Viabilizan leyes para proteger las zonas de recarga hídrica
Tarija: Estudio advierte déficit “grave” de agua en 20 años
Existe preocupación en el área urbana y rural. La Alcaldía ve una falta de planificación y coordinación con instituciones claves, como el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA)



La crisis climática despierta preocupación en el área urbana y rural del departamento de Tarija. La susceptibilidad surge por los antecedentes de falta de agua que se da en ciudades de países de la región, como Uruguay, e incluso en el territorio nacional, como en municipios de Cochabamba, donde advierten “racionamiento y crisis del agua”.
Desde el Gobierno municipal de Tarija validan esta información, pues reconocen que datos de la Cooperación Alemana en Bolivia GIZ, a través del Programa Periagua y Procuenca, analizando la oferta y demanda del agua, advierten que en este momento ya existen problemas con el suministro del líquido elemento, pero que esto empeorará en los siguientes 20 años, ya que habrá un déficit “grave” de este recurso hídrico.
El Gobierno municipal identificó al INRA y a Derechos Reales como instituciones que avalan un crecimiento desordenado de asentamientos
La preocupación por este líquido elemento surge ante la crisis que actualmente vive Uruguay, donde la falta de planificación ha dejado sin agua a Montevideo y el área metropolitana, una situación similar se replica en la ciudad de Cusco en Perú, ya que las proyecciones advierten que en tres meses se quedarán sin agua.
Pero este problema no solamente obedece a la falta de planificación, sino que los efectos del cambio climático han generado en estos últimos tres años una escasez en las precipitaciones pluviales, lo que ha disminuido considerablemente las reservas de agua dulce a mínimos históricos y, en consecuencia, ha provocado una crisis hídrica jamás registrada.
La situación en Tarija
El director de Planificación Territorial del Municipio de Tarija, Joel Bass Werner, señaló que la falta de agua es un problema que actualmente no se lo está tomando con la seriedad que debería.
Bass Werner explicó que en el caso del valle central de Tarija tiene poca posibilidad de mantener el flujo de agua constante en el tiempo, a esto se suman aspectos como avasallamientos a la red de drenajes (quebradas, torrenteras), además de la invasión en zonas de recarga hídrica situadas al sur como San Andrés, Guerrahuayco, Lazareto y áreas aledañas.

advierte déficit hídrico para el 2023 en Tarija
El funcionario municipal señala que al margen del estudio de la GIZ, que advierte de un déficit grave del agua de aquí a 20 años, se incrementa el problema de la impermeabilización y contaminación paulatina a los acuíferos de las quebradas, que forman parte de la cuenca del Guadalquivir.
“Este escenario nos lleva a que si Tarija no toma acciones a corto plazo, con una visión de protección de los acuíferos, vamos a tener una escasez por baja cantidad de agua y calidad de agua, tanto para riego y peor para agua potable. Este es un problema muy grave, por ejemplo, antes en zonas como Lazareto o Guerrahuayco había lugares que parecían pantanos, pero ahora está todo seco”, advirtió.
Al identificar este problema, Bass Werner señala que ya se ha propuesto una serie de políticas, entre ellas, la de impulsar el crecimiento de la ciudad hacia el norte y alejar la atractividad de los loteamientos en zonas de recarga hídrica.
“Paralelamente hemos venido impulsando una serie de proyectos de ley, entre estas tenemos, la Ley de protección del río Guadalquivir, la Ley de protección del sistema de drenaje, que dará mayor tuición al Municipio en la protección de los mismos. Sin embargo, los asentamientos de estos últimos 10 años han hecho que la gente no haya tomado en cuenta lineamientos ni ningún tipo de normativas”, señaló.
Asimismo, refirió que también se está trabajando el proyecto de ley de protección del área de recarga hídrica subterránea, que prevé proteger zonas como San Andrés, Guerrahuayco, Lazareto y aledañas.
“Con estas tres leyes podemos empezar un proceso paulatino de protección, pero la mitigación es otra cosa”, afirmó.
Bass Werner mencionó que unas de las dificultades que se ha tenido, es con el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), ya que esta repartición tiene la tuición de realizar el catastro territorial en el área rural y en varios casos otorga títulos divisibles, lo que da lugar a loteamientos.
“Por otra parte tenemos a Derechos Reales, que no debería registrar, por ejemplo, hemos visto un caso de una persona con 200 lotes en la zona de El Portillo, pero el INRA y Derechos Reales han permitido este tipo de situaciones. Entonces debemos hacer un trabajo interinstitucional, con la Alcaldía, Gobernación y reparticiones del Gobierno”, indicó.