Crónica política de la semana
Boric, la inflación “rusa” y la reconfiguración del plan Arce
El presidente llega a la parte sustancial de su legislatura con una nueva crisis acechando a los precios y a la capacidad de abastecimiento del país, y con “nuevos vecinos” que plantearán más cambios sociales



Se cierra una semana con muchas claves y donde lo internacional se mezcla con las inmundicias de la política diaria y local en la que aunque parezca que no pasa nada, todo se va configurando para abordar el grueso de la legislatura.
La primera es que la guerra ya empieza a pasar a un segundo plano en lo que se refiere al impacto bélico y el duelo por las víctimas y los refugiados de Ucrania y empieza a copar la actualidad diaria el impacto económico de la misma. Todo el planeta contiene la respiración ante el alza de los precios de los hidrocarburos y de los granos, esencialmente el trigo y la pipa de girasol que se usa para el aceite. Si la guerra se alarga, no habrá cosecha 2022, y aún así, la demanda de los mercados más voraces de occidente, y con alto poder adquisitivo, ha incrementado.
Las consecuencias en los mercados han sido más inmediatas que la propia guerra, pues la inflación ya venía creciendo desde el pasado invierno con la relajación de la pandemia, y hasta en el mercado de la esquina han subido el OMO y dicen que es por la guerra. Ahora, los expertos señalan que la subvención a los hidrocarburos se llevará la liquidez y que si los mercados europeos hacen circunstancialmente la vista gorda con los transgénicos arrasarán con la producción de Argentina y Brasil de harina y aceite, sobre todo esa que se cuela de contrabando. El resto es el ABC de la gobernabilidad: escasez, alza de precios, hambre, protestas sociales, nada alentador para un Luis Arce que se la jugó a la estabilidad económica y que se ha precipitado en declarar la victoria a los efectos de la pandemia por puro cálculo mercantilista y ahora deberá acomodar otro relato, y ojo, porque el país ya está tensionado por la falta de empleo estable.
La otra clave internacional de la semana es la asunción de Gabriel Boric, que ya ejerce como presidente de Chile, el más joven de toda América y el primero de una izquierda renovada, alejada de los populismos del chavismo y similares y que plantea ampliar la base de la protección social universal y los derechos sociales lo que en sí son ideas nuevas en una izquierda sudamericana colgada en el antiimperialismo pero con problemas para avanzar en los servicios públicos y muy conservador en lo moral.
Arce estuvo allí y seguro tomó nota, lo que haga Boric se va a oír más allá de su rincón al otro lado de los Andes, donde tradicionalmente se ha escondido Chile. Boric tiene afán de integrarse más en el continente y en algún momento interpelará a sus pares, sobre todo a los de su color político.
Arce, que no se llevó ni una pildorita de esperanza con el tema marítimo, que es caso cerrado totalmente en Chile, habla de un país en revolución, pero hace tiempo que las clases urbanas no sienten nada de esto. Esta semana lo han dejado también claro las mujeres, que han elegido objeto de lucha concreto: la reforma de la Justicia, un asunto que no es menor y que el Gobierno debe abordar en serio después de que la Comisión de revisión de casos de feminicidio haga su trabajo, que no es volver a devolver a los feminicidas a la cárcel, sino romper las roscas que posibilitaron su salida. Todas, pues si queda alguna, se cobrará venganza.
La reconfiguración
En este escenario reconfigurado es que Arce ingresa ya, año y medio después de su victoria, a la parte gruesa de la gestión, esa que definirá su suerte, y donde todavía le queda demasiado trabajo interno por hacer, por ejemplo, en las regiones.
Tarija es uno de los mejores ejemplos de la ausencia de Gobierno en lo que va de gestión de Luis Arce: Las visitas son testimoniales; no ha habido una reunión entre Arce y el Gobernador Óscar Montes; recién se acaba de nombrar formalmente a un “coordinador gubernamental”, que es Marcelo Poma, no ha habido inversiones y apenas se cumplen las promesas antiguas de asumir la Canaletas – Entre Ríos o temas como la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que nadie recuerda.
La ausencia de Arce ha sido también la del MAS Tarija, lo que le ha permitido a Montes avanzar sin oposición en las apuestas más arriesgadas, cerrando el Sedeca, adelgazando la canasta alimentaria o eliminando el débito automático en una operación quirúrgica legislativa que de nuevo está en discusión. Queda por ver su alcance.
Lo cierto es que, al margen de la discusión por el reglamento del Defensor del Pueblo, la oposición real la van a empezar a ejercer las regiones, ya enfocando la realización del censo y el posterior reparto de recursos, que llegará además en una crisis de recorrido incierto.
El feminismo boliviano arma agenda
El colectivo feminista en Bolivia se consolida, y lo hace unificando agenda en un momento en el que el movimiento mundial, al menos en los lugares donde más ha avanzado, empieza a dividirse precisamente por los temas de agenda.
Los actos multitudinarios del 8M colocaron a la Justicia en el punto de mira, y lo hacen poniendo ejemplos concretos de lo que suponen las roscas judiciales, dejando impunes en la práctica la mayor parte de los casos. Ahora, el señalamiento no es solo para la Justicia, pues es el cuadro político el que debe lograr una reforma creíble, un objetivo que va a costar pero al que se han comprometido los colectivos, pues la vigilancia de la sociedad civil será elemental.