Crónica política de la jornada
Choquehuanca, el señalado
El vicepresidente convocó a dialogar sobre las elecciones judiciales en un plazo de cinco días, lo que se entiende como una estrategia para desgastar los bloqueos. Las partes condicionan su presencia
En este tiempo de polarización política, cualquier iniciativa de unos acaba enervando a los otros. La convocatoria al diálogo para destrabar el asunto judicial anunciada ya el lunes 22 y materializada con cita el miércoles, pero para el siguiente lunes, no iba a ser menos.
El vicepresidente David Choquehuanca, jefe nato de la Asamblea según la Constitución y quien parece querer llevar la voz cantante en este asunto de relevancia pública después de años grises, ha recibido una buena cantidad de crítica. Unos creen que evidencia la falta de interés, otros que es una estrategia para desgastar al otro sector masista por la ligereza del bloqueo.
“Uno no entiende qué pasa con David Choquehuanca. Se hace al opa y convoca para una reunión, para un diálogo el lunes. Ahí está. En la falta de celeridad de la convocatoria de Choquehuanca está la más clara evidencia de que al gobierno del presidente Arce no le interesa apurar las elecciones judiciales”, dijo el diputado de Creemos, Erwin Bazán.
“(Esa convocatoria) es una burla, un chiste. Lamento que el vicepresidente prefiera sentarse en su silla, en su oficina y no ayudar a resolver este problema. Qué le cuesta convocar para ayer o anteayer, (u) hoy día, o en el peor de los casos, mañana. Pero este señor está jugando con fuego; está jugándose con el tiempito, está burlándose del pueblo movilizado”, dijo en conferencia de prensa el senador evista Leonardo Loza
Otros pueden pensar que solo estaba ganando tiempo para acabar de delinear una estrategia definitiva pegada al calendario; otros simplemente que ni siquiera pensó en la idoneidad del plazo dado su ritmo habitual en la gestión de la agenda.
Efectos políticos
Que sea el Vicepresidente el que quiera asumir la responsabilidad de esta batalla tiene su trasfondo. David Choquehuanca solía ser el ministro de Evo más aclamado por la oposición precisamente por sus discursos bien fundamentados sobre la comunidad indígena y la crítica más serena al imperialismo, que solía combinar con cierta autocrítica muy poco habitual en aquellos círculos. En su propia posesión como vicepresidente lanzó un discurso en el que habló de la Justicia, del equilibrio del cóndor sobre su ala izquierda y su ala derecha y de asuntos concretos como la despolitización, asumiendo con un “nunca más” que se habían hecho cosas mal, lo que le valió el aplauso casi unánime, pues siempre hubo un sector que lo tilda de supremacista aymara.
Después se les pasa, cuando manda de vacaciones contra su voluntad a toda la Asamblea Plurinacional justo cuando se tenían que abordar estos temas de la Justicia que ahora de nuevo quiere asumir.
Son muchos los que le reclaman una actividad más directa en el debate del día a día y no tantos, pero también muchos, los que tildan su distancia como un reflejo narcisista.
Choquehuanca asumió la cancillería en 2006 por la necesidad de reforzar el discurso indigenista. Después se mantuvo como por costumbre, pero acabó saliendo señalando como el primer y más importante librepensante en 2017, tiempo después de que le leyera aquel poema crítico con los efluvios del poder a Evo en su cumpleaños, pero mucho menos desde que le reclamara al partido respetar el resultado del referéndum de 2016 y empezar a pensar en el relevo. Cayó fulminado en el siguiente cambio de ministros y para disimular, compartió sacrificio con su némesis Juan Ramón Quintana, quien también “empezó a pensar en las elecciones”, pero en este caso, en cómo había que hacer para que Evo siguiera en la Presidencia.
Que Choquehuanca asome la cabeza en el tema es como un regalo para el evismo, pues permite sumarlo para completar la tríada del mal a la que le pide la renuncia: el ministro de Gobierno Eduardo del Castillo y el ministro de Justicia Iván Lima. Los tres son sin duda los responsables de que el asunto del bloqueo y de la elección judicial no tenga un desenlace aún más violento: ayer ya se contabilizaban 22 puntos de bloqueo y bloqueadores y bloqueados empezaban a arrojarse la culpabilidad de dos decesos, sin duda una línea que no se debería atravesar, a la vez que se fabrican escenarios de violencia a golpe de balines y en medio de acusaciones de portación de dinamitas y demás.
El enroque de la oposición con el diálogo
Convocar un diálogo con cinco días por delante permite que precisamente la oposición convocada no confirme la presencia y además, afine estrategias e instrumentos para condicionarlo. De entrada, han pedido promulgar la Ley de cesación de Magistrados, redactada a la carrera en diciembre pese a que el fiasco estaba cantado, para poder sentarse, sin embargo, desde las mismas filas opositoras señalan que al final no cambia nada.
Lo cierto es que la oposición tiene una posibilidad única de acercarse a una justicia más equilibrada si consigue colar candidatos en una plancha que, necesariamente, deberá ser aprobada con consensos de las tres bancadas. Desperdiciar esta ocasión tendrá consecuencias,