De manera diaria unas 500 personas buscan salir de Tarija
Tiene 60 años y vive solo en una comunidad de Yacuiba, es agricultor y desea volver lo más pronto a su casa porque en los más de 30 días que se quedó varado en Tarija solo una angustia lo carcome, ¿cómo estarán sus gallinitas y perritos sin comer tanto tiempo? ¿Qué habrá hecho el...



Tiene 60 años y vive solo en una comunidad de Yacuiba, es agricultor y desea volver lo más pronto a su casa porque en los más de 30 días que se quedó varado en Tarija solo una angustia lo carcome, ¿cómo estarán sus gallinitas y perritos sin comer tanto tiempo? ¿Qué habrá hecho el tiempo con su chacra?
El 20 de abril de 2020, el Gobierno emitió el Decreto Supremo 4222 que establecía que a partir del día siguiente se aplicaría el procedimiento del traslado de ciudadanos bolivianos que, por la declaratoria de emergencia sanitaria nacional y cuarentena total por el coronavirus, quedaron varados en municipios distintos a los de su residencia habitual. Los trámites se reciben hasta lunes 27 de abril en el Albergue Municipal.
Los relatos
Francisco Castro había llegado a Cercado para visitar a su hijo, también agricultor, que decidió migrar junto a su familia a esta urbe para “peonar” en La Pintada. El anciano llegó por unos días, pero le pilló la cuarentena. “se acabó el dinero” – contó con la voz quebrada – a tiempo de explicar que vive, en brecha 15 de Abril, más allá de Caiza, de villa El Carmen más adentro, en Yacuiba.
“Solo quiero irme a mi casita, debe estar abandonada, mis gallinitas deben estar muriendo de hambre, es campo y es medio silencio, qué será de mis perritos, qué estarán comiendo, mi chaco debe estar abandonado, siembro maíz y maní, pero ahora no hay nada”, apunto con la angustia a flor de piel y los ojos aguachentos.
Carlos Ronald Zambrana de 25 años llegó a Tarija junto a su esposa Elizabeth Delgado Ibarra de 24, junto a sus tres hijitos de cinco, dos y una de ocho meses. Él, que es soldador, encontró un trabajo temporal para colocar un techo metálico, no iría a estar mucho tiempo en tierra chapaca por lo que decidió traer a su familia por los días que dure el laburo.
“Cuando debíamos retornar a Oruro nos encontró la cuarentena, ya casi estamos dos meses, por suerte nos acogieron en la misma casa donde mi marido hizo el trabajo, pero ya no queremos abusar, ya se nos acaba el dinero, los niños no están bien”, relató Elizabeth, de figura menuda, sosteniendo a la beba con dificultad, mientras que sus otros dos vástagos retozaban en el pasto, en el patio del Albergue Municipal donde se reciben las solicitudes.
José Alberto Serpa, de 21 años, contó que desea volver con su familia a Caraparí porque no la está pasando bien. Hace un año que vive en Tarija, llegó a esta ciudad para estudiar Derecho en la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS). Vive solo en un cuarto de alquiler ubicado en el barrio Juan XXIII.
Flaco, con ojeras y melancolía en los ojos, contó que no tiene las cosas para alimentarse bien, en días pasados recibió la solidaridad una canasta alimentaria de la gente de la institución donde estudia, dijo que muchos estudiantes se encuentran en la misma situación, pero no puede seguir solo.
Otro caso es el Juan Carlos Ticona, de 34 años, que junto a su esposa y sus cinco hijos vinieron a Tarija. Es comerciante procedente de Oruro, llegaron a Tarija para ofrecer diversos productos de limpieza, dos semanas antes de la cuarentena y cuando planeaban retornar los sorprendió el encierro. El hijo mayor tiene 17 años y la menor siete, Viven en un cuarto que alquilaron por un par de semanas, pero ya se encuentran más de un mes.
“Sabemos que tenemos que pagar los pasajes nosotros, no hay solidaridad por parte del gobierno, dijeron que iba a ser gratis, pero nos van a cobrar, estamos de acuerdo, pero ojalá que sean flexibles”, demandó.
Entretanto, la responsable de la recepción de solicitudes, Verónica Vaca, explicó que el trámite que debe seguir las personas que solicitan el traslado a sus poblaciones de origen contempla principalmente la dirección de su vivienda que indica el carnet de identidad.
Es el principal requisito para verificar y señalar dónde es su domicilio, además dela presentación de la carta o formulario de solicitud y el examen médico que está a cargo del personal del Servicio Departamental de Salud. Con este motivo instalaron en el albergue municipal cuatro consultorios donde se realiza la revisión.
Explicó que la documentación se remitirá al Ministerio de Gobierno para que verifiquen cuantas personas van de un lugar a otro y el municipio receptor definirá quién se va y quién no. “No tenemos información sobre cómo procederán las instancias nacionales, ellos se harán cargo de los procedimientos para los traslados”, agregó.
“No pensamos que sería tanta gente que se encuentra varada supuestamente en nuestro municipio – expresó -, diariamente se atiende un promedio de 500 personas. Hicimos el esfuerzo de poner los consultorios y oficinas de la Defensoría de la Niñez para cualquier consulta y otorgar permisos a los menores de edad, se atenderá a todos y el Gobierno Nacional será el que defina las estrategias de traslado”.
El 20 de abril de 2020, el Gobierno emitió el Decreto Supremo 4222 que establecía que a partir del día siguiente se aplicaría el procedimiento del traslado de ciudadanos bolivianos que, por la declaratoria de emergencia sanitaria nacional y cuarentena total por el coronavirus, quedaron varados en municipios distintos a los de su residencia habitual. Los trámites se reciben hasta lunes 27 de abril en el Albergue Municipal.
Los relatos
Francisco Castro había llegado a Cercado para visitar a su hijo, también agricultor, que decidió migrar junto a su familia a esta urbe para “peonar” en La Pintada. El anciano llegó por unos días, pero le pilló la cuarentena. “se acabó el dinero” – contó con la voz quebrada – a tiempo de explicar que vive, en brecha 15 de Abril, más allá de Caiza, de villa El Carmen más adentro, en Yacuiba.
“Solo quiero irme a mi casita, debe estar abandonada, mis gallinitas deben estar muriendo de hambre, es campo y es medio silencio, qué será de mis perritos, qué estarán comiendo, mi chaco debe estar abandonado, siembro maíz y maní, pero ahora no hay nada”, apunto con la angustia a flor de piel y los ojos aguachentos.
Carlos Ronald Zambrana de 25 años llegó a Tarija junto a su esposa Elizabeth Delgado Ibarra de 24, junto a sus tres hijitos de cinco, dos y una de ocho meses. Él, que es soldador, encontró un trabajo temporal para colocar un techo metálico, no iría a estar mucho tiempo en tierra chapaca por lo que decidió traer a su familia por los días que dure el laburo.
“Cuando debíamos retornar a Oruro nos encontró la cuarentena, ya casi estamos dos meses, por suerte nos acogieron en la misma casa donde mi marido hizo el trabajo, pero ya no queremos abusar, ya se nos acaba el dinero, los niños no están bien”, relató Elizabeth, de figura menuda, sosteniendo a la beba con dificultad, mientras que sus otros dos vástagos retozaban en el pasto, en el patio del Albergue Municipal donde se reciben las solicitudes.
José Alberto Serpa, de 21 años, contó que desea volver con su familia a Caraparí porque no la está pasando bien. Hace un año que vive en Tarija, llegó a esta ciudad para estudiar Derecho en la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS). Vive solo en un cuarto de alquiler ubicado en el barrio Juan XXIII.
Flaco, con ojeras y melancolía en los ojos, contó que no tiene las cosas para alimentarse bien, en días pasados recibió la solidaridad una canasta alimentaria de la gente de la institución donde estudia, dijo que muchos estudiantes se encuentran en la misma situación, pero no puede seguir solo.
Otro caso es el Juan Carlos Ticona, de 34 años, que junto a su esposa y sus cinco hijos vinieron a Tarija. Es comerciante procedente de Oruro, llegaron a Tarija para ofrecer diversos productos de limpieza, dos semanas antes de la cuarentena y cuando planeaban retornar los sorprendió el encierro. El hijo mayor tiene 17 años y la menor siete, Viven en un cuarto que alquilaron por un par de semanas, pero ya se encuentran más de un mes.
“Sabemos que tenemos que pagar los pasajes nosotros, no hay solidaridad por parte del gobierno, dijeron que iba a ser gratis, pero nos van a cobrar, estamos de acuerdo, pero ojalá que sean flexibles”, demandó.
Entretanto, la responsable de la recepción de solicitudes, Verónica Vaca, explicó que el trámite que debe seguir las personas que solicitan el traslado a sus poblaciones de origen contempla principalmente la dirección de su vivienda que indica el carnet de identidad.
Es el principal requisito para verificar y señalar dónde es su domicilio, además dela presentación de la carta o formulario de solicitud y el examen médico que está a cargo del personal del Servicio Departamental de Salud. Con este motivo instalaron en el albergue municipal cuatro consultorios donde se realiza la revisión.
Explicó que la documentación se remitirá al Ministerio de Gobierno para que verifiquen cuantas personas van de un lugar a otro y el municipio receptor definirá quién se va y quién no. “No tenemos información sobre cómo procederán las instancias nacionales, ellos se harán cargo de los procedimientos para los traslados”, agregó.
“No pensamos que sería tanta gente que se encuentra varada supuestamente en nuestro municipio – expresó -, diariamente se atiende un promedio de 500 personas. Hicimos el esfuerzo de poner los consultorios y oficinas de la Defensoría de la Niñez para cualquier consulta y otorgar permisos a los menores de edad, se atenderá a todos y el Gobierno Nacional será el que defina las estrategias de traslado”.