La artista expone su obra en Casa Creat
Exposición: Warmi Andina y su "Miradas infinitas"
Afirma que su técnica es una mezcla de lo que ha visto en la vida, es así que experimentó con acrílicos, acuarelas y tintas disueltas. Revela que obra se pinta sola, pues tira la pintura luego le da la forma
Cecilia Ruiz Angeletti expone en Casa Creart gracias al Programa “Descubriendo Bolivia con sus Artistas” del Ministerio de Culturas Descolonización y Despatriarcalización, por el cual los artistas beneficiados se presentan en centros culturales en una rotación semanal desde el mes de julio. Cecilia, Warmi Andina, habló con El País horas antes de inaugurar su exposición.
“Miradas Infinitas” estará en Casa Creart hasta el viernes 8 de octubre.
El País (EP). ¿Cuántas veces has expuesto tu obra?
Warmi Andina (WA). Muchas veces. He estado en otras exposiciones colectivas, pero esta es mi primera exposición sola. Postulé al programa y me eligieron. Y es un impulso muy bueno. Me pagan por exponer, me promocionan, y, aparte, le pagan al espacio de exposición. Puedo vender mi obra. Son tres días, pero también dan la oportunidad a otros artistas.
EP. ¿Cuánto cuesta un cuadro de Warmi Andina?
WA. En esta exposición tengo cuadros desde setenta a trescientos cincuenta dólares. Algunos ya los he vendido.
EP. ¿Quién es Warmi Andina?
WA. Vivía en Colombia, era artesana. Al volver, sentía la identidad de la mujer andina. Y quería trascender mi nombre. Encontré que todos somos warmis andinas. Por eso firmo así mis cuadros. Soy yo, pero es para todos. Al final, todos somos uno en movimiento, todo es color y vibración, y todo está conectado. Eso es lo que muestro en mi obra.
EP. ¿Qué te inspira a usar colores tan vivos en tus cuadros?
WA. Los tejidos. Son los libros de los abuelos. Me inspiran los aguayos y los tejidos de otras partes. Desde México hasta abajo es un mismo hilo, solo cambian las formas de contar historias.
EP. Tu pintura también tiene una cualidad acuática. ¿Son emociones, risas, lágrimas (…)?
WA. Debe ser todo lo que está ahí guardado (Risas). Seguramente hay un vínculo, pero yo pinto desde un estado de inspiración. No tengo un horario o una rutina. A veces viene información en los sueños que me lleva al cuadro, y lo hago en el acto. Para mí, todo es arte. Desde niña veo seres en las cosas, en las nubes, los árboles. En estados de inspiración, cuando estoy atenta, centrada, presente, veo algo, me habla y lo tengo que pintar.
EP. ¿Cuándo empezaste?
WA. Siempre he pintado, solo que no tenía idea de cómo hacerlo. Hace un par de años hice la escuela de Bellas Artes, pero rompo con todo lo que me enseñaron. Mi técnica es una mezcla de lo que he visto en la vida. Empecé a experimentar con acrílicos y acuarelas, tintas disueltas. Me encanta cuando la obra se pinta sola. Yo tiro la pintura y le doy forma, salen seres. No pienso el cuadro, rara vez me ha pasado eso.
EP. ¿Dónde trabajas?
WA. Tengo un taller en mi casa, era el cuarto de mi “abuela”. Le decíamos así. Llegó cuando yo tenía cuatro añitos. La dejaron en mi casa, tenía epilepsia, retraso mental. Era huérfana y no tenía a nadie. Se queda y ayuda, y nos cría a toditos. Crecemos y empieza a criar a mis hijas, y a las de mi hermana y hermano. Para todos era “la abuela”. Se ha muerto hace un año. Lo primero que hice fue un retrato de ella. Lo tengo frente a mi mesa de pintura. De ahí me mira. Me agarré su lugar. Es mi taller, ahí caen los amigos. Es mi casita dentro de mi casa.
EP. En tus cuadros hay muchos ojos ¿a dónde miran las miradas infinitas?
WA. En mis cuadros hay ojos para mirar a los lugares más ocultos. Las personas que miran mis cuadros están expuestas a su propio infinito. Pero depende de la persona. A algunos no les pasa nada. Otros si sienten muchas cosas y sentir sus emociones es increíble. El ojo es la puerta entre el micro universo y el macro universo. Es la transición, un “Portal”. Así se llama el primer cuadro de esta serie. Fue un pedido de mi hermana estando en pandemia. Empecé a experimentar y salió ese cuadro. Y luego mi cuñado me encargó este, se llama “Ayllu”, y quiso que esté toda su familia. Él trabaja en la Coca-Cola, así que también me pidió que haya una botella. ¿La ves? (Risas).