Rumbo al 7M: Meyer se la piensa, el MAS “tiembla”
El presidente del MAS Tarija introdujo tres cambios en las listas definidas orgánicamente que amenazan la unidad (y la sigla)



El Movimiento Al Socialismo tarijeño está contra las cuerdas, y eso que la carrera electoral en serio acaba de empezar. Como tantas veces, no se trata de un error político o de un varapalo en las encuestas, sino de la enésima violación a lo “orgánico” que ha caído como tsunami en la poca institucionalidad del MAS Tarija y amenaza con hecatombe.
Rodolfo Meyer – candidato a alcalde de Cercado electo en ampliado y sustituido a última hora por Hugo Buhezo – y Pilar Lizárraga – una de las ideólogas más sólidas del proceso en Tarija y que había sido elegida como primera asambleísta en Cercado y fue relegada a la cuarta – se cuidan mucho de mencionar la palabra “impugnación”, que es al fin y al cabo la que puede remover la estructura.
Hay un tercer damnificado. El elegido para ser el candidato a alcalde de Entre Ríos era Nicolás Herrera, el actual alcalde, y no Abel Guzmán, que cumple ciclo como asambleísta por O´Connor en esta gestión. Herrera se mantiene callado, pero a nadie se le escapa que pasa por ser el brazo derecho de Walter Ferrufino, el subgobernador de O´Connor y que llevó el pulso hasta el final con el finalmente elegido como candidato a Gobernador, Álvaro Ruíz.
Meyer y Lizárraga, de momento, hablan de “reversión” y de hacer valer las decisiones orgánicas y lo hacen hacia dentro, aunque publiquen solicitadas o den conferencias de prensa, pero un paso más allá puede dejar fuera de juego al MAS: nadie puede violar su Estatuto registrado en el TSE.
Los apuntados como responsables son Carlos Acosta, presidente del MAS Tarija, y Efraín Maraz, delegado ante el Tribunal, aunque sobre todo al primero se le identifica como operador de Ruíz. Tal vez a Acosta se le ha tragado la tierra, pues ni aparece ni responde el teléfono.
El MAS empezó la campaña asegurando que “nunca lo habían tenido tan fácil para ganar en Tarija” y se frotaban las manos con la división entre Adrián Oliva de Todos y los Unidos de la generación de Óscar Montes, Mario Cossío y Johnny Torres. Después dijeron que había “divergencias, pero no enfrentamientos”. Ahora nadie dice nada. La sigla puede volver a estar en juego.