber la verdad esa justicia es segura y certera”
Diego Araoz Romero, muy enojado, escribió “Deberíamos sacar a los ineptos de la fiscalía, de los encargados de hacer justicia, no me da miedo decirlo Claro que no! A ese cómplice de este gobierno corrupto, que lamentable que no pueda resolver un caso, que pena por los pobladores de esta región que tengamos que aguantar.