Análisis de la jornada preelectoral
Empleo e inversión, el eje de la discusión por Tarija
Los dos candidatos que mañana se juegan la Gobernación de Tarija han desarrollado estrategias muy definidas durante sus campañas en un contexto de agotamiento pandémico máximo



Después de casi dos años y medio de campaña, el ciclo electoral concluye mañana mismo con la votación del balotaje en cuatro departamentos. Un ciclo que se lanzó con las primarias obligatorias a finales de 2018 y en el que se han dado momentos “históricos” y que nadie había previsto a su inicio: la caída del régimen de Evo Morales tras una elección turbulenta y la irrupción del Covid-19, que ha metido a media humanidad en sus casas.
En Tarija el cuerpo a cuerpo lo libran Óscar Montes y Álvaro Ruíz, uno por la alianza Unidos, el otro por el Movimiento Al Socialismo.
El primero, exalcalde durante tres gestiones de la Alcaldía de Cercado y que titubeó en 2015 sobre lanzarse a la Gobernación por sus problemas con la justicia, pero que tras librarse de los casos y no alejarse demasiado – lo que incluyó una pulseada frontal contra su delfín Rodrigo Paz y hacer algunas piruetas tras apoyar al Gobierno de Jeanine Áñez y después salirse de la alianza - partía como favorito en la elección marcada por el agotador contexto de pandemia.
El segundo también ha sido dos gestiones alcalde pero del municipio de Uriondo al que ingresó con las siglas de Camino al Cambio pero que no tardó en cambiar por las del MAS poco después de que Mario Cossío saliera al exilio tras ser suspendido de su cargo de Gobernador en la Asamblea. En la estructura del MAS, Ruíz fue creciendo sobre todo granjeando una buena relación con Evo Morales y sus ministros, a quienes tuvo acceso desde la Asociación de Municipios de Tarija, que después lo catapultó a la Federación de Asociaciones Municipales a nivel nacional.
Ruíz logró la nominación, aun respaldada por alcaldes y dirigentes insignes de las matrices, tras una larga e intensa pulseada con Walter Ferrufino al interior del MAS, que lo puso contra las cuerdas en varias ocasiones y hasta obligó a Evo Morales a levantar las manos. En la campaña, sin embargo, las bases han vuelto a acomodarse al candidato, que por primera vez fue la lista más votada en la primera vuelta con más de 111.000 votos.
Por su parte, Montes lidera la alianza “natural” de las fuerzas tarijeñas tradicionales y que ya han tenido experiencias de gobierno en los 15 años del Movimiento Al Socialismo (MAS). Montes y el candidato a alcalde de Cercado Johnny Torres lanzaron su bloque y después cedieron a la convocatoria de diálogo de fuerzas “antiMAS” en las que se sumó formalmente Camino al Cambio de Mario Cossío y Mauricio Lea Plaza, además de Unidad Nacional y otras. No se logró la unidad porque el gobernador Adrián Oliva decidió defender su gestión hasta el final y tampoco nadie hizo mucho por integrarlo. En cualquier caso, el eje antimasista y autonomista no es el que ha articulado la campaña de este bloque, como venía siendo habitual, puesto que el contexto ha cambiado.
Montes ganó en dos provincias – Cercado y O´Connor -, pero su diferencia de 12.000 votos en la provincia capitalina se vio amortizada en el resto de provincias. El candidato de Unidos no confía en la neutralidad del Tribunal Electoral y particularmente de su presidenta Nataly Vargas, que por otro lado fue elegida directamente por la expresidenta Jeanine Áñez. Varios de sus colaboradores ya han realizado insinuaciones de “fraude” y él ha asegurado que hubo acarreo en las fronteras, lo que le quitó la victoria.
Hitos y ejes de la campaña
Unidos arrancó con fuerza la campaña ya a finales de 2020 con la idea de presentarse como la “única” opción de la oposición al MAS, aunque sus discursos se centraban más en arrinconar a Oliva. La gran baza que se exhibía entonces era la de la experiencia de la gestión, además de una supuesta firmeza demostrada para negociar cosas importantes con el Gobierno Nacional.
El MAS se centró durante dos meses en su propia batalla interna, y aun con las listas presentadas siguió habiendo tensión y chicanas entre candidatos, por lo que su campaña formal empezó tarde, aunque las bases se tensionaron al máximo, algo parecido a lo que pasó en la carrera nacional con Luis Arce y David Choquehuanca.
Cuando Montes logró consolidarse como la fuerza preferente perdió discurso y propuesta, que quedaba demasiado pragmática – recortes, austeridad -. Ruíz, sin embargo, explicitó el apoyo del Gobierno “solucionando” algunos asuntos como la Variante, pero, sobre todo, planteando la inversión de 700 millones de dólares en 100 días y la entrega de un bono de 500 dólares para iniciativas productivas.
En la segunda vuelta, Montes ha reaccionado con algunas ofertas específicas de empleo público y apoyo a consultores mientras que Ruíz sigue ofreciendo recursos del Gobierno. Los expertos señalan que serán las pulsiones negativas las que finalmente acaben definiendo esta elección.
Un debate que puede ser clave en Tarija
Debatir no es lo más común en la política boliviana, y por eso fue una buena noticia que ambos candidatos asistieran a la convocatoria del TED, pues fue un momento histórico en el que los dos candidatos no solo contrastaron sus propuestas y planes económicos ante el escrutinio del otro, sino que también entraron en acusaciones y críticas que demasiadas veces se esconden.
Ruíz fue más incisivo en criticar a “las roscas” que dice representa Montes, mientras que Montes trató de presentarlo como un gestor ineficiente al servicio del MAS exclusivamente. Las redes se agitaron durante tres días, ahora, serán los ciudadanos mañana quienes deben dictar sentencia.