Destacan tres obras de teatro escritas
Jësaete, el teatro en medio de la pandemia y crisis
Antes de la pandemia del Covid-19 el grupo ensayaba de lunes a viernes y tenía una presentación por mes en Tarija



Jësaete es una propuesta de la dramaturgia dentro del teatro, conformado por jóvenes con experiencia en lo artístico y cultural, se estableció el año 2018 con siete personas a fin de crear un grupo de teatro estable y autónomo en el departamento. Para ese entonces aunaban esfuerzos y trabajaban día a día a fin de abrazar el futuro soñado, pero la pandemia del coronavirus como a todas las personas los agarró desprevenido, y ahora consideran que será un reto volver a levantarse.
A pesar de ello y con todas las dificultades que tienen por delante, uno de los fundadores Sadid Arancibia dejó muy en claro que para hacer teatro las personas deben ser “rebeldes y corajudas”, porque antes y después de la pandemia, muchos creen que con el arte no se puede vivir, sin embargo, él con voz firme dijo que se puede salir adelante.
Arancibia, quien es actor de Jësaete, es consciente de que muy poca gente lee teatro en Tarija, pero guarda la esperanza de que pueda ser valorada, “sin algún tipo de arte; ya sea música, película, teatro o libros, etc. las personas no hubieran podido sobrellevar la pandemia”, aseguró. Recuerda que Jësaete es una palabra tupiguarani que significa arisco, chúcaro. Eligieron ese nombre porque se sienten representados, ya que para hacer teatro en Bolivia necesitan de esa actitud.
Hasta el momento tienen tres obras escritas, pero tan solo una publicada. La obra que fue publicada se llama Cero Horas, 23 minutos y 23 segundos.
Sus actividades
Antes de la pandemia del coronavirus este grupo talentoso ensayaba de lunes a viernes y tenía una presentación por mes en Tarija y en otros departamentos del país.
Después de la cuarentena, su grupo de teatro no pudo reunirse para ensayar y hacer presentaciones, por lo que optaron y buscaron la forma de acomodarse a una pantalla y difundir por las redes sociales, sin embargo, considera que no se brinda la misma visibilidad y que tampoco transmite los mismos sentimientos, “es difícil todo lo que nos replanteó el virus, volver a levantarnos será un reto”, comenta Arancibia. “Lo bonito” que consiguieron como artistas pesa a la pandemia es que artistas de diferentes ámbitos se unieran y se organizaran a fin de recibir algún tipo de ayuda de parte de las autoridades, y aunque fue mínima lo agradece, pero también reconoce que “tuvieron que rascar de otras partes para poder sobrevivir”. “El arte fue primordial durante de la pandemia, después de los médicos fuimos uno de los sectores que ayudó a sobrellevar esta enfermedad, sin arte no hubieran podido soportar el encierro, sin embargo, somos uno de los sectores al que menos apoyan, además, que se nos quitan espacios como sucedió en su momento con el Ministerio de Cultura y Deporte”, resalta Arancibia.
A pesar de que el fin de la Casa de la Cultura es poder brindar espacios de expresión, Arancibia señaló que es de difícil de acceso, espera que se puedan abrir vías de conversación, “no queremos que nos brinden los espacios de forma gratuita, pero si a un costo accesible”. Por el momento están tratando de volver a sus actividades de ensayo para luego en el mes de julio y octubre hacer presentaciones con “escaso público” a través de la obra huir o resistir.