El jucu Mymba ahora se llama Tarcus: así vive en Senda Verde
Con una personalidad particular, saludable y creciendo, el osezno jucumari que en Tarija fue bautizado como Mymba luego de ser rescatado, desde hace 13 meses vive en el refugio de animales silvestres Senda Verde, donde le cambiaron el nombre y ahora se llama Tarcus, contó la directora de ese...



Con una personalidad particular, saludable y creciendo, el osezno jucumari que en Tarija fue bautizado como Mymba luego de ser rescatado, desde hace 13 meses vive en el refugio de animales silvestres Senda Verde, donde le cambiaron el nombre y ahora se llama Tarcus, contó la directora de ese albergue, Vicky Ossio.
El osezno fue rescatado el 6 de noviembre de 2018 en el área de influencia del río Pilcomayo, por la Organización No Gubernamental (ONG) Protección Medioambiental de Tarija (Prometa) que implementó el proyecto de conservación del oso andino. Unos transportistas lo habían levantado del camino al verlo solo, quisieron conservarlo, pero optaron por devolverlo.
Custodia
Fue remitido al Centro de Custodia de Vida Silvestre que funciona en el Bioparque Urbano de Tarija para ser estabilizado, estuvo unas tres semanas y al no tener este lugar un medio ambiente para esta especie, se optó por enviarlo a un refugio donde ya existían otros jucus; Senda Verde, próximo a Coroico, en Nor Yungas, La Paz.
“Llegó muy pequeño, ahora está muy grande, ha crecido mucho, incluso más grande que la osa adulta que tenemos”, contó Ossio a tiempo de informar que por el momento se encuentra en un espacio cerrado de unos siete por siete metros.
Explicó que en Senda Verde nunca ponen nombre a un animal en cuanto llega. Lo hacen después de conocerlos. Mymba tuvo problemas porque la gente pensaba que era hembra, por lo que lo llamaron Tarcus, “Tar” de Tarija y “US” de Tremarctos ornatus, su nombre científico.
Lo mantienen en un área cerrada porque cuando son pequeños son muy ágiles, son capaces de trepar árboles enormes y existe el peligro de que se puedan caer. Recién cuando tenga un año y medio a dos se lo trasladará a un espacio más amplio de unos mil a dos mil metros cuadrados, como donde están los otros cuatro jucus adultos.
“Es un oso de una personalidad muy linda, en este momento es un niño increíblemente juguetón, muy cariñoso, es un oso fuerte, su manejo debe ser especial, es muy saludable –contó- cuando llegó le costó varios meses ajustar su sistema digestivo porque había dejado de tomar la leche materna”.
Explicó que cuando son pequeños son muy pegados a su madre y tomar la leche materna es fundamental para ellos porque preparará su sistema digestivo con las bacterias necesarias, fortalecerá sus huesos y cartílagos, le dará el sistema inmune, por lo que s importante para su desarrollo.
A Tarcus le costó algunos meses adecuar su sistema digestivo, le dieron un alimento especial para reemplazar la leche materna, actualmente digiere todo muy bien, en las mañanas se le da un preparado de avena con quinua, sémola, soya y proteínas de suero, un poco de miel, uva, manzana, queso y papaya. Al medio día le toca sandía, ya come coco, maíz, choclo que él mismo pela y por la tarde algo que le gusta mucho, la granadilla, pan integral con miel de abeja y huevo.
“Los osos andinos son animales solitarios -explicó- ellos viven solos en la vida silvestre, el recinto donde esta Tarcus se encuentra al lado del oso Ajayu, que es ciego a causa de que fue golpeado y maltratado en Cochabamba, tampoco tiene buen sentido del olfato, pero ya se ha dado cuenta que tiene al osezno al lado, se acercan el uno al otro, se huelen a través de la malla, eso en la vida silvestre nunca sucederá eso”.
Historia
El osezno fue encontrado a un lado de la carretera entre Sucre y Tarija donde los jucumaris son frecuentes. La madre oso se espantó del camión y corrió con sus dos crías. El más pequeño se quedó atrás, por lo que el chófer decidió parar, recogerlo y llevárselo a su casa, donde lo tuvo por dos semanas antes de entregarlo a las autoridades ambientales en Tarija.
Ossio sostuvo que levantar al osezno no fue una buena idea porque lo condenó a una vida en cautiverio ya que nunca más podrá aprender las habilidades para sobrevivir en su medio que le hubiera enseñado su madre. Si lo hubieran dejado solo, la madre hubiera vuelto por él después.
Recomendó a las personas aprender de la historia de éste osezno. Por ejemplo, si ven un nido de pájaros con polluelos solos, no los recojan. Los estarán condenando a una vida en cautiverio. Las madres a veces dejan a sus polluelos o cachorros solos durante un tiempo mientras van en busca de comida, pero siempre regresan.
El osezno fue rescatado el 6 de noviembre de 2018 en el área de influencia del río Pilcomayo, por la Organización No Gubernamental (ONG) Protección Medioambiental de Tarija (Prometa) que implementó el proyecto de conservación del oso andino. Unos transportistas lo habían levantado del camino al verlo solo, quisieron conservarlo, pero optaron por devolverlo.
Custodia
Fue remitido al Centro de Custodia de Vida Silvestre que funciona en el Bioparque Urbano de Tarija para ser estabilizado, estuvo unas tres semanas y al no tener este lugar un medio ambiente para esta especie, se optó por enviarlo a un refugio donde ya existían otros jucus; Senda Verde, próximo a Coroico, en Nor Yungas, La Paz.
“Llegó muy pequeño, ahora está muy grande, ha crecido mucho, incluso más grande que la osa adulta que tenemos”, contó Ossio a tiempo de informar que por el momento se encuentra en un espacio cerrado de unos siete por siete metros.
Explicó que en Senda Verde nunca ponen nombre a un animal en cuanto llega. Lo hacen después de conocerlos. Mymba tuvo problemas porque la gente pensaba que era hembra, por lo que lo llamaron Tarcus, “Tar” de Tarija y “US” de Tremarctos ornatus, su nombre científico.
Lo mantienen en un área cerrada porque cuando son pequeños son muy ágiles, son capaces de trepar árboles enormes y existe el peligro de que se puedan caer. Recién cuando tenga un año y medio a dos se lo trasladará a un espacio más amplio de unos mil a dos mil metros cuadrados, como donde están los otros cuatro jucus adultos.
“Es un oso de una personalidad muy linda, en este momento es un niño increíblemente juguetón, muy cariñoso, es un oso fuerte, su manejo debe ser especial, es muy saludable –contó- cuando llegó le costó varios meses ajustar su sistema digestivo porque había dejado de tomar la leche materna”.
Explicó que cuando son pequeños son muy pegados a su madre y tomar la leche materna es fundamental para ellos porque preparará su sistema digestivo con las bacterias necesarias, fortalecerá sus huesos y cartílagos, le dará el sistema inmune, por lo que s importante para su desarrollo.
A Tarcus le costó algunos meses adecuar su sistema digestivo, le dieron un alimento especial para reemplazar la leche materna, actualmente digiere todo muy bien, en las mañanas se le da un preparado de avena con quinua, sémola, soya y proteínas de suero, un poco de miel, uva, manzana, queso y papaya. Al medio día le toca sandía, ya come coco, maíz, choclo que él mismo pela y por la tarde algo que le gusta mucho, la granadilla, pan integral con miel de abeja y huevo.
“Los osos andinos son animales solitarios -explicó- ellos viven solos en la vida silvestre, el recinto donde esta Tarcus se encuentra al lado del oso Ajayu, que es ciego a causa de que fue golpeado y maltratado en Cochabamba, tampoco tiene buen sentido del olfato, pero ya se ha dado cuenta que tiene al osezno al lado, se acercan el uno al otro, se huelen a través de la malla, eso en la vida silvestre nunca sucederá eso”.
Historia
El osezno fue encontrado a un lado de la carretera entre Sucre y Tarija donde los jucumaris son frecuentes. La madre oso se espantó del camión y corrió con sus dos crías. El más pequeño se quedó atrás, por lo que el chófer decidió parar, recogerlo y llevárselo a su casa, donde lo tuvo por dos semanas antes de entregarlo a las autoridades ambientales en Tarija.
Ossio sostuvo que levantar al osezno no fue una buena idea porque lo condenó a una vida en cautiverio ya que nunca más podrá aprender las habilidades para sobrevivir en su medio que le hubiera enseñado su madre. Si lo hubieran dejado solo, la madre hubiera vuelto por él después.
Recomendó a las personas aprender de la historia de éste osezno. Por ejemplo, si ven un nido de pájaros con polluelos solos, no los recojan. Los estarán condenando a una vida en cautiverio. Las madres a veces dejan a sus polluelos o cachorros solos durante un tiempo mientras van en busca de comida, pero siempre regresan.