Crónica política de la jornada
De la “sonrisa” de Camacho a la tentación del Vicegobernador
El Gobernador de Santa Cruz no saldrá de prisión, al menos de momento, pero en la institución no se plantean relevarlo del cargo y aseguran que puede cumplir sus funciones sin ningún problema
Como cada vez más la política es comunicación y Luis Fernando Camacho tiene clara su vocación de “mártir” más que de “héroe”, aunque para él sea más o menos lo mismo, lo normal era precisamente que apareciera en su audiencia de revisión de medidas cautelares con la amplia sonrisa con la que apareció. Tan amplia que dio lugar a comentarios de todo tipo seguidos de una buena cantidad de memes.
Su mensaje estaba claro: Chonchocoro, frío, enfermedad, pero “nadie me va a borrar la sonrisa”, más o menos una estrategia similar a la que acaba de adoptar la expresidenta Jeanine Áñez, que opta por desafiar directamente al tribunal. La audiencia se suspendió y Camacho seguirá en prisión, aunque lo cierto es que nadie cree que realmente vaya a salir en una audiencia de revisión de medidas cautelares.
La imagen ha causado el efecto esperado en sus propias filas, que mantienen esas lógicas viriles imprescindibles para reconocer el líder, pero probablemente también en las opuestas. A nadie en el Gobierno ni en el partido les ha hecho mucha gracia que Camacho se muestre sonriente en su audiencia, cuando lo que se quiere mostrar es un castigo anticipado. Todavía Evo Morales no se ha hecho eco de la imagen, pero con probabilidad busque cómo utilizarla en su teoría del pacto “gobernabilidad por impunidad” que le achaca al actual gobierno de Luis Arce aún a pesar de la detención.
Mario Aguilera, vicegobernador de Santa Cruz
Dividir para vencer
El MAS guarda un as en la manga para tratar de frenar el levantamiento cruceño. Una estrategia que pasa por dividir para vencer, eso mismo que durante años se planteaba para derrotar al masismo, pero sin éxito.
Si alguien sabe lo que provoca el poder en aquellos que lo alcanzan es precisamente Luis Arce y sus leales, así, un grupo muy numeroso de voceros, incluyendo los vocales del Tribunal Supremo Electoral, llevan días pidiendo que asuma el cargo de gobernador el vicegobernador Mario Aguilera, pues aseguran que esa es precisamente su función.
A nadie se le olvida que hace unos meses ya hubo un conato de incendio en ese binomio que nunca funcionó como debería, cuando Camacho nombró en funciones a su secretario general y no a su vicegobernador, algo que casi le cuesta un juicio interpuesto por el MAS. Ayer el diputado Rolando Cuéllar, fiel del arcismo, insistía en que se procesaría a Aguilera si no asumía inmediatamente el cargo.
Aguilera ha parado el carro en seco y no quiere ni oír hablar del tema. “El gobernador de Santa Cruz es Luis Fernando Camacho” ha repetido permanentemente desde el 28 de diciembre, pero los cantos de sirena no van en la mala dirección.
La interna cruceña, en esto, pesa. Los Demócratas han desaparecido de la esfera del poder político después de una serie de malas decisiones, pero sus lógicas siguen operando. Rubén Costas, Óscar Ortiz, Vladimir Peña y otros tantos están al acecho de lo que pueda suceder para retornar a la primera fila con vehemencia. En las élites de poder, Luis Fernando Camacho fue apoyado por quienes consideraban que había que cambiar la dinámica hacia métodos más populares y también más directos, algo para lo que los Demócratas, después de quince años de poder y convivencia con el MAS, no estaban preparados. El resultado en el corto plazo es evidente, pero de fondo, claro, está el proyecto de más “libertad” ara Santa Cruz, llámese autonomía, federalismo o secesión.
“El ejecutivo y el legislativo están en condiciones de operar y lo están haciendo de manera continua, estable y nuestro gobernador también está en condiciones de cumplir sus funciones que establece el cargo”, remarcó Aguilera al tiempo de asegurar que la Gobernación está operando con “total normalidad” a pesar de la situación de la autoridad departamental quien ratificó que “aún conserva sus derechos constitucionales, políticos y la confianza” emergida de las urnas en las pasadas elecciones subnacionales.
Exceso de violencia
El otro punto del día ha sido el de la evaluación de la violencia que acompañó las movilizaciones, particularmente en La Paz, donde grupos afines al MAS y que dicen defender al Gobierno intervinieron las marchas en la zona sur. Los excesos han sido contados por periodistas que fueron a la vez víctimas de los desmanes.
El Gobierno relativiza lo sucedido y como cualquier otro gobierno, da lecciones sobre lo que los periodistas deben cubrir o no cubrir, decir o no decir. Nada nuevo bajo el sol en ese sentido, pero lo cierto es que la violencia desatada es cada vez más organizada y menos espontánea, y si bien es cierto que en este país los avances se logran en la calle, la profesionalización de la acción solo puede conducir al desastre.
Los precios de los alimentos en La Paz, en la mira
El Gobierno niega que se esté dando un desabastecimiento alimentario en el resto del país por la determinación del Comité Cívico cruceño de impedir el comercio de comida con otros departamentos, sin embargo, se suceden las reuniones entre autoridades para fijar precios de la carne, del pollo y de otros productos de primera necesidad que se están encareciendo a marchas forzadas. A eso no solo contribuye el bloqueo en Santa Cruz sino también el levantamiento popular en el sur del Perú.
En Tarija, por ejemplo, se ha pedido que se liberalice la internación de carne argentina, si bien una gran cantidad de producto ingresa por las vías del contrabando, al igual que en Potosí y Oruro.