2020 se confirma como el peor año para los hidrocarburos desde 2014
Producción de gas se recupera en los cinco primeros meses del año
El incremento de volúmenes de gas producido y la mejora de las cotizaciones del crudo West Texas Intermediate permite hacer cálculos más optimistas en cuanto a regalías, aunque el sector sigue en mínimos
Todavía tímidamente, pero la producción de gas natural se recupera en el país respecto a los dos ejercicios anteriores. En los cinco primeros meses del año Bolivia ha sido capaz de producir 7.202 millones de metros cúbicos de gas, mientras que en 2020 se produjeron 6.065 y en 2019 6.396. Un buen dato que se acompaña de la mejora de las cotizaciones del barril West Texas Intermediate (WTI), rondando los 75 dólares desde hace varios meses, lo que suma directamente a la renta petrolera boliviana, ya que los contratos de exportación se calculan en base a esa medida.
Por comparaciones, el año de mayor producción en Bolivia fue el año 2014, año en el que en los últimos meses comenzó un descenso de cotizaciones del petróleo del que todavía no se ha recuperado y del que fue víctima también el departamento de Tarija. El barril pasó de los más de 100 dólares en ese invierno a menos de 30 en enero de 2016.
En los cinco primeros meses del año 2014 Bolivia pudo producir 9.228 millones de metros cúbicos; en 2015 fueron 9.189; en 2016 ya cayó a 8.899 y un año después, 2017, a 8.277. En esa época tanto Brasil como Argentina empezaron a solicitar renegociar contratos y rebajar volúmenes de nominación, en parte por haber desarrollado sus propias reservas y en parte por la desaceleración económica. 2018 con 8.307 millones de metros cúbicos vendidos fue el último con los acuerdos vigentes. Después se concedieron rebajas en las nominaciones obligatorias en Argentina en 2019 y en Brasil en 2020.
Desempeño de Tarija
La tendencia en Tarija es sensiblemente inferior, pues mientras a nivel nacional la producción ha crecido en un 18 por ciento respecto a 2020 – de 6.065 millones de metros cúbicos a 7.202 -, en el principal departamento productor solo ha recuperado un 12 por ciento, pasando de 3.298 millones de metros cúbicos a 3.708 millones de metros cúbicos.
De hecho, el porcentaje de producción en el volumen nacional continúa cayendo: en lo que va de 2021 es solo del 51,48 por ciento mientras que en el mismo periodo del año de 2020 fue del 54,3 y en 2019 del 55,2. El porcentaje viene cayendo de forma sensible desde 2014, cuando producía el 68,53% del gas nacional. La cusa se debe a la caída de producción en San Alberto, en franca declinación, pero también a la entrada en producción del campo Incahuasi en Santa Cruz, que ha modificado los órdenes.
La producción en Tarija se mantiene a la baja. En los cinco primeros meses del año 2014 marcó un máximo con 6.324 millones de metros cúbicos que empezaron a reducirse. En 2015 fueron 6.221 mientras que en 2016 ya bajó a 5.972 millones de metros cúbicos.
En 2017 empieza un descenso vertiginoso con solo 4.881 millones de metros cúbicos producidos en los primeros cinco meses del año, que aún bajan más en 2018 con 4.565, en 2019 se queda en apenas 3.535 y en 2020 fue de 3.298. La tendencia de 2021 es todavía puntual y deberá ser confirmada en los próximos meses.
En términos absolutos anuales, el 2014 fue el mejor de producción con 22.187 millones de metros cúbicos, de los que 15.092 se extrajeron en Tarija. El peor ha sido 2020 con 16.250 millones de metros cúbicos anuales, de los que 8.573 se extrajeron en Tarija.
Del declive al fracaso del pozo Boyuy
Los campos tarijeños son los que han alimentado desde siempre los contratos de exportación con Brasil (San Alberto y San Antonio) y Argentina (Margarita), sin embargo, desde 2017 inició el declive de los pozos en Caraparí mientras que otros proyectos con alta expectativa como Buyuy X2 o Jaguar X6 no han resultado comercialmente productivos. La división de Margarita para dar regalías a Chuquisaca y la irrupción de Incahuasi han restado poderío a Tarija.