Crónica política de la jornada
Rumbo al 7M: Tarija, “Gobierno amigo” y “Gobierno enemigo”
En el interinato de Lino Condori en Tarija y en el de Jeanine Áñez en el Gobierno se dieron coincidencias políticas entre los ejecutivos departamentales y nacionales, pero los resultados no fueron alentadores



Ayer era 16 de diciembre y claro, Camino al Cambio quiso recordar una de sus efemérides particulares: Diez años desde que la Asamblea Legislativa Departamental, controlada por el MAS de Luis Alfaro y el PAN de Wilman Cardozo, Carlos Brú y Lorgio Torres ajustaron cuentas con el entonces electo gobernador de Tarija, Mario Cossío.
Habían pasado cuatro años convulsos entre 2006 y 2010, Cossío había sido el primer Prefecto electo democráticamente y había liderado la línea dura autonomista contra el proyecto constitucional del MAS, que acabaron pactando en el Congreso para dar paso a las elecciones nacionales de 2009 y posteriormente, a las departamentales de 2010. Nació el Estado Plurinacional Autonómico.
La batalla, sin embargo, había sido dura, y Cossío acumulaba docenas de investigaciones por corrupción en su corto periodo al frente de la Prefectura, desde donde se habían impulsado “faraónicas” obras como la variante al Chaco o la Villa Olímpica. El entonces fiscal anticorrupción y después Fiscal Departamental, Gilbert Muñoz, firmó la acusación formal que permitió al Legislativo activar la suspensión según los artículos de la Ley Marco de Autonomías. Años después esos artículos se declararían inconstitucionales, y aún más después, Cossío fue absuelto del caso Imbolsur, pero Lino Condori completó cinco años de interinato porque ni Cossío renunció al cargo para propiciar elecciones, ni sus hoy socios activaron alguna salvaguarda que lo evitara.
La larga introducción viene a cuento porque los mismos actores siguen hoy, una década después, pugnando por el espacio político, solo que con nuevas alianzas y nuevas narrativas no siempre bien cohesionadas.
La de Cossío siempre fue poderosa: la dictadura del MAS maltrata a Tarija apostando siempre por la vía de la confrontación más enconada. De hecho, la división en UD-A surgió a partir de que Oliva priorizó otros asuntos de gestión antes que la confrontación, lo que para la parte de Camino al Cambio fue “traición”.
Después de una década y después de todo lo sucedido en 2019 y 2020, Cossío se ha embarcado sin embargo en la aventura de Óscar Montes, otro político de largo aliento con quien comparte 1960 como año de nacimiento y tres décadas activo en la política tarijeña, pero con quien casi nunca ha compartido criterios. Luis Pedraza, duro entre los duros, ha desaparecido.
Montes y Cossío se repartieron la lista nacional de 2009 en la que se sacrificó a Wilman Cardozo – de cuya venganza ya hemos hablado –, y en 2010 acordaron no pisarse en las carreras por la Alcaldía del uno y la Gobernación del otro, pero a partir de la salida de Cossío, Montes entró en “otra dinámica”.
La tesis del “Gobierno Amigo” es antigua, pero tanto unos como otros la han usado para su conveniencia. El ala dura de Cossío y donde también se circunscribe Oliva la utilizaban para hacer campaña por el “opositor con más opciones de derrotar al MAS”. El ala moderada, donde se alineaba Montes, hablaba de conciliar con el MAS y trabajar en régimen de cooperación “con cualquiera”, de ahí que Evo Morales lo invitara permanentemente a formar parte del partido.
A Montes siempre se le acusó de “colaboracionista” con el MAS, unos decían que, por interés, otros que por legítima defensa ante sus procesos. La cosa es que casi siempre apostó al tercero en las nacionales: Con Tuto Quiroga en 2014, con Óscar Ortiz en 2019 y con Jeanine Áñez en 2020, aunque de esta se retiró poco antes de que la candidatura se bajara.
Más allá del affaire con Áñez, Montes se ha rodeado de “pititas” y líneas duras, como Cossío, lo que no gusta demasiado en el cuartel general de Lauca Ñ, pero, sobre todo, hace insostenible el argumento de “la experiencia” y la “mejor opción para lograr políticas positivas para Tarija”.
El que se frota las manos es Álvaro Ruiz, ya ejerciendo oficialmente de candidato a la Gobernación por el MAS entre los últimos gritos de sus contendientes en el partido, pues cree que “Tarija se empieza a cansar de ser oposición” y que él es la garantía de ese “gobierno amigo” que tanto se ha utilizado por unos y por otros.
Lo cierto es que ni cuando Lino Condori fue Gobernador con el MAS, ni en el breve paso de Jeanine Áñez por el poder, Tarija ha sentido aquello del “Gobierno Amigo”.
elDATO
Interinato
La suspensión de Cossío y su no renuncia a la Gobernación permitió cuatro años y medio de interinato de Lino Condori