La cocina, lugar de confianza en La Casa del Bienestar
Las mujeres que sufrieron violencia y son acogidas en La Casa del Bienestar privilegian la cocina para entablar conversaciones, hacer amistad y a medida que se reúnen abordan temas porque se sienten en libertad de expresar sus vivencias y sentimientos, que muchas veces no suelen hacerlo en la...
Las mujeres que sufrieron violencia y son acogidas en La Casa del Bienestar privilegian la cocina para entablar conversaciones, hacer amistad y a medida que se reúnen abordan temas porque se sienten en libertad de expresar sus vivencias y sentimientos, que muchas veces no suelen hacerlo en la entrevista protocolar.
La edificación - construida entre 2015 y 2016 - ingresó en funcionamiento en abril del 2018 luego de que fuera equipada con lo necesario, puede albergar hasta 72 mujeres incluso acompañadas de sus hijos, los cuales pueden ser recibidos hasta los 18 años de edad. Los responsables del hogar de acogida prefieren que no se publique su dirección y ubicación por seguridad de las internas.
Los espacios
Es una construcción de tres plantas, con varios espacios verdes donde en un futuro se pretende instalar huertas. Al ingresar, sus pasillos amplios en la planta baja conducen a los varios ambientes que tienen distintas funciones y la primera que se visitó fue la cocina.
La responsable del Programa de Defensa y Protección de la Mujer, María Alejandra Cortez, fue la cicerone que condujo a El País en primer lugar a la cocina porque es el lugar preferido de las mujeres albergadas para socializar, es un ambiente ordenado y cálido con los propios aromas que invitan a compartir.
En este lugar, a medida que se reúnen alrededor del mesón, suelen conversar de varios temas, contó Cortez, ellas expresan sus opiniones y sentimientos en entera libertad, abordan distintos aspectos y temas que las aquejan en la charla que tienen entre ellas, “la cocina es una tremenda ayuda para conocer ciertos aspectos que no cuentan en la entrevista inicial”, apuntó.
Anexo a la cocina está la alacena con las provisiones ordenadas, en base a las cuales una nutricionista elabora un menú para todo el mes y se busca que las comidas sean adecuadas para mujeres y niños, luego viene el comedor.
Este es un salón inmenso en el que no solo se sirve los alimentos, sino que también le brindan distintas funciones como un lugar de reunión, para dar talleres, quedarse a ver la televisión para conocer las noticias, seguir sus series y disfrutar de las tardes de cine.
En esta área también se encuentran los dormitorios para las personas con discapacidad, el consultorio médico, la sala de recepciones, módulos para brindar apoyo para la autoestima, empoderamiento, asesoría legal, los espacios para las entrevistas sociales y las terapias psicológicas y las salas ocupacionales para peinados, cocina y panadería.
Otra área está dedicada a los niños, con juegos recreativos y de salón, es un espacio que tiene una alfombra y está adornada con un mural que fue hecha por las mismas internas bajo el estilo del mosaiquismo.
En la segunda planta se encuentra el bloque de dormitorios compuesto por varias habitaciones, en algunas hay una sola cama, en otras dos o tres, son espaciosos y con anaqueles para guardar las pertenencias de las internas, también se encuentra el sito que alberga al equipo técnico de la entidad. El tercer piso es similar.
Las mujeres albergadas reciben terapia psicológica, orientación, acompañamiento en temas legales e intervención social. Además, con las terapias ocupacionales despiertan sus habilidades o las practican si ya las tenían en su casa, eso les puede servir para un sustento económico, lo que las hace sentirse útiles cuando salen de la Casa del Bienestar.
La trabajadora social de la entidad, Elsa Ricaldi, contó que por lo general las mujeres que acogen son de bajos recursos económicos, no cuentan con redes de apoyo familiar o de amistades que les brinden una mano, muestran señales de la violencia machista que sufrieron, no acabaron el ciclo escolar y en su mayoría llegan con sus hijos pequeños.
A su turno, la abogada del programa de protección a la mujer, Heidy Sahonero, detalló que por lo general ellas fueron víctimas de sus parejas, exparejas, concubinos y en algunos casos de sus propios allegados. Se le brinda apoyo en los pasos legales para conseguir una asistencia familiar en coordinación con la Defensoría y se realiza un seguimiento en todo el proceso que deben seguir.
También acoge a menores de edad
La Casa de Bienestar también acoge a menores de edad remitidos por la Defensoría de la Niñez y Adolescencia cuando sufrieron maltrato y violencia intrafamiliar por parte de sus progenitores o hermanos.
La edificación - construida entre 2015 y 2016 - ingresó en funcionamiento en abril del 2018 luego de que fuera equipada con lo necesario, puede albergar hasta 72 mujeres incluso acompañadas de sus hijos, los cuales pueden ser recibidos hasta los 18 años de edad. Los responsables del hogar de acogida prefieren que no se publique su dirección y ubicación por seguridad de las internas.
Los espacios
Es una construcción de tres plantas, con varios espacios verdes donde en un futuro se pretende instalar huertas. Al ingresar, sus pasillos amplios en la planta baja conducen a los varios ambientes que tienen distintas funciones y la primera que se visitó fue la cocina.
La responsable del Programa de Defensa y Protección de la Mujer, María Alejandra Cortez, fue la cicerone que condujo a El País en primer lugar a la cocina porque es el lugar preferido de las mujeres albergadas para socializar, es un ambiente ordenado y cálido con los propios aromas que invitan a compartir.
En este lugar, a medida que se reúnen alrededor del mesón, suelen conversar de varios temas, contó Cortez, ellas expresan sus opiniones y sentimientos en entera libertad, abordan distintos aspectos y temas que las aquejan en la charla que tienen entre ellas, “la cocina es una tremenda ayuda para conocer ciertos aspectos que no cuentan en la entrevista inicial”, apuntó.
Anexo a la cocina está la alacena con las provisiones ordenadas, en base a las cuales una nutricionista elabora un menú para todo el mes y se busca que las comidas sean adecuadas para mujeres y niños, luego viene el comedor.
Este es un salón inmenso en el que no solo se sirve los alimentos, sino que también le brindan distintas funciones como un lugar de reunión, para dar talleres, quedarse a ver la televisión para conocer las noticias, seguir sus series y disfrutar de las tardes de cine.
En esta área también se encuentran los dormitorios para las personas con discapacidad, el consultorio médico, la sala de recepciones, módulos para brindar apoyo para la autoestima, empoderamiento, asesoría legal, los espacios para las entrevistas sociales y las terapias psicológicas y las salas ocupacionales para peinados, cocina y panadería.
Otra área está dedicada a los niños, con juegos recreativos y de salón, es un espacio que tiene una alfombra y está adornada con un mural que fue hecha por las mismas internas bajo el estilo del mosaiquismo.
En la segunda planta se encuentra el bloque de dormitorios compuesto por varias habitaciones, en algunas hay una sola cama, en otras dos o tres, son espaciosos y con anaqueles para guardar las pertenencias de las internas, también se encuentra el sito que alberga al equipo técnico de la entidad. El tercer piso es similar.
Las mujeres albergadas reciben terapia psicológica, orientación, acompañamiento en temas legales e intervención social. Además, con las terapias ocupacionales despiertan sus habilidades o las practican si ya las tenían en su casa, eso les puede servir para un sustento económico, lo que las hace sentirse útiles cuando salen de la Casa del Bienestar.
La trabajadora social de la entidad, Elsa Ricaldi, contó que por lo general las mujeres que acogen son de bajos recursos económicos, no cuentan con redes de apoyo familiar o de amistades que les brinden una mano, muestran señales de la violencia machista que sufrieron, no acabaron el ciclo escolar y en su mayoría llegan con sus hijos pequeños.
A su turno, la abogada del programa de protección a la mujer, Heidy Sahonero, detalló que por lo general ellas fueron víctimas de sus parejas, exparejas, concubinos y en algunos casos de sus propios allegados. Se le brinda apoyo en los pasos legales para conseguir una asistencia familiar en coordinación con la Defensoría y se realiza un seguimiento en todo el proceso que deben seguir.
También acoge a menores de edad
La Casa de Bienestar también acoge a menores de edad remitidos por la Defensoría de la Niñez y Adolescencia cuando sufrieron maltrato y violencia intrafamiliar por parte de sus progenitores o hermanos.