Crónica política de la semana
De cómo Evo se pone fecha y de cómo se borran las judiciales
La oposición no acaba de encontrar la tecla para forzar la nueva elección judicial que sería una oportunidad para equilibrar fuerzas por la ausencia de los dos tercios que deben conformar las ternas
Se acabó la incertidumbre, Evo Morales le puso fecha y lugar al Congreso del Movimiento Al Socialismo. Ese que tiene que dirimir quién tiene el control del aparato, que después será quien viabilice o no la inscripción de candidatos para las primarias internas que exige la Ley de Partidos y que administrará el Tribunal Supremo Electoral, a priori a finales de 2024 o primeros de 2025.
Será el 3, 4 y 5 de octubre en Lauca Ñ, el cuartel general del evismo, cuyo líder supremo además ya ha manifestado su voluntad de mantener el control del partido y de volver a ser candidato en 2025, así que buena parte de la viabilidad del proyecto del MAS se jugará en apenas tres meses por mucho que algunas figuras de los denominados “renovadores”, tipo Rolando Cuéllar, cada vez más caricaturesco, se empeñen en cuestionar la convocatoria.
En el MAS se da una suerte de doble paradoja, la mayoría da por hecho que Evo Morales será el candidato, aunque muchos de estos reconocen que será casi imposible revalidar un triunfo por mayoría en las ánforas si se da esa situación. Al mismo tiempo, no es tan fácil que Evo Morales logre controlar ese Congreso: Las matrices – campesinos, Bartolinas, Interculturales, indígenas -, que suman la mayor parte de votos tanto en forma propia como a través de las departamentales, están mayoritariamente con Luis Arce, lo propio con la Central Obrera y lo mismo con muchas de las departamentales alejadas del eje y donde el pragmatismo – económico, pegas, poder - se impone a cualquier affaire ideológico.
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Morales pone freno con esta cita confirmada a los rumores que habían empezado a hablar de un pacto de caballeros con Luis Arce en el que ambos darían un paso atrás para colocar a otros dos jóvenes colaboradores en el ticket electoral y en el que se daba por descontado que uno de ellos sería Andrónico Rodríguez. La realidad no es que inhabilite esa posibilidad, pero sí deja claro que Morales no piensa soltar el control del partido por nada del mundo.
El MAS no es el único que se está moviendo en el plano electoral, aunque sí el más ruidoso. En la oposición ya se han registrado media docena de propuestas e ideas sin que los “grandes” acaben de decantarse: Ni Carlos Mesa, ni Doria Medina, ni los Demócratas de Rubén Costas y ni siquiera Tuto, que por otro lado suele ser el último en tomar partido, se han manifestado. Ni siquiera Jaime Paz Zamora que suele ser el que abre las escaramuzas y que este año, con su hijo en la mano de póker, parece quiere ser más prudente.
¿Oportunidad perdida?
El principal partido de la oposición, Comunidad Ciudadana, y su líder Carlos Mesa, argumentan que no es el momento de electoralizar el país sino de concentrarse en la tarea de oposición, sin embargo, no parece que esa concentración esté dando muchos resultados: La elección judicial está por caerse.
Nunca la oposición en el país había tenido una oportunidad tan al alcance para tratar de equilibrar fuerzas a través de las ánforas (descontando el referéndum del 2016, claro), pero unos y otros están sacando de foco el tema y validando una suerte de prórroga de forma que no corresponde.
El reglamento establece que se deben validar casi un centenar de candidatos en ternas para los principales tribunales del país. Estas ternas requieren de dos tercios de aprobación en el legislativo, dos tercios que el MAS, por primera vez en una década, no tiene y a lo que se le suma su escisión de facto entre evistas y arcistas, por lo que era el momento de la política con mayúsculas para tratar de sumar jueces probos y sin afinidades, pero la serie de recursos y torpezas está abocando la oportunidad al fracaso.
Existen todavía fórmulas: que no se pueda hacer la elección en este 2023 por los plazos que se manejan no quiere decir que haya que conceder un periodo completo más a las mismas autoridades judiciales actualmente electas. Todo se puede hacer en una Ley Corta como se vio en 2019, pero hace falta tener capacidad política para ello.
La cuestión es que muchos ya han dado por perdida esta oportunidad por otra razón: tanto se ha atacado la elección judicial y tan hondo se ha asentado en la ciudadanía opositora que es un paripé que no sirve para nada, que difícilmente se puede movilizar nadie ahora para exigir que se lleve a cabo esa elección judicial. Paradojas del destino.
Así, entramos en agosto disparados a las efemérides Patrias después de un largo periodo de receso legislativo que solo ha complicado más algunos asuntos económicos. Veremos cómo se resuelven las tensiones ahí.
Las tensiones del dólar resurgen
En realidad nunca se fueron, pero el receso legislativo ha impedido que corran algunos créditos internacionales que tenían que dotar de liquidez al sistema y las últimas subidas de tasas de interés de los Bancos Centrales empiezan a hacer estragos ya en el crédito. Los expertos advierten que después de las subidas de tasas vendrá la recesión global porque se cerrará el crédito fácil y los emprendimientos sufrirán más de la cuenta. En Bolivia, señalan fuentes empresariales, esto ya está sucediendo, incluso en el desembolso de créditos ya aprobados en el pasado y en los pagos del sistema público, extraordinariamente retrasados. Veremos cómo afecta esto de nuevo a la proyección de Luis Arce.