Crónica política de la semana
Del Estado policíaco al federal, pasando por el Chaco
El Movimiento al Socialismo (MAS) busca rebajar los ánimos políticos antes de fin de año mientras que las dos oposiciones buscan atraer a los sectores más duros para la "batalla final"



Semana de alta intensidad política con vencedores y vencidos en lo que tiene pinta de ser el último round serio antes de las fiestas de fin de año y su consiguiente carnaval, y del que cada una de las partes trata de sacar conclusiones positivas para el futuro.
El principal derrotado es el Movimiento Al Socialismo (MAS), que no logra reenfocar el rumbo. Fue el presidente Luis Arce en persona el que anunció la abrogación de la Ley 1386, la que establecía el marco de lucha contra las Ganancias Ilícitas y que diferentes sectores han considerado atentatoria contra sus intereses. Arce ha cedido, pero ha circunscrito su decisión a los “afanes golpistas” de un sector de la oposición, restando así el efecto positivo que podía haber tenido un acto de constricción parecido al del gasolinazo de 2010.
La bajada se dio el sábado, y durante la semana han seguido arengando a sus seguidores sobre la necesidad de mantenerse “alerta”, un cierre de filas que hoy parece más importante que cualquier consideración electoral.
En el aire ha quedado, supuestamente, un cambio de gabinete exigido por las organizaciones del Pacto de Unidad, que piden renovación profunda, y alejar a algunos de los Ministros más cercanos a Evo Morales, como Iván Lima, del que no creen que haya hecho una buena gestión con la Justicia, en referencia a las víctimas de las matanzas, y porque no hay sentencia de Añez y ni siquiera acusación para Camacho, que ni ha declarado.
Para el MAS llegar al parón de fin de año es clave en lo político para rebajar los ánimos y dar tiempo a instaurar una nueva agenda "más ilusionante" dicen en su círculo.
El pulso opositor
Con todo, el ambiente está más caliente en el sector opositor, que sigue lejos de convertirse en un bloque de consenso.
Esta semana quedaron al descubierto las debilidades del "plan Camacho", el plan sobre el que se han arremolinado los opositores más radicales que vienen adoptando el "trumpismo" como forma de hacer política.
Camacho en dos tiempos: primero habló de federalismo y después se desentendió del paro cívico en el momento que flojeaba, precisamente porque su sucesor Rómulo Calvo quiere emular su terquedad simbólica y apenas le salen frases secesionistas o racistas, y en esas se quedan menos admiradores.
Mientras tanto, Mesa volvió a hacer de docente universitario para arreglar la papeleta al propio Comité cruceño, que nunca llegó a explicar bien el sentido del paro más allá de secundar a gremiales - que en Santa Cruz brillaron en ausencia -. Mesa le dio cierta luz al objeto de lucha: "El MAS pretende instalar un estado policíaco con su paquete de leyes" dijo, pero tan tarde que apenas quedaba ya nadie en la calle para sostener el paro al que el lunes se sumó Comunidad Ciudadana. Sumarse y morir todo en uno.
En el debate se ha colado el modelo de Estado porque Evo Morales aceptó el desafío de Camacho y dejó descolocado a todos. Lo cierto es que al MAS no le perjudica el debate porque su matriz es Plurinacional, algo que no pueden decir ni Camacho ni Mesa. El primero quedó desarmado, porque sabe que el referéndum lo puede perder y la Constituyente peor, por lo que se destapó el farol. El segundo, más afrancesado, apenas creía en la autonomía, como para hablar de federalismo, pero el problema de Mesa es que pierde en cuanto el debate sale de La Paz, y para muestra, las subnacionales de marzo donde sumó nada.
En medio de todo, Jeanine Añez ha vuelto a decir presente en una semana en la que en teoría se tenía que volver a hablar de ella, aunque fuera para mal por el recuerdo de las matanzas de Sacaba y Senkata o porque era el Día del Beni. Eso no pasó. Áñez sigue en prisión y ni siquiera sus teóricos aliados se acuerdan de ella mientras otros como Carlos Mesa, que acudió a la Fiscalía a acogerse al silencio, y, sobre todo, Luis Fernando Camacho, que ni siquiera ha declarado en ocho meses de supuesta investigación.
Al contrario, la renuncia de la vocal del TSE Rosario Baptista, la única vocal que en 2020 se prestó a entrar al juego de López y Murillo pidiendo auditoría al padrón ya a punto de entregar el poder, ha vuelto a envalentonar al sector radical que pretende sembrar dudas sobre la elección de 2020 incluso sindicando a la propia Añez y a Salvador Romero en el "complot".
¿Habrá sorpresas hasta fin de año? Sin duda, todo puede pasar en el país.
La batalla chaqueña en Tarija y el IDH
El Chaco y sus reivindicaciones por la renta petrolera son todo uno, pero la virulencia con la que se han expresado esta semana, con autobloqueo incluido, es inusitada.
Es verdad que la Gobernación se ha puesto de parte del resto a la hora de repartir recursos y razones, lo que exige buscar otro interlocutor o mediador que pueda dar algo de luz para destrabar el conflicto y que lo normal será que sea el Gobierno Nacional, aunque también haya adelantado criterio en algunas ocasiones, para bien de los chaqueños.
Lo cierto es que en estos tiempos en los que se vuelve a hablar de modelo de Estado y del fracaso de la autonomía, todo suma.