Los sueños de San Roque 40
Los Sueños de San Roque: Por San Roque (segundo intento)
Cuando uno trata de explicarle algo a alguien, hay que hacerlo en un lenguaje que esa otra persona entienda. Ninguno de nosotros piensa y siente lo mismo que los demás.
El anterior artículo lo terminé con un “porque San Roque me lo pide”. Pero no era eso lo que quería decir. Lo que quería era explicarte de una manera no-espiritual y no-religiosa por qué escribo sobre San Roque, por qué vale la pena el esfuerzo. Así que, amiga querida, lo intentemos de nuevo.
A un principio lo que yo quería era redescubrir la identidad de mi pueblo. Me importaba no idealizarlo. Investigué las fiestas tradicionales, las no-tan-tradicionales, la construcción de la identidad local, los procesos de inclusión y exclusión, los efectos de la modernidad junto con los de la tradición para explicar quienes eran mi gente, de donde venían y a donde íbamos. Debo decir que estoy muy satisfecho con lo que logré. Ese mi trabajo inicial alteró profundamente el discurso de y sobre los tarijeños.
Mi trabajo de San Roque no fue mi mejor trabajo; sigo considerando que mi mayor desarrollo intelectual de la época fue “El Calendario Cultural Chapaco desde la ciudad de Tarija”. Allí realizo un análisis teórico y contextual sumamente profundo sobre la sociedad tarijeña partiendo de un análisis estricto de las diferentes fiestas tradicionales tarijeñas y de sus ciclos asociados. Si no lo has leído todavía, te lo recomiendo de todo corazón. Pero mi trabajo de San Roque (“Pequeños misterios de la fiesta grande”) también fue importante, poco afín a los discursos locales de la época. Me di cuenta, por ejemplo, que las explicaciones de San Roque estaban llenas de vacíos e incoherencias. Gracias a ello pude desarrollar mis teorías actuales.
Ese mi primer trabajo me lanzó a los lobos. Tuve que enfrentarme a una sociedad tarijeña miope e intransigente que me forjó como investigador rebelde, lo cual agradezco profundamente. Yo no pensaba seguir escribiendo sobre San Roque. Quería profundizar en el proceso de la construcción de la identidad local y las culturas locales subalternas, con los niños trabajadores, las identidades políticas y los pueblos indígenas. Pero mis intentos en ese sentido fueron infructuosos. Hasta que llegué sin querer de nuevo a San Roque e hice un pequeño trabajo exploratorio sobre el origen andino de los chunchos promesantes. Como te podrás imaginar fue una bomba, aunque todavía no tenia material suficiente como para afirmarlo rotundamente. Eso me dejó clara la imperiosa necesidad de seguir investigando. ¡Había tantas cosas que no conocíamos y que eran tan fundamentales para nuestra cultura!
Aun así, todavía no me metí del todo en el tema. Primero intenté (de nuevo) tratar el tema de la identidad. Pero no funcionó. Necesitaba plata que no tenía y financiamientos que no pude conseguir. Ese era mi tema inicial de tesis de doctorado. A cambio San Roque me tomó de la mano y me llevó para adelante sin necesidad de plata. Si lo quieres mi promesa a San Roque fue una promesa de humildad y pobreza. Pero pierdo el tiempo, yo sé que eso no te interesa. Valga solo decir que mi condición socioeconómica determinó la situación objetiva que me llevó a seguir mi investigación de San Roque. Y una vez que empecé no paré.
Recuerdo que, en ese entonces, cuando decidí cambiar mi tema de doctorado por el de los chunchos y la fiesta de San Roque, me prometí no escribir lo mismo. Si iba a escribir sobre San Roque era para tomar al toro por las astas y tocar todos los temas prohibidos de San Roque: la historia perdida de San Roque, la historia del Lazareto, los otros chunchos, nuestros chunchos, los orígenes prehispánicos de los chunchos, el rol de las mujeres en la fiesta, las músicas mujeres y las chunchas infiltradas. A ti que te gusta lo pagano: mi trabajo rescata lo pagano en lo popular, pero sin chocarme contra la iglesia católica, al grado que me siento a gusto tanto dentro como fuera de la iglesia, y tanto los curas como propios y ajenos son mis amigos.
Mirando hacia atrás creo que una de las mayores críticas al sistema tarijeño proviene de mi trabajo de San Roque, lo cual demuestra que una investigación social sobre un hecho religioso dice mucho sobre la sociedad en la que vivimos. Y si me permites la digresión, creo que San Roque ha hecho mucho más que todos los dostorcitos y profesores del pueblo para sacar a Tarija de la modorra en la que estábamos viviendo. Y ahora, aunque no lo creas, es San Roque el que me está abriendo las puertas para empezar a investigar otros temas importantes sobre Tarija que no tienen nada que ver con la religión. Esto, si quieres, tomálo literal o metafóricamente, porque ambas son verdad. La nueva Tarija que está naciendo es, en parte, gracias a San Roque.