Una Tarija con fama, gloriosa y valerosa, ¡sí es posible!: hacia una economía productiva diversificada, competitiva y sostenible



Tarija se encuentra ante el “importante y hasta crucial desafío” de transformar su aparato económico productivo, desde una economía extractivista basada y dependiente de la producción primaria – especialmente de hidrocarburos (gas), que está agotada y en crisis – hacia una economía productiva diversificada, competitiva y sostenible, que esté sustentada en la producción agropecuaria intensiva y agroindustrial de alto valor con miras a la exportación, y el turismo. La protección y/o conservación de las fuentes de agua y sus servicios eco-sistémicos, así como la gestión de presas y sistemas de riego eficientes, que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático, son componentes ineludibles para lograr esta transformación y diversificación productiva con integralidad y sostenibilidad.
Adicionalmente, la introducción de nuevos paradigmas de desarrollo como la economía del cuidado (prioriza la sostenibilidad de la vida, articulando el cuidado corresponsable de las personas y la tierra), la economía circular (que no deseche nada, que genere valor a los residuos sólidos y líquidos, con actividades alternativas de ingresos y empleos), y la economía naranja (darle mayor valor, conectividad y aprovechamiento a la cultura y gestión del conocimiento); pueden y deben complementar e impulsar la reactivación económica del departamento de Tarija (*).
En este marco, el aprovechamiento integral, sostenible y óptimo de las potencialidades de las cuatro ecorregiones o sistemas de vida que conforman el territorio departamental, es ineludible. Dichos potenciales se traducen principalmente en: a) las aproximadamente 225.00 has (5% Zona Alta, 24% Valle Central, 22% Subandino y 49% Chaco) aptas para la agricultura y agropecuaria intensiva, b) las más de 200.00 has con aptitud para el aprovechamiento forestal y agroforestal en el subandino, c) el mayor desarrollo del turismo en sus diferentes modalidades en circuitos, rutas y sitios turísticos ligados al NOA (Noroeste Argentino) y al Salar de Uyuni, d) apicultura en las áreas protegidas, y d) otras como la explotación de yeso, cal hidrocarburos y economía digital.
El aprovechamiento integral y sostenible de las potencialidades de las cuatro ecorregiones que conforman el territorio departamental, es ineludible
Pero, como se expuso antes, para que este aprovechamiento de las potencialidades territoriales de Tarija en complejos agrícolas, agroindustriales, ganaderos, forestales y apícolas sea exitoso, óptimo, integral y sostenible; se debe sustentar en:
1) el cuidado del medioambiente, con la conservación y desarrollo de las fuentes de agua y/o cuencas y sus servicios eco sistémicos, muy ligados a las Áreas Protegidas con que cuenta el departamento (Sama, Tariquía, Aguaragüe y otras), que se constituyen en las fábricas de agua y los pulmones de nuestro territorio;
2) la gestión integral y eficiente de presas y sistemas de riego. Y, un mayor desarrollo de la economías circular y naranja; y,
3) una institucionalidad cohesionada y funcional, donde el papel protagónico sea el de los emprendedores, los productores, los empresarios y las alianzas público privadas; con un sector público “pequeño” pero eficaz, eficiente y transparente, capaz de promover y generar condiciones adecuadas para la inversión, la producción, el empleo y el bienestar de la gente y su territorio. Y una sociedad civil no conformista, no pasiva y no mirona…, sino activa y proactiva que cumple sus derechos y obligaciones.
Un claro y alentador ejemplo, para lograr lo escrito y planteado hasta aquí, es el programa de diversificación económico productiva diseñado para la ecorregión del Valle Central de Tarija, coincidente con la pintoresca y dinámica cuenca del río Guadalquivir.
Este potente y ambicioso programa muestra cómo se podrían generar en 15.400 has de alta productividad con riego eficiente y “sin contingencia de sequía”, ingresos por más de a $US 800 millones (BS 5.600 millones) equivalentes a los ingresos captados en los años de mayor renta petrolera (2013, 2014); con la producción agrícola y agroindustrial de productos de alto valor destinados a la exportación, como el complejo uva, vinos, y singanis, arándanos y otras bayas, nueces, hortalizas no tradicionales, jamones y quesos, orégano y otras especies. Más aún si añadimos 3.000 has con producción de cítricos para la exportación en fruta fresca y su transformación en el subandino y en el piedemonte chaqueño, se podrían llegar a generar ingresos por $US 1.000 millones y más de 20.000 empleos.
Consiguientemente, una Tarija con gas y más allá del gas es posible y/o factible, consolidando el desarrollo de una economía productiva diversificada, competitiva y sostenible con el aprovechamiento óptimo e integral de las potencialidades territoriales que ofrecen sus cuatro ecorregiones; con el cuidado del medioambiente, la conservación de sus fuentes de agua, la gestión eficiente de presas y sistemas de riego, y un mayor desarrollo de las economías circular y naranja.