DERROTA El MAS no logró recuperar el ente
El control de la Asamblea se volvió capital en Tarija
Son dos años que Unidos ha logrado tejer alianzas con las bancadas minoritarias para hacerse del control del ente legislativo
De los 12 meses que tiene el año, la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija (ALDT), solo ha trabajado nueve, pues durante tres meses ha estado sumergida en una crisis institucional, producto de la pugna de poderes entre los bloques mayoritarios de Unidos del gobernador, Oscar Montes y el Movimiento al Socialismo (MAS), ambos buscaban hacerse del control en el ente legislativo, algo que finalmente el bloque oficialista logró reconquistar.
Los votos en el ente legislativo durante la presente gestión se han constituido en un juego matemático. A ninguna de las bancadas les alcanza para ir solos por el poder, por un lado, el MAS cuenta con 13 legisladores, Unidos con 12, los Indígenas con 3 y Comunidad de Todos con 2, y quien quiera tener el control de la ALDT está obligado a sumar 16 votos, es decir, mayoría absoluta.
Unidos que al iniciar su mandato constitucional en la gestión 2021, lo tuvo fácil, solo le bastó sellar su alianza con la bancada Indígena, ya que Comunidad de Todos había adelantado que apoyaría a cualquier otra fuerza, para que el MAS deje de atrincherarse en la ALDT, tal como ocurrió en la última década.
Sin embargo, la situación este 2022 ha cambiado, la bancada de Comunidad de Todos determinó desmarcarse del bloque mayoritario argumentando que se daban muchas “imposiciones”, y abiertamente anunciaron su intención de buscar la presidencia de la ALDT. En este afán, encontraron un aliado natural, el MAS se dispuso apoyarlos a fin que Unidos no vuelva a hacerse del control del ente legislativo.
Esta decisión de apoyar a Comunidad de Todos al mando de la ALDT, no cayó bien a algunos asambleístas del MAS, lo que fue motivo de un duro cruce de acusaciones entre legisladores como Marina Hoyos, quien recriminaba a sus colegas como José Yucra, Juanita Miranda, entre otros por pactar con la oposición, esto incluso bajo la mirada y aprobación de la dirección departamental del MAS Tarija a cargo de Carlos Acosta.
La crisis
Al finalizar el mandato del asambleísta Guaraní, Nicolás Montero, como presidente, a partir del mes de mayo es que la ALDT se sumerge en una crisis, que duró hasta inicios del mes de junio cuando se elige al asambleísta del pueblo Weenhayek, Federico Salazar, como presidente del ente legislativo, pero la alegría le duró apenas un par de semanas, hasta que su mandato fue revocado con algunas “chicanas” judiciales.
Desde el 15 de junio, fue la segunda etapa de la crisis, pues los legisladores del bloque mayoritario de Unidos se negaron a reconocer a Zaida Laura Charca asambleísta del MAS, como presidente de la ALDT. Lo que derivo a que el conflicto se dilate hasta la primera semana de agosto, donde se eligió al asambleísta del pueblo Tapiete, José Luis Ferreira, al mando del ente legislativo, obviamente respaldado por Unidos y Comunidad de Todos.
La división interna de la bancada del MAS, sumado a que Unidos conquistó los votos de Comunidad de Todos, esto significó la pérdida de la batalla para el partido azul, que no logró reconquistas su bastión de poder.
Cabe mencionar que otros de los aspectos que han derivado en esta crisis, son los vacíos legales del Reglamento Interno de la ALDT, que han quedado en evidencia, de los cuales tanto asambleístas como Mauricio Lea Plaza de Unidos, Juanita Miranda del MAS, entre otros, han reconocido que debe ser modificado para la siguiente elección del ente legislativo. Todavía una tarea pendiente, pero que augura un arduo debate en el pleno.
La Asamblea, bajo sospecha
Trabajo
Desde enero hasta agosto del presente año, la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija no aprobó ninguna ley. El accionar del ente legislativo fue duramente criticado por organizaciones cívicas y sociales.
Salarios
Durante los meses de crisis institucional de la ALDT, de mayo a agosto, los asambleístas departamentales han cobrado sus salarios de manera normal.
Pugnas
Para la renovación de la directiva de la Asamblea en la gestión 2023, ya se vaticinan nuevos conflictos políticos. Nuevamente serán las minorías quienes decidan quien tendrá el control del ente legislativo